Eres el silencio que habita en mí.
Lugares que hablan
son las voces de la consciencia infinita
El terciopelo de
verdes prados son mi alegría matutina
La inspiración exhala
versos, poemas y diatribas del corazón
La bullente y furiosa
sangre de mi placentera existencia es porfía de amor
Amé tu belleza
cotidiana como tostadas crujientes de tu piel sureña
La devoro, la hago
mía, la acaricio y el paladar degusta su sabor etéreo
Ahí estás tú en tu
habitación, en ese espacio que te habita
Arranca, corre,
vuela, sé libre y sutil con las alas al viento
Olvídate de esos
amores del pasado, son solo la apócrifa sentencia de soledad
En tus raíces
encuentro la voz, en tus profundidades más oscuras me estremezco
Remece mi humanidad, evapórame
con besos de pasiones equinocciales
Abre las puertas de
la afrodisiaca carne de tu virginal primavera
Mujer, deseo es tu
corporeidad paradisiaca, lujuria mi pecado capital
Los mares se desbordan
en tu presencia, tu sonrisa es eclipse lunar
La tierra está en
penumbras, solo tú brillas regocijada en la oscuridad
El universo se
detiene, lo cautivas con tus manos de ensoñación
Eres el big bang
universal, en ti germinan las ancestrales galaxias
Eres el principio y
el fin, el último adiós del primer beso
Eres el silencio que
habita en mí.
José Patricio
Chamorro, 1 agosto 2017.
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