Hoy 7 de abril del 2012, quiero dejar testimonio de mis pensamientos, pues estoy haciendo algo que no me gusta del todo, que es básicamente andar en micro. Desde niño nunca me gustó, pero hasta cierto punto hoy es necesario, pues me permite ver la realidad, entender otras formas de vida y si bien es todo un privilegio estudiar en la universidad de Chile y conocer a los grandes intelectuales de mi tiempo, a veces siento que éstos le temen a la realidad. Por otra parte es cierto a su vez que somos personas solas en el mundo –hablo desde una perspectiva existencialista-, por otro lado, pienso en la relación con mis padres, la que ha sido fantástica, maravillosa sería decirlo menos, no obstante, su crianza me evadió del mundo y la realidad, en cambio ahora al estar viviendo en Santiago, logro conocer a otras personas, mejorar mi entendimiento del mundo y nuevamente en oposición con los demás me auto-defino, soy una persona de letras y como tal, estudiante de humanidades, debo hacerme cargo de la realidad social, justamente por el privilegio educacional que poseo y sobre lo que ya he escrito.
Al mismo tiempo, pensar en las vivencias que me han tocado, me permite entender por qué fue necesario que pasara por todo eso, tal vez por el hecho de poder escribir, puesto que desde ahí puedo reivindicar la realidad social. Por lo demás, honestamente no puedo parar de pensar –realmente no sería yo- Probablemente cuando llegue al departamento donde vivo actualmente, transcriba todo cuanto he escrito y lo publique, no por un afán capitalista, sino que por amor al arte. ¡Ay de la vida! ¿Qué hacer cuando se es consciente de la existencia misma? Tal vez, tan sólo vivir –Quienes me conocen, a veces me evitan o tal vez yo los evito- No obstante, mantendré mi esencia.
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