Aguardan en la piel nuestras memorias,
Estampadas como acariciantes besos al amanecer.
Se tocan, se desean, se extasían, se devoran.
Se vuelven cuerpo encarnado en pasión amatoria.
Silencios, susurros, suspiros en frenesí vertiginoso.
Batalla campal en inexplorados territorios.
Despiertan tus sentidos al sueño de la noche embriagadora.
Turbulentos, sensitivos, misteriosos se vuelcan nuestros labios.
Amasijo de texturas, porosidades y efluvios de medianoche.
Somos cautivos, amantes en los deliciosos delirios de nuestros atenazadores brazos.
José Patricio Chamorro, Copiapó, 7 de mayo de 2022.
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