Nuevamente quiero escribir a estas horas de la noche, ante todo pensamientos que me invadieron ayer tras ver una película llamada “El cubo”, la que trataba de una especie de cápsula donde ocurrían todo tipo de situaciones desastrosas, pues las personas que se encontraban en su interior, habían sido llevadas hasta ahí y hasta cierto punto le habían borrado la memoria, al final entre sí se terminan matando y sólo uno sobrevive, para culminar con una reflexión donde lo que se encontraba afuera era la estupidez humana y que, por tanto, el mundo exterior, era aún peor y bueno, observando la realidad del siglo XXI, creo poder decir que no se han equivocado mucho, hasta donde veo, sé que la gente generalmente vive vidas monótonas, no se habla mucho, se conoce poco, prima la delincuencia y la maldad por sobre la inocencia, el mundo es un caos, pero aún existe algo de belleza, ante todo radicada en el amor. También tras leer cada vez un poco más llego a la conclusión que cada nombre, cada persona, es uno más en la historia universal, si es que incluso se lo registra, inclusive puede pasar sin más, es triste en verdad pensar que nuestro pasar no vale nada, quizá obviamente tiene valor para nosotros y en la medida que escribimos, también lo adquiere para otros, así éstos pueden dar cuenta de lo que uno sintió y quién sabe, tal vez es un siglo más alguien me lea e intente comprenderme, -pero se lo advierto, ni yo lo hago a veces- sólo sé que siempre me renuevo y que mi vida la quiero poner al servicio del conocimiento, que al mismo tiempo me satisface, pero entristece saber que como decía Unamuno, somos seres hechos para la muerte y desde esa premisa, vivo en un existencialismo constante, donde lo que me mantiene vivo es escribir y pensar que alguien comprenderá algún día la existencia, yo sólo busco encontrarle significado a la mía. Vidas que van, vidas que vienen, pensamientos que fueron.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
"hasta donde veo, sé que la gente generalmente vive vidas monótonas, no se habla mucho, se conoce poco, prima la delincuencia y la maldad por sobre la inocencia, el mundo es un caos"; definitivamente no puedes decir eso. me suenas como a una vieja que vive de los noticieros; y me parece, tu no haces eso.
ResponderEliminarja, ja!
ResponderEliminarsí, tienes razón -lo de la risa, lo pasé a escribir yo :p- es un tema que da pa largo, pero en general no podemos dejar de decir, que no vivimos en la más felices de las sociedades, pero al menos se puede vivir, saludos!
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