En líneas generales, cabe destacar que se referirá la trascendencia de la polis, surgida como institución democrática en el período clásico de la Grecia antigua, siglo V a.c, donde instituciones sociales como el oikos, quedarán subordinadas a ésta, comportándose ambas de un modo complementario. Por otro lado, en el discurso fúnebre de Pericles dirigido al pueblo ateniense, se perciben las características definitorias de esta polis, cuyo carácter o régimen es democrático, generándose tanto en el ámbito público como privado, un régimen isonómico, es decir, de igualdad ante la ley y, sobretodo, que no depende del poder (kratos), de unos pocos, sino de la mayoría, del pueblo (demos.)
También es menester considerar que el compromiso alcanzado con la polis es sumamente relevante, ya que, por ejemplo, en el período micénico se consideraba a los reyes y héroes, como acreedores de una bella muerte, mientras que ahora, todo aquél que defienda en batalla a su polis, podrá alcanzar la areté guerrera, y obtener renombre y fama imperecedera, vale decir, su propia bella muerte. Por otra parte, Pericles refiere las características de superioridad que hacen de esta polis un ejemplo a seguir, tales como, la libertad de los ciudadanos, el continúo intercambio comercial con otras polis, el ser autosuficiente y las diversas actividades de esparcimiento que en ésta se desarrollan: juegos y sitios que provocan deleite, donde las tragedias adquirirán un gran valor.
En efecto, las tragedias serán un género representativo en este período, puesto que darán cuenta de las problemáticas surgidas con la institución de la polis democrática y sus contraposiciones entre leyes divinas y leyes humanas, situaciones que provocarán en los espectadores críticas a la sociedad y los cambios introducidos, elemento esencial para un mundo donde el debate contradictorio, la argumentación, la persuasión y el arte retórico centrado en la palabra, poseen un valor fundamental para alcanzar la areté política, palabra vinculada con el surgimiento de estas ciudades estado.
Desde otra perspectiva, esta manifestación, artístico-representativa, estará marcada por el acaparamiento y reunión de amplias multitudes de gente, incluso generando concursos trágicos atenienses, donde autores tan connotados como Esquilo, Sófocles y Eurípides participaron más de una vez, cuyas obras y reconocimientos se conservan aún en nuestros días.
Respecto a lo señalado por Pericles en su discurso, anuncia que aquellos que dieron su vida, cuyo valor es incalculable, por la polis, no sólo obtienen fama y gloria, sino que enaltecen su patria, su genos y oikos, donde sus hijos recibirán un sustento de por vida, pagado por su ciudad. En este compromiso con la polis, cobra gran énfasis el valor heroico y el que las próximas generaciones imiten estos actos de honor (até), y valentía. Destacando de este modo, la gallardía que surge en el momento de la guerra, ante la cual no deben temer y que por ello no se basan tanto en tácticas como en otras polis, sino que es el vigor del instante de la guerra, el que les permite triunfar.
Por lo anterior han dominado extensos territorios y subyugado a muchos pueblos y cuando éstos vencen a una de sus tropas, se jactan diciendo que vencieron a toda atenas, mientras que si pierden por una flota ínfima, aluden a que perdieron por el gran número que eran. En este punto, Pericles resalta que la educación para la guerra, no es menor que en otras polis, pese a que se dedican al cultivo de otros ámbitos como la belleza y la adquisición de sabiduría (philosophia), además de no excluir a los extranjeros, sino que los reciben de mejor modo que en cualquier otra ciudad.
Pericles finaliza señalando que cualidades como éstas hacen especial a la polis ateniense y que el compromiso que mantenemos con ella debe darse en distintos planos:
Político: Participación ciudadana, que implica estar informados sobre el acontecer público, sin descuidar el oikos propio.
Social: La superioridad social no interfiere en la ascensión al poder político, puesto que se valen más de los méritos personales que de su condición socioeconómica, ya que ni aun la pobreza es un obstáculo para hacerse partícipe como ciudadano. Pero sí lo es la ociosidad, por no superar su condición.
Tradición: A este valor hace referencia el comienzo del discurso, resaltando que el legado de la tierra, riquezas y patrimonio, se los deben a una sucesión continúa de delegados del genos, que sin su intervención no lo hubiesen logrado.
Religioso: Actividades como los ritos fúnebres, hecatombes y libaciones en honor a los dioses, establecen nuevos vínculos entre los ciudadanos y rememoran las hazañas de los guerreros caídos.
Por otra parte, el crítico Vernant señala que si bien la tragedia surge en un período determinado, clásico, es más preciso hablar de antecedentes de ésta. Por un lado nos encontramos frente a una representación sobre Solón y, por otro, con la relación con los ritos anteriores, donde se empleaban máscaras, pero con un fin ritual, en contraposición al fin estético que adquieren en las tragedias. También se le ha atribuido una relación directa con las dionisiacas, es decir, fiestas en honor a Dionisos, donde se cantaba en ditirambos. (Tesis no referida por Vernant, pero de carácter complementario).
Vernant hace alusión a 3 características fundamentales en el surgimiento de la tragedia:
1.- Género trágico: tragedia con sus características particulares.
2.- Representación trágica: Elementos visuales y cantados, que se aperciben al momento de ejecutarla.
3.- Hombre trágico: Visión más interna del individuo que indaga sobre los conflictos de éste.
Otros elementos característicos son: Conflicto trágico: Universo de la obra, donde se generan valores ambiguos ante el personaje trágico, el que a su vez se convierte en un héroe trágico: Se vincula con el carácter mítico y, por ello de la tradición de antaño y épocas predecesoras, donde habían acontecido situaciones dramáticas, ampliamente difundidas en el pueblo griego. Por ello serán conflictos que acontecen en su gran mayoría en oikos determinados.
Cabe referir también la dicotomía Coro/personaje trágico:
Coro: *Cantaba, utilizaba odas corales.
*Colectividad, valores cívicos.
*No empleaban máscaras en un principio.
Personaje trágico: *Empleaba versos principalmente, relacionados fundamentalmente a la prosa.
*Individualidad.
*Utilización de máscaras, para distinguir su faceta de héroe.
Finalmente en cuanto a los planteamientos de Vernant, éste señala que la tragedia tuvo su auge a lo largo de un siglo y que empezó a decaer, a medida que se empezaron a crear nuevas tragedias de índole ficticia, que ya no estaban en relación directa con la tradición. Continuando con la argumentación me centraré en el análisis de la Orestíada , donde percibimos situaciones y recursos como los siguientes:
Rhesis: Discursos extensos de los personajes donde verbalizan sus posturas.
Esticomitía: Alternancia de diálogos entre personajes.
Por otra parte, esta tragedia se caracteriza por la sucesión continúa de muertes y sacrificios en el interior de un oikos, el de Atreo, donde se nos presenta como motivo central la noción de un sacrificio corrupto, representado por el asesinato que cometió Atreo, hacia sus sobrinos, la muerte de su hija Ifigenia, cometida por Agamenón, donde se le presentaban dos posibilidades: Conflicto trágico, como dice Vernant; cuyas opciones eran velar por el bien común de la colectividad (polis) o por su familia (hija) oikos, cuyas decisiones acarrearían inevitablemente consecuencias nefastas.
Otra figura conflictiva es Clitemestra, quien por un lado comete transgresiones de género, al emplear con agudeza la palabra, al utilizarla de un modo persuasivo, connotación negativa, puesto que es engañosa y el hecho de no respetar el lecho nupcial, es decir, el adulterio. Y, finalmente asesinando a su propio philoi, es decir, a su marido Agamenón. Justificándose en que éste había sacrificado a su hija, traía a una esclava, quien fue su compañera de lecho y que el mismo pueblo anhelaba su muerte, ya que en la guerra murieron muchos jóvenes en la flor de la vida.
Lo anterior, vale decir, la muerte de Agamenón, ocasionará que este oikos culmine casi en la ruina, donde los únicos philos capaz de salvarlos, eran Electra y Orestes, este último estaba expatriado. Pero cuando le estaban rindiendo las honras fúnebres a Agamenón, las que por lo demás eran corruptas; se presentó demostrando a través del ritual de la embáteusis, que implica cortarse uno de sus rizos y depositarlo en honor al muerto que estaba dispuesto a vengarlo, luchando contra los ektrós (enemigos). En ese mismo instante se presenta ante su hermana y se produce la agnición o reconocimiento, que después de varias demostraciones, Electra se convence de que era su hermano y juntos planean la venganza, mediante artilugios y engaños, acabando finalmente Oreste con los tyranos Egisto y Clitemestra, quien por el acto cometido, ya no podía ser su philos.
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