Sobre el acto de pensar y otras cuestiones: Pensar es un acto complejo, es un proceso total, absoluto y relativo, a veces es la inmanencia, otras la excrecencia de un razonamiento humano, el subproduto de un acto llevado a cabo, la consciena o inconsciencia de quién se hace acreedor de él.
En resumidas cuentas podrías definir a un pensamiento, como una psinergia bioquímica, que se traduce en actos materiales, tangibles, pero en la mayoría de los casos no lo podemos percibir, salvo quizás cuando alguien, ya sea nosotros mismos o otro,piensa en “voz alta”, es decir, pone en palabras explícitas aquello que ronda su mente, para quiénes tenemos esa bullente energía escritura, epiléctica de no frenar nuestras ideas, sino hasta que la llevamos al papel, se nos vuelve un caos, más o menos coherente, sobretodo cuando nos desenvolvemos con las palabras, que más que mal, en palabras y paráfrasis del propio Witgenstein amplían nuestros mundo, si es que no lo limitan.
En más de alguna oportunidad nos tuvo que haber asaltado una idea, caminando por la calle y el otro al percibirnos, quizás no comprenda nuestro estado en ese momento. La escritura es un acto de pensar, sentir, propio de la naturaleza humana y su apuesta racionalista que las más de las veces adquiere un tono de clarividencia, el pensar reflexivo, es el consciente de un sí y para sí, por un nosotros, de una existencia vital, que posee una razón de ser, que es más que mero vivir, es un trascender, ésa es la verdadera naturaleza ideal del pensamiento, trascender en el tiempo, pues pensamos en un aquí y en un ahora, que ya es pasado, pero que sin duda alguna, nos sitúo en un futuro y éste último, para la humanidad mortal, aunque logremos ser felices en esta vida, no podemos evadirnos de nuestra propia muerte, donde nos depara quizás el dejar de pensar, tanto como individualidad como ser que vivimos en sociedad, pues el propio encauce que le demos a nuestro devenir, dependerá de qué hayamos pensado para con nosotros mismos, el deseo de cambio, transformación, buen augurio o funesta culminación de este siglo.
31/3/2014
En resumidas cuentas podrías definir a un pensamiento, como una psinergia bioquímica, que se traduce en actos materiales, tangibles, pero en la mayoría de los casos no lo podemos percibir, salvo quizás cuando alguien, ya sea nosotros mismos o otro,piensa en “voz alta”, es decir, pone en palabras explícitas aquello que ronda su mente, para quiénes tenemos esa bullente energía escritura, epiléctica de no frenar nuestras ideas, sino hasta que la llevamos al papel, se nos vuelve un caos, más o menos coherente, sobretodo cuando nos desenvolvemos con las palabras, que más que mal, en palabras y paráfrasis del propio Witgenstein amplían nuestros mundo, si es que no lo limitan.
En más de alguna oportunidad nos tuvo que haber asaltado una idea, caminando por la calle y el otro al percibirnos, quizás no comprenda nuestro estado en ese momento. La escritura es un acto de pensar, sentir, propio de la naturaleza humana y su apuesta racionalista que las más de las veces adquiere un tono de clarividencia, el pensar reflexivo, es el consciente de un sí y para sí, por un nosotros, de una existencia vital, que posee una razón de ser, que es más que mero vivir, es un trascender, ésa es la verdadera naturaleza ideal del pensamiento, trascender en el tiempo, pues pensamos en un aquí y en un ahora, que ya es pasado, pero que sin duda alguna, nos sitúo en un futuro y éste último, para la humanidad mortal, aunque logremos ser felices en esta vida, no podemos evadirnos de nuestra propia muerte, donde nos depara quizás el dejar de pensar, tanto como individualidad como ser que vivimos en sociedad, pues el propio encauce que le demos a nuestro devenir, dependerá de qué hayamos pensado para con nosotros mismos, el deseo de cambio, transformación, buen augurio o funesta culminación de este siglo.
31/3/2014
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