Mi madre era casi hermosa, casi bella
Era el pretérito perfecto de la belleza
Era ella, tan sólo ella, no había nadie como ella
Sus manos que te cubrían las penas de amor
Su llanto tierno, dulce y sonoro
Como río de piedras que siguen su camino
Como azahar y rosas que rozan tus pies
Así era mi madre, bella como ninguna
Perfecta y trabajadora de alma única
Hoy la recuerdo, hoy la quiero
Ayer viví con ella, ayer la quise
Mañana no estará a mi lado
Pero mi amor hacia ella estará intacto.
Mi madre era casi hermosa, casi bella
Era el pretérito perfecto de la belleza
Era tan sólo era, palabras que se van
Palabras que vienen,
Hoy sobran para decir cuánto la quise.
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