I
Dolidas
están las entrañas del corazón desdichado
Mis
ojos se agazapan ante la vana muerte y esperanzas de amor
Ilusiones
perdidas en un cementerio de lágrimas
Desfallecen
desterradas cual expatriado sin perdón
Hubiésemos
sido felices, sin embargo,
Una
muralla traslúcida y marmórea nos separó.
II
Te
miro a los ojos y siento el frío penetrante de una gélida mirada
Aborreces
mis palabras, me hundo en un valle de lágrimas
Sufro,
padezco estragos cuando mi compañía rechazas
Me
pregunto, ¿será tan cruel la agonía?
Su
calor quema como flama destemplada y calcinante
Hasta
derretir cada centésima de mi ser
Ígnea, incinera la piadosa existencia de lo
que fue y pudo ser.
III
Épicos
sones medievales acompañan mi desolación
Mas
quisiera no vivir de recuerdos, sino de vívidos momentos
No
obstante, nuestras memorias se desvanecen tenuemente
Cual
etéreo gozo primaveral de la primera juventud
Suspiramos
juntos y hoy conspiramos en un desamor
Exangüe
culmine de una trágica desilusión.
IV
Hastío
nos consumió, somos bufones, tragicomedia itinerante
Rectifiquémosla,
hagámosla carne, hagámosla amor
Cenizas,
huesos rotos y miserias son rescoldos de nuestra pasión.
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