La
belleza del instante vivido la conservo en mi memoria
Nuestros
cuerpos devorándose entrcruzadamente, palpitándonos en agonía
El
voluptuoso incienso enciende las noches vaporosas en tu cama
Lo que
vivimos sólo lo saben nuestros cuerpos, fiel registro de tus besos
Las
caricias de una noche en vela, esperando el amanecer del otro día
La
estimulación de tus sentidos me hacen
creer en que aún la vida merece vivirse
Al
despertar ya no estarás a mi lado, pero sé que pensarás en mí como un recuerdo
vago
El
deseo será nuestro intermitente secreto, por habernos amado desde siempre
Tú
conoces mis más recónditas y febriles pasiones, no olvidarás mi mano abrasadora
Tu
cuerpo frente al mío, tus silencios y ecos estertóreos que me piden a gritos
amor mío
Te amo
como la mustia sensibilidad y fragilidad de mis versos que escribo en las noches
tuyas
Siempre
tuyo, desde el día en que nos reconocimos. Tu escritor de media noche.
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