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Una pasión de vida en la capital.




Hoy al desplazarme por el largo y ancho de esta ciudad abarrotada de gente que es Santiago, en medio de su bullente y ensordecedor ruido, sus miles de autos y tumultuosas masas de gente circundando la ciudad, iba caminando a paso rápido y pensando en las personas que uno se topa a diario, pues si bien uno no ve a todos, puesto que el mundo es muy amplio, pero en general tiende a frecuentar a la gente que posee intereses similares o que por uno u otro motivo debe encontrarse con ellos, de este modo pienso, por ejemplo, en las personas que trabajan en la micro, taxis, supermercados, estos últimos me los tiendo a encontrar muy a menudo, pues cuando voy a esos lugares, ellos tienden a ser los mismos que te atienden, lo mismo pasa con la gente de la U, con quien uno convive a diario, la vida en general es pluriforme, nadie nos enseña a vivir, sin embargo, en esta lucha constante por la supervivencia en la selva metropolitana, algunos vivimos más relajados que otros, algunos somos más felices que otros, mas, personalmente procuraré que quienes me rodean sean felices, que se alegren en el día a día, ya que cada persona debe ser feliz en lo que hace y por qué lo hace, a mí no me obligaron a estudiar literatura, pero cada día que pasa, siento que me apasiona más, aunque a veces termine un tanto estresado, pero son los gajes del oficio, como dicen por ahí, a veces la calle te enseña más que la universidad, hoy pienso un tanto eso y que mis tardes de lunes y miércoles se alegran y me motivan, por quienes acuden a mis clases en el preU, ahí denoto mi pasión e intento darlo en cada acto del día a día.

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