Llevan
días rondando en mi mente varias ideas en relación al vivir mismo, ¿Quién puede
decir con propiedad que ha aprendido a
vivir? Pues yo no. Es precisamente aquella sensación de incomprensión hacia la
vida misma la que me hace y motiva a diario a redescubrirla y reencantarme con
ella, sé que ningún momento vivido será igual a otro, por ello los vivo con
intensidad, sé que la única manera de mantenernos vivos, es siempre estar en
continúo movimiento, en un pensar y sentir incesante, fluyendo en el flujo
vital. Hoy podemos estar en un determinado lugar, mañana en otro, luego quizás
volver al mismo sitio, sin embargo, jamás nos encontraremos en el mismo sitio
(espacio), pues espacio y tiempo, pese a ser convenciones, también se encuentran
en continúo movimiento, por ello jamás seremos los mismos. El pensamiento es
otra de las intrigas humanas que me causa a ratos inseguridad, ya que no
sabemos qué piensa otro que es distinto a mí y aunque hayamos vivido cien años
y hayamos pasado por diversas situaciones e inclusive por las mismas a las que
otro se enfrenta, al ser otro día y lugar, quedaremos en la incertidumbre de no
saber qué acción realizará otro, ni aun nosotros mismos en el vivir de toda una
vida, terminaremos de conocernos, entonces qué queda para aquéllos que no están
en nuestra interioridad y que con más propiedad aún, no han tenido las mismas
vivencias que nosotros. Es decir, cada persona tiene sus propias experiencias,
lo que hace que su propia vida sea única e ireemplazable, hasta en el más mínimo
de los detalles, hasta aquéllos como en qué lugar aparcó su auto, si al día
siguiente lo cambia de sitio, si se le pierde un valioso objeto personal, de
quién se ha enamorado y qué relaciones interpersonales ha constituido y formado
en su propia vida, en qué momento nació, bajo qué circunstancias y cómo se ha
ido delineando su propio destino y cuáles han sido sus decisiones fundamentales
que han marcado y delineado el curso de su propia vida. Si bien a diario vamos
aprendiendo a vivir, por experiencias propias y ajenas, por lo que nos relatan
quiénes llevan más tiempo en este mundo y por nuestras propias conclusiones, es
que llegamos a formarnos una idea que nunca será del todo fija, de lo que es
nuestra existencia y en el mejor de los casos, tras haber vivido, podemos decir
que hemos sido felices
En el presente trabajo, se pretende realizar un análisis comparativo entre las obras literarias Macbeth, cuya tragedia pertenece a Shakespeare y, Macbett, referente al teatro del absurdo de Ionesco, que es una parodia de la obra creada por el primer autor. Sin embargo, cabe destacar, que me centraré fundamentalmente en las características intrínsecas de las obras, más que en el contexto de producción, puesto que el presente, se aboca al establecimiento de una analogía entre el personaje “Lady Macbeth”/“Lady Macbett”, de quien referiré rasgos de índole psicológica, por ende también se hará alusión a sus pasiones y motivaciones, cuya incidencia en el desarrollo de las obras, es de suma relevancia, destacando ciertos atisbos de transgresión que se cometen en ella, en relación al orden natural de los hechos y, del mismo modo, las transgresiones de género que nos presenta este personaje. En primer término, efectuaré un análisis de los parlamentos que Lady Macbeth, enuncia en la obra
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