Ir al contenido principal

Apuntes Literatura General III, 30/07/2013. Kafka.



-En Kafka no habría una búsqueda programática.
-Narrador permanentemente en tercera persona.
-No hay en él una apuesta transformadora de la narrativa.
-La escritura se vuelve una válvula de escape.
-Poética autobiográfica.
-Un dato relevante en su biografía es su condición de judío.
-El judaísmo como un modo de existencia, emerge sí o sí en su obra.
-Kafka no es un judío observante, pero sí es depositario de esa tradición.
-Judío en el imperio austrohúngaro.
-Continuidad con la tradición naturalista alemana.
-El padre inscribe a la familia como católica.
-Las novias de Kafka eran judías.
-Vínculo entre la corriente del absurdo y Kafka.
-Figura del individuo marginado, expatriado.
-Sensación de separación que arranca de una visión particular de Dios.
-Dios como figura lejana, distante, indolente.
-La noción de la ley es central.
-Dios se revela a los hombres a través de la palabra.
-En cada judío debe haber una observancia estricta a la ley.

-Noción de la culpa, creencia en una culpa original, se es culpable porque se nace y la existencia es expiar esa condición culpable, lo que determina una visión específica sobre la vida.

-La vida es un padecimiento. Concepción dolorosa de la existencia. Ser para el dolor y ser para la muerte.

-Dimensión amorosa, sexual y corporal en la obra de Kafka. (Últimos fragmentos de la selección de los escritos).

-La soltería se trasunta a varios personajes de su narrativa.

-Eroticidad compleja y violencia en la eroticidad. Dimensión irracional que amenaza al individuo.

-El matrimonio en el mundo judaico es una ley cívica, que permite la perpetuación de la especie y del pueblo judío.
-Forma de negarse a un sistema ante el cual él se siente víctima.

-El padre es una figura negativa en Kafka. El padre de Kafka es la antítesis de él.

-La relación padre-hijo, será vertical y jerárquica, habiendo siempre una víctima y un victimario, un torturador y un torturado, un ganador y un perdedor, un individuo satisfecho y un fracasado.

-Padre proyectado a la sociedad, cultura, autoridad, ley y Dios. (Inversión vertical, donde el último eslabón es el individuo kafkiano), de este modo, surgirán así los grandes temas de la obra kafkiana; la soledad, el enclaustramiento, la culpa, la enajenación, la alienación, que pueden traducirse en un gran leit motiv que trasunta toda la obra kafkiana y que es el conflicto entre el individuo y el mundo de los otros.

-Presencia de fenómenos psicológicos que aparecen en Kafka, la enajenación y la alienación. Esta última como trastorno intelectual, es decir, transformar la consciencia hasta hacerla contradictoria con lo que define a esa personalidad. Ambas suponen un borronamiento del sujeto.

-Personajes que son un carácter, pero no una personalidad. Individuos que no son movidos por nada, sino que son movidos por una fuerza mayor. Individuos que padecen la acción y la contemplan.

-La acción del sujeto es una espera contemplativa.

-El elemento que trastoca la realidad, siempre viene dado desde fuera del sujeto.

-Proceso de la alegoría en La metamorfosis, el escarabajo es en sí mismo una alegoría, que debe ser leída en distintos niveles.

-Motivos recurrentes: Incomprensión y soledad, los personajes kafkianos son incapaces de comprender, cómo y cuándo ha ocurrido.

-Tema del enclaustramiento, que por una parte es una forma de preservación de la existencia.

-Presupone que son seres para el sufrimiento y la condición de ser para la muerte.

-El dolor en Kafka es un tema y una forma de tratamiento.

-La extrañeza tiene un tratamiento doloroso.

-Leer: El médico rural. (Selección de cuentos, obras completas). El enfermo está doliente.

-En Kafka, la escritura será su propio lugar de preservación y enclaustramiento.


-La escritura como transustanciación. (Mudar la sustancia de algo). La experiencia deja de ser única, individual, sino que se universaliza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"La Hormiga", Marco Denevi (1969).

A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia. Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido

Ensayo, “Los chicos del coro, una película que cambiará nuestra mirada hacia la pedagogía”.

En la película, los chicos del coro, vemos una realidad de un internado ambientado en la Francia de 1949, bajo el contexto de la posguerra. Esta institución se caracteriza por recibir a estudiantes huérfanos y con mala conducta, que han vivido situaciones complejas en términos de relaciones interpersonales, pues muchos de ellos han sido abandonados o expulsados de otras instituciones. Con el fin de reformarlos el director del internado Fond de I’ Etang (Fondo del estanque), aplica sistemas conductistas de educación, sancionadores y represores como encerrarlos en el “calabozo”, una especie de celda aislada cuando se exceden en su comportamiento. Sin embargo, la historia toma un vuelco con la llegada de Clément Mathieu, músico que se desempeña como docente y quién aplicará métodos no ortodoxos en su enseñanza los que progresivamente irán dando resultados positivos en los chicos.                 Respecto a las temáticas que se abordan en la película, por un lado resaltan los a

La taza rota.

Esa noche había llegado tipo diez, hacía un clima enrarecido, hacía frío, pero sentía calor, quizás no era el tiempo, tal vez era yo, no lo sabía, pero algo pasaba y si bien hasta cierto punto todo parecía normal o aparentaba serlo, algo había cambiado. Llámese intuición, dubitación o sospecha, en aquella casa a la que llegaba a dormir sucedía algo que había desestabilizado y quebrantado la rutina, no era sólo que mi mundo cambiase, sino que la realidad hasta cierto punto superaba la ficción, el tiempo ya no parecía correr a pasos agigantados, sino que incluso se detenía en estática parsimonia, para lo que sólo me bastó observar el reloj que se encontraba en la pared, en la esquina opuesta a la puerta de entrada a la casa y, efectivamente, las horas y minutos en aquel reloj no avanzaban, sino que las manecillas se habían paralizado de por vida, lo pensé unos instantes y no había explicación para ello, salvo que se hubiese quebrado, caído o algo por el estilo, en fin, lo consideré só