Momentos, sólo recuerdos efímeros a nuestro haber
Silencios, apreciados circunloquios oscuros
Cargados de notas execrables de tintineos estúpidos
Y llantos de desesperación que se convierten en tragicómicos pedruscos
Y sones de lluvia alicaída que se destruye en la fútil tierra
Para animar tu inmaculada y purísima tarde de hojarasca yerma.
Hastíate de tu tedio continuo y desarmonizado
Que vela por los lirios acorazados de mil destrozos a tu paso
Siéntete con el poder de una ufanación sin sentido
En la búsqueda de un camino derruido
Y desamparado ante tu tacto frío
Que como hiedra corrompe mis sentidos.
Olvídate de tus palabras vanas que perecen en el postrero silencio
Desvanécete en tus libros añejos y excéntrico destiempo
Sé tú mismo y libérate de tus cadenas
Y no transmitas lo desdichadas que son tus promesas.
Promesas que van y promesas que vienen
Prometiste cambiar el mundo y no lo conseguiste
Quisiste regalarme un beso altruista que por caridad lo rechacé
Pudiste haberme tenido pero por tu desacompasado respiro me perdiste
Y ahora vas como un desdichado pájaro sin rumbo fijo.
Comentarios
Publicar un comentario