Quisiera escribir, silenciar mis pensamientos, pero no puedo, la pluma se ha enfriado. La frágil mano del escritor yace tendida sobre su cama, el procaz fuego del cuarto, enciende su memoria y lo hace caer en el olvido; la vida se transforma en una ráfaga de enigmas y sombras misteriosas que van a dar al mar de los lamentos en la psiquicidad pura de un cuerpo errante enamorado del eclipsado amanecer de los días idos.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
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