Como ardiente fuego tus manos devoran mi entrepierna.
Tus ojos enardecidos, auguran deseo y viriles placeres de la carne.
Tu cuerpo palpita frente al mío como misterio audaz bajo las estrellas.
Somos amantes furtivos en miradas cautivas dispuestos al paraíso.
Tus labios surcan mi pecho como amazónica selva en destemplado calor tropical.
Somos lo que callamos y lo que oculta la luna bajo el firmamento.
Nuestro secreto será el suplicio de dos amantes arrebatados al amor.
Copiapó, 13 de marzo del 2022.
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