El calvario de uno, no es el calvario de todos
Entre todos ellos uno, el camino pedregoso de mi andar
peregrino
En las entrañas de ese abismo insondable de libros y remotas
épocas
Compenetrarse con la esencia de los momentos ya idos, ésos
que te cobijan
Intensas circunstancias que te conectan una y otra vez con
el flagelo interior
En la búsqueda incesante del placer más puro que se halle en
vida
Como ama el cielo a la luna, en la insensatez de un arrebato
prófugo
A mansalva libertaria de una oportunidad única. Tu propia existencia
Si el diablo me invitara esta noche a bailar su tango de
arrabal
Rompería promesas eternas, volvería a cometer los mismos
errores
Tal vez más, pero jamás, ni por un nomeolvides te dejaría de
amar.
Autor: José Chamorro. 14/3/2016.
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