Anochece sobre el mar de las ciudades Avanzan caudalosamente los ríos de gente Es el inicio de la bohemia santiaguina Se abren las puertas de los pubs de par en par Y observando en atento mirar aquel transitar Danzo en ese vals de amores anhelantes De cuerpos tránsfugos que buscan placeres rápidos Que viven de son a son y de doce a dos Horas efímeras que vuelan y desaparecen Se plasman en mis ojos extasiados Ansiando el contacto, el leve tacto De tu cuerpo, nuestros cuerpos En un ir y venir, en los tres cuartos de un compás Bailando sin cesar, hasta el final Concertando una y otra vez nuestro amor Bajo la esfera de cristal, radiante luna que nos cubre Centellando en violeta, azul y rojo, delineando nuestros rostros Y así extenuados, caemos en los brazos de Morfeo Un beso culmine es el aderezo de nuestro deseo.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.