Recepción e interpretación del público lector no científico del cuento “El fin del mundo” de Simon Newcomb en Pacífico Magazine en el contexto de inicios del siglo XX.
Mas,
para el Poder que dirige y controla el proceso entero del Universo, las edades
de la humanidad son simples días. Él sabrá esperar con sublime paciencia la
evolución de una nueva tierra y un nuevo orden de seres animados, probablemente
tan superiores a los que hemos conocido … (Newcomb 567).
Preguntas
de investigación y corpus: En
la presente investigación se trabajará en tanto corpus con el cuento “El fin
del mundo”, escrito por el científico Simon Newcomb y traducido exclusivamente para
Pacífico Magazine, correspondiente a la publicación en el volumen IV, n°
23 de noviembre de 1914 en Santiago de Chile.
La investigación buscará responder las siguientes preguntas de interés planteadas:
¿Cómo se leyeron e interpretaron en el contexto de inicios del siglo XX,
específicamente frente a la Primera guerra mundial las imágenes catastróficas/
temáticas propuestas por el cuento “El fin del mundo” de Simon Newcomb?; ¿Se
proyecta una visión crítica o positivista del saber científico?
Hipótesis: El relato “El fin del mundo” de
Simon Newcomb, nos presenta una realidad donde la sociedad cree ciegamente en
el saber científico, otorgándole un estatuto privilegiado con el correr de los
siglos y milenios, donde ya no quedará nada nuevo por descubrir. Pese a ello, con
el correr de las páginas se genera un contraste radical de 180°, dando un
vuelco no solo a la trama de la historia, sino que a su inexorable final,
poniendo en tela de juicio no solo el saber científico, sino que inclusive al
paradigma positivista que predominaba hasta aquel entonces, mostrándonos una
imagen absolutamente diferente del mundo científico. En definitiva, como un
campo del saber repleto de incertidumbres, imprecisiones, dubitaciones y
contradicciones:
Diez
mil años de experiencias – dijo – nos llevan a la conclusión de que el Sol es
uno de los cuerpos más estables del Universo … En favor de la suposición de que
se producirá un súbito cambio por una causa cualquiera, tenemos solamente una
dudosa teoría física, no sostenida por ninguna experiencia anterior. No es
lógico, por consiguiente, que la predicción del Profesor de Ciencias pueda
causarnos terror, sobre todo cuando él mismo tiene dudas sobre la corrección de
su punto de vista (Newcomb 561).
Por tanto,
nos propone una visión crítica de dicho saber, donde la ciencia no logrará
salvar a la humanidad y esta sucumbirá ante el inminente fin del mundo. Lo
anterior no es una imagen azarosa y mucho menos su fecha de actualización
(noviembre de 1914), donde el mundo se enfrentaría a una de las crisis y guerra
mundial más catastróficas de la historia de la humanidad, donde el público
lector de la época, pese a lo geopolíticamente lejano de aquel contexto, sin
duda alguna hizo volcar la mirada hacia el mundo europeo y las grandes
potencias industriales y militares de la época.
Tesis: En síntesis el público lector no
científico de la época se verá interpelado y representado a través de este
cuento, dejando entrever la visión de mundo de la época en relación al saber
científico, rompiendo el esquema del paradigma positivista que creía en su
omnipotencia, así como ciegamente en el progreso de la ciencia como salvaguarda
de la humanidad; inclusive derrumbando las nuevas idolatrías hacia la ciencia y
retornando a los paradigmas de viejo cuño más vinculados a una Edad Media que a
la Modernidad, donde ante la inminencia de la muerte y destrucción de la
humanidad, la única creencia fidedigna pareciera ser el retorno a la
espiritualidad y fe de antaño:
A
medida que se acercaba diciembre, los pensamientos y sentimientos de los
remotos antepasados, que habían permanecido ausentes durante incontables
generaciones, comenzaron a revivir en la mente de los hombres. Ellos habrán
adorado al invisible, benéfico y omnipotente poder que dirige los destinos del
Universo y alimentaban en sus átomos el pan de la vida. Ahora este Poder se
convertía en un Juez de crueldad, dispuesto a castigar los hombres del presente
por todos los pecados cometidos por sus antepasados durante el tiempo en que
habrían abandonado su compañía (Newcomb 562).
Lo anterior puso en tensión los límites y alcances del desarrollo científico y la fe ciega en dichos saberes en un contexto real marcado por el inicio de lo que sería la Primera guerra mundial, donde la imagen de mundo que se proyectaba no auguraba un futuro prometedor, cuya intertextualidad se ve reflejada como una época de “salvajismo”, “brumas de la antigüedad”, “mundo antiguo” y “tiempos supersticiosos”, estableciendo así una crítica a la sociedad de la época (contexto de producción del cuento): La única historia de verdadero interés se escribió en los tiempos del salvajismo, rebuscando en los más remotos horizontes, entre las brumas de la antigüedad, cuando los hombres peleaban y se mataban unos a otros en la guerra (Newcomb 557). Por otra parte, se nos propondrá de igual modo en el relato, una idea de Marte como sociedad avanzada que busca salvarnos: “Pero, a pesar de sus reticencias, el mundo estaba vivamente preocupado de lo que ocurría, a causa de las señales que se hacían desde Marte. Estas, en vez de cesar, aumentaban de noche en noche. Los marcianos procuraban comunicarnos algo de una importancia sin precedentes. ¿Qué podría ser? (Newcomb 560).
Palabras claves: Público lector no científico, El
fin del mundo, Simon Newcomb, Pacífico Magazine, Siglo XX, Ciencia y literatura.
Primero que
todo, cabe señalar que la presente investigación pondrá en relación diversos
conceptos claves que serán propuestos a continuación, los que permitirán
realizar los cruces necesarios para comprender las relaciones de la realidad
intraliteraria del cuento “El fin del mundo” con la realidad extraliteraria de
su aparición en la revista Pacífico Magazine de noviembre de 1914, en
pleno contexto de inicio de la Primera guerra mundial; lo anterior a partir de
la noción de intertextualidad. Desde otra perspectiva, el acceso que tenemos al
cuento de Simon Newcomb es a través de la traducción realizada exclusivamente
para Pacífico Magazine desde su original en inglés (1903), por tanto,
para comprender los cambios, adaptaciones y reinterpretaciones en un nuevo
contexto intramedial, cultural, histórico, geopolítico y social, serán
relevantes las nociones de transmedialidad y adaptación intramedial.
Como se señaló
anteriormente, el cuento “El fin del mundo” del prominente científico y
astrónomo, Simon Newcomb constituirá el corpus fundamental para caracterizar al
público lector no científico de Pacífico Magazine a principios del Siglo
XX. Dado lo anterior, un primer concepto relevante es el de intertextualidad,
pues el cuento hará referencia continuamente al tiempo histórico y contexto de
producción real del cuento a inicios del Siglo XX, período marcado por las
tribulaciones de la primera y, posteriormente segunda guerra mundial;
referencias como “salvajismo”, “brumas de la antigüedad”, “mundo antiguo” y
“tiempos supersticiosos”, presentes a lo largo del cuento darán buena cuenta de
ello; siguiendo la línea de Claudio Guillén: “Al hablar de intertexto, no hay la menor
duda de que queremos denotar algo que aparece en la obra, que está en ella, no
un largo proceso genético que interesaba ante todo un tránsito, un crecimiento,
relegando a segundo plano lo mismo el origen que es el resultado” (Guillén).
Sin
embargo, no será la única referencia intertextual del cuento, la misma fecha de
recepción del público lector de Pacífico Magazine en noviembre de 1914
es distinta a la publicación original (The End of the World, 1903); generando
una actualización y recontextualización de cómo se interpretó el cuento “El fin
del mundo” de Simon Newcomb a la luz de los nuevos tiempos y crisis mundial
producidos por la Gran guerra, once años después de su primera publicación: “Como
sabemos, cada época actualiza, toma, cita, renueva, recrea, recontextualiza
textos por diferentes razones y con la intención de apoyar un razonamiento,
reforzar la autoridad de un texto por otro de carácter incuestionable …” (Ctdo
por Gerse 73). La cita anterior reafirma el trasfondo detrás de la publicación
de Pacífico Magazine en noviembre de 1914 y cuál era la mirada que se
buscaba implantar desde el contexto sociopolítico de nuestra nación frente al
acontecer europeo y mundial.
Respecto a
la noción de intertexto o intertextualidad, resulta destacable lo formulado por
Jacques y Michel en relación a los múltiples significados que es capaz de
producir; dado que se sitúa en nuevos contextos de producción y recepción, en
este caso particular a través de la traducción, por ende, nuevas posibilidades
idiomáticas, en medios disímiles y en culturas distantes geopolíticamente. Por
ello, no podemos señalar que el texto al que accedemos en noviembre de 1914 en Pacífico
Magazine sea una mera reproducción de su original, más por el contrario
resulta en un texto capaz de generar nuevos espacios de lectura, crítica y
apropiación:
Todo
texto es un intertexto. Hay otros textos presentes en él, en distintos niveles
y en formas más o menos reconocibles: los textos de la cultura anterior y los
de la cultura contemporánea. Todo texto es un tejido realizado a partir de
citas anteriores … La intertextualidad, condición indispensable de todo texto,
sea cual sea, no puede reducirse evidentemente a un problema de fuentes o de
influencias … Epistemológicamente, el concepto de intertexto es el que
proporciona a la teoría del texto el espacio de lo social: es la totalidad del
lenguaje anterior y contemporáneo invadiendo el texto, no según los senderos de
una filiación localizable, de una imitación voluntaria, sino de una
diseminación, imagen que, a su vez, asegura al texto, el estatuto de
“productividad” y no de simple `reproducción´ (Aumont, Jacques y Marie, Michel
251).
Retomando
la fuente de origen de The End of the World en 1903 y la traducción
exclusiva para Pacífico Magazine en noviembre de 1914, nos permite generar
cruces con otro concepto relevante para comprender la productividad discursiva que
tuvo en aquella época “El fin del mundo” de Simon Newcomb; me refiero al
concepto de transmedialidad:
Sugerimos
usarlo para referirse al hecho de que cada vez más obras tienden a aparecer en
varios medios. La palabra clave en esta descripción de la transmedialidad es
«tienden a»: la reaparición (extensión, reescritura) de una obra en otro medio
es una posibilidad, no una regla general; lo que es más, su presencia e impacto
depende de su contexto histórico … Varias formas de transmedialidad concurren
en un contexto creciente de movilidad mediática donde todas las formas de
adaptación, reciclaje y extensión se combinan. En ciertos periodos, culturales,
entornos, géneros, etc., la transmedialidad estará más presente que en otras.
En principio, no obstante, la transmedialidad es un fenómeno universal
(Sánchez, Domingo y Jan Baetens 9).
No
obstante, dado el caso de la traducción dentro de un mismo medio (Magazine) y
no, por ejemplo, un cambio o adaptación a un medio artístico y audiovisual u
otro soporte textual es que será preferible hablar de adaptación
intramedial:
…
es perfectamente posible adaptar una obra manteniéndose en un mismo medio (los
ejemplos de adaptación intramedial son incontables, desde las traducciones, a
los reader´s digest, la reescrituras, parodias, etc., todas ellas casos de
adaptaciones no transmediales). Manejamos, como puede intuirse, un concepto más
amplio de adaptación del que suele predominar en Estudios de Medios y en la
Literatura Comparada, inspirados por el concepto descriptivo de traducción como
transfer o interferencia cultural desarrollado por la teoría de los
polisistemas y en sintonía con otras propuestas igualmente atentas a una
comprensión cultural e histórica de la enorme variedad de prácticas adaptativas
y a su relevancia creciente en el entorno progresivamente dominado por los new
media. Hay razones, por tanto, para mantener una distinción nítida entre al
amplio dominio de la adaptación, entendida aquí como parte del campo de estudio
propio de la teoría de la traducción, y el campo más estrecho de la reescritura
(Ctdo en Sánchez, Domingo y Baetens, Jan 9 – 10).
Finalmente,
cabe destacar que uno de los planteamientos y tesis claves a considerar
dentro de mi investigación es la planteada por Agustí Nieto Galán en relación
al rol de expertos científicos y divulgadores de ciencia como al rol de los
lectores llamados profanos, por no poseer ese grado de expertiz y, por tanto,
se les atribuye una categoría de meros receptores pasivos de la información
científica, que nada pueden hacer o aportar al respecto:
Es
difícil escapar de esa idea preconcebida de que, en una primera etapa, los
expertos crean conocimiento científico de manera autónoma, para que,
posteriormente éste sea difundido a la sociedad, al público, que supuestamente
lo asimila desde posiciones fundamentalmente pasivas desde el punto de vista
epistemológico. Deberíamos, sin embargo, preguntarnos si realmente podemos
suscribir esa imagen tan simple y poco matizada de la llamada “divulgación
científica”. ¿Hasta qué punto este modelo es válido para analizar nuestra
cultura científica contemporánea? ¿Nos es realmente útil para comprender
adecuadamente un conjunto de complejos procesos de comunicación en determinados
momentos y lugares del pasado? Probablemente, la respuesta a ambas preguntas es
negativa (La ciencia en la esfera pública 54).
Es
precisamente esta realidad expresada por Nieto Galán la que se verá reflejada
en el cuento “El fin del mundo”, específicamente por el profesor de ciencias,
quien al saber de la inminente aproximación de la estrella opaca y su
trayectoria en dirección al sol, prefirió resguardarse él y solo a unos pocos
elegidos (científicos igual que él), que guardaron el secreto frente a la
inminente catástrofe que se avecinaba de una probable extinción de la humanidad
y todo lo viviente que habita la Tierra. Comparando este secreto como un médico
que atiende a un paciente con enfermedad terminal, quien por el bienestar del
paciente, no le cuenta dicha condición, puesto que aquellos que no son médicos,
ni científicos nada podrían hacer frente a estas realidades:
Durante
los meses que siguieron, el profesor estuvo perplejo entre callarse o comunicar
sus temores. Contra esta última resolución estaba la certidumbre de que nada
podría hacer el mundo para librarse de la catástrofe y que era mejor que
ignorase hasta el último momento lo que le iba a ocurrir. Los médicos hacen
cuestión de honor en el sentido de no comunicar a sus pacientes ni una sola
palabra cuando se trata de casos fatales. ¿Por qué se le iba a comunicar
entonces a la raza humana que debían prepararse para su inevitable y total
exterminio? (Newcomb 560).
Al
respecto, como nos señala Verónica Ramírez, la aparición de temáticas,
hipótesis o teorías predictivas relacionadas con el saber astronómico, no es un
fenómeno nuevo para el siglo XX, pues hace varias décadas precedentes los
periódicos y magazines daban cuenta de dichos fenómenos. En ese sentido resulta
fundamental para interpretar el cuento “El fin del mundo”, escrito por Simon
Newcomb y su resignificación dentro del contexto de Chile y el mundo en
noviembre de 1914, ya que la reescritura estará en diálogo con el contexto
global.
La
prensa funcionaba como un dispositivo a través del cual circulaban estas
teorías predictivas asociadas al saber astronómico. En las páginas de diarios,
periódicos y revistas, podemos enterarnos del trato que los científicos y los
públicos de la ciencia brindaron a los anuncios acerca de la destrucción del
mundo asociada a fenómenos celestes, así como conocer la manera en que circuló
y se resignificó ese conocimiento en contextos globales y locales. Debemos
destacar que la prensa adquirió una importancia fundamental en los procesos de
circulación del conocimiento científico desde el siglo XIX en adelante
(Ramírez, Predicciones del fin del mundo 71).
En
conclusión el contexto histórico y cultural de principios del Siglo XX,
posibilitó un gran interés por el saber científico y, ante todo astronómico,
que era adquirido y consumido a través de diversos medios (Magazines, libros,
ciencia y divulgación científica), difuminando las fronteras que se diluían
entre los lectores científicos y no científicos (profanos). Por otro lado, el
rol de los científicos como fue el caso particular de Simon Newcomb, quien como
prominente hombre de ciencia, cumplió un rol de facilitador también y
divulgador del saber científico, por ejemplo, a través de su literatura, donde
las páginas de sus historias destilan hondura y conocimiento científico. Resultaron
igualmente relevantes para comprender cómo funcionaban las relaciones entre
soportes, medios y contenidos científicos en la época los conceptos de
intertextualidad, transmedialidad y adaptación intramedial; esta última
sobretodo para comprender las posibilidades de la reescritura y la traducción,
así como no la mera reproductividad de un contenido, sino que posibilita la
creación y productividad de un nuevo imaginario colectivo alrededor de la
ciencia. Sin ir más lejos, el relato “El fin del mundo”, nos propuso una visión
catastrófica y apocalíptica, rompiendo con el paradigma científico positivista
predominante, donde las personas comenzaban a perder la fe en lo que había sido
su soporte por cientos de años, dejándolos en la incertidumbre de que el ser
humano aún permanece indefenso ante la fuerza de la naturaleza y empequeñecido
ante la magnitud de los eventos astronómico-universales.
Lista de
trabajos citados (Bibliografía):
Aumont,
Jacques y Marie, Michel. Análisis del film. Barcelona: Editorial Paidós, 1993.
Gerse
María. Niveles narrativos en todo verdor perecerá de Eduardo Mallea. Budapest:
Akadémiai Kiadó, 2002.
Guillén,
Claudio. Entre lo uno y lo diverso. Barcelona: Editorial Crítica, 1985.
Martínez
Fernández, José Enríque. La intertextualidad literaria. Madrid: Cátedra, 2001.
Newcomb,
Simon. “El fin del mundo”. Pacífico Magazine, vol. 4, nº 23, noviembre
1914, pp. 557 – 567.
Nieto-Galan, Agustí. (2011). Los públicos de la ciencia.
Expertos y profanos a través de la historia. Madrid: Ambos Mundos. (Selección).
Nieto-Galan, Agustí. (2010). “La ciencia en la esfera
pública del siglo XIX: géneros, discursos y apropiaciones”. Cultura Escrita y
Sociedad, 10: 53-80.
Ramírez, Verónica. (2019). “Predicciones del fin del
mundo: Astronomía y ciencia ficción en los magazines de editorial Zig-Zag
(1900-1920)”. Revista Literatura y Lingüística, 40: 69-91.
Ramírez, Verónica. (2019). “Expertos y profanos:
circulación del saber astronómico en magazines chilenos”. Revista Humanidades,
40: 235-272.
Ramírez Verónica y Valderrama Lorena. (2021) Lo que
auguran los astros. Espectáculos maravillas y catástrofes en la prensa chilena
(1868 – 1912). Santiago: Ril editores.
Sánchez, Domingo y Jan Baetens. “La literatura en
expansión. Intermedialidad y transmedialidad en el cruce entre la literatura
comparada, los estudios culturales y los New Media Studies”. Tropelías. Revista
de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, 27, 2017.
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