Entre la certidumbre de tu piel
Y la deriva de tus besos me encuentro
Desde la fragilidad de mi cuerpo
Al dulce sabor a miel que me hace enloquecer
En un tono agrio de licores
En una sombría noche y en una cálida velada
Ahí te conocí, viniste a mí y yo llegué a ti
Te esperé y busqué por veinte años
Pero al fin alma mía, amor mío, te encontré.
Veinte años de incansable pasión
De amarga desilusión, que se trastocan en amor
De un sentir a un beso
De un anhelo a un pensamiento
De una caricia a tu cuerpo
Lo que parecía imposible hoy se vuelve amagos sensibles
Y posándome en el alféizar de tus sentidos
Te digo
Yo soy de ti
Y
Tú de mí.
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