Música a la luz de las velas que se rebelan
Que te invocan a gritos flameante hoguera
Que enciendes con tu pasión corazones
Que no osan tocarte ni con el pétalo de una flor
Cometo trequeísmos a ratos forzados a ratos ambiguos
Sólo para decirte que te sigo amando y extrañando
Por ello sé que en el espejo aquel que es mi memoria no me abandonas
Mas tu cuerpo yace a leguas remotas de mi soledad
En un sin fin de cascabeles oscilantes de serpentina rosa
Perfumadora de fragancias aterciopeladas y áureas
Áureas son las dulces dianas que recubren tu rostro inmaculado
Sin mácula es tu poesía dadora de vida y tronante de risas.
Sí, nos reímos en pretéritos tiempos donde tus gorjeos parecían caricias
Donde tus caricias asemejaban besos y
Donde tus besos eran la expresión de tus sentidos y
Tus sentidos la verbigracia de un cuerpo exuberante de lirismos
Que me saben a nostálgicas melodías
En la ciudad que dijiste sería mía y tuya, la haría mía
Penetrando en sus nocturnas calles y consumando voy consumiendo
Lo que fueron amores perdidos que ahora se han esfumado con el tiempo.
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