La noche está silenciosa, negra y espesa
Mi alma aprisionada grita desgarrada
La soledad de mis espacios acalla mis latidos
Mis pensamientos rondan la noche
Mi vida fluye como la vitalidad de un río
Mi sangre se evapora en lágrimas de rocío
Aún recuerdo ese beso que me sabe a hiel
La amargura de tus pechos se impregna en mi
piel
En mis versos negros, en mi tristeza aletargada
Somos errantes enamorados escondidos en la
silueta de tu piel
Me enamoro del tiempo ido, del tiempo recobrado
De las sin razones y de las mentiras dichas
Cuánto te amé y cuánto me amaste
Frías horas nos embarcaron en el mañana sin
destino
Y lo que ayer fue licor, hoy es vino
arrepentido.
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