A veces pienso que en la vida transitamos como almas errantes, que nos encontramos con otros en el camino, sin embargo, cada persona es esencialmente sola, vale decir, como ya he escrito en otras oportunidades, si bien en nuestro paso terrenal vamos conociendo a otros con quienes compartimos, cada uno sigue su vida, así lo he visto en cientos de personas, que conocen a algunas, los acompañan, se acompañan mutuamente, se dan a conocer sus visiones de mundo, sus vivencias y experiencias, sus modus vivendi y a la vez modos de comprender la realidad, aprender “a ser”, vale decir, a realmente ser lo que ellos quieren, pues si bien cada persona tiene una determinada manera de concebir la realidad, ésta a la vez varía diacrónicamente, su propia vida cambia, sus pensamientos también cobran nuevos giros y en sí, cada uno se va realizando según las posibilidades que le otorgue su medio y, por supuesto, el medio en el cual se desarrolla. Así es la vida, aún no sé cómo definirla, pero me causa tristeza y hasta pesar que cada uno debe pasar solo por tantas etapas y que aunque te guíen, sigues apañándotelas por tu cuenta, sobreviviendo. Por lo menos los próximos pasos que pretendo dar están más bien en relación a mis intereses vitales, dedicar mi vida a la investigación, a las letras, no obstante, si bien la vida nos cambia y cómo nos relacionamos con el entorno de igual manera y pese a que soy feliz dedicándome a lo que me apasiona, espero que los sacrificios y todo a cuanto me entrego valgan la pena, ya que no quiero llegar al momento culmine de mi vida, mirar hacia atrás y pensar que realmente no he vivido. Soy de la idea de que es necesario experimentar prácticamente de todo, sin embargo, pasar por estados que alteren tu organismo o que, te causen daños de cualquier tipo, en cuanto a ello, estoy radicalmente en contra, pero bien cada persona tiene derecho a ser, a desarrollarse e independiente de todo, creo que ahora sí lo estoy logrando.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
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