Llegaste a mi vida como cae la lluvia de invierno, sin
demora a su debido tiempo
Destinados como si nuestras vidas estuviesen impresas desde
siglos
En esa espera constante nos encontramos como si nos
hubiésemos buscado
Un viaje no premeditado nos unió, tu silencio comunicaba
palabras deseando ser pronunciadas
Tus labios marcaron esa melodía encantadora de quién se sabe
amante
Furtivos tus besos rozaron mis labios esperando
correspondencia
Enjuiciados nuestros actos eran aguardados por nuestros
cuerpos
Que a gritos clamaban poseerse, sentir la calidez de los
instantes prófugos
De dos amantes que se conocieron en otra tierra, en otros
lugares
Eran dos jóvenes almas a la espera de un amor sin límites
Enamorados por los versos de esa lluvia cuyas gotas
inventaban poemas
Nocturnos, claroscuros, ausentes de melancolía. Todo eso fue
pasado
Ahora estabas tú, mis manos acariciando el ápice de tu boca
Mis brazos entrelazados por toda tu humanidad frágil y maravillosa
como la juventud.
10 julio 2016
Autor: José Chamorro
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