Se aprende a soñar con corazón y con alma.
Se aprende el verbo amar con ilusión y con esperanza.
Se aprende de la risa, se aprende con el llanto.
Se aprende con los números y también con el canto.
Se aprende con actitud, convicción y con talento apasionado.
Se desaprende con gratitud, con versos e intentos diarios.
Se desanda el camino y se retoma con el silabario.
Se desprende de la imaginación en un libro que guía de tu
mano.
Se desobedecen las injusticias del mundo, es un grito
silenciado.
Se desaprende, se desanda, se desprende y se desobedece…
Se aprende a soñar, reír, amar y llorar.
Se aprende de números, cantar o crear.
Ser maestro no se enseña, se vive a fragua lenta.
Maestro se es en la mirada, el tacto y la palabra.
¿Qué se enseña cuando se enseña?
No lo olvides, sola es experiencia plena.
José Patricio Chamorro, Copiapó, 22 de noviembre del 2023.
Comentarios
Publicar un comentario