Una amistad entrañable, inmemorial, que trascendió el tiempo y el espacio en las más extrañas circunstancias. Unos creerán que esta historia es un mito, otros un invento de ésos que surgen tras alardes de imaginación o hechos inexplicables que escapan lo cotidiano y para un escéptico, detrás de este relato sí hay explicación. No obstante, se crea verídico o no, lo cierto es que sí ocurrió, pero de manera casi imperceptible para el protagonista, que hasta estos días se pregunta qué lo motivó a escribir semejante historia, sin pies ni cabeza. Por aquellos tiempos, han circundado esta tierra muchas lluvias, torrentosos ríos y portentosos cambios y ciclos, Rafael acostumbraba como cada mañana al despertar a merodear sus tierras, como un faraón que hace suyo a cada paso que da sus territorios, así lo hacía, las más de las veces para cuidar a los que consideraba parte de su familia. Fue en una noche de tormenta y las aguas acrecentadas por los vientos y su caudal, cuando se vieron po
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.