La
practica hace al maestro, el amor, como la vida misma, no debe tomarse a la
ligera, hay que disfrutarlo por sobretodo, poner en practica los principios
inmemoriales. Cada persona es un universo a descubrir, las cadencias de la voz,
las pausas y ritmos acompasados de los cuerpos, la tranquilidad de dos personas
sincronizadas en el acto amatorio, en el atreverse a vivir plenamente los
instantes, aquellos que son irrenunciables, consistentes en sí mismos, pero que
como el polvo, se desvanecen en el aire. Hay una primera vez para todo en la
vida, pero siempre podemos aprender a reencantarnos con nosotros mismos, con
nuestros gustos y placeres. Registro en mi memoria, la primera vez en que nos
vimos, ese segundo que me miraste con curiosidad y yo atentamente te escuchaba,
me ponía nervioso en tu presencia, no podía negar la atracción que me
producías, tu cuerpo, tu figura, tu tan sola presencia, tu cercanía, ese estar
ahí a mi lado. Yo te escuchaba atentamente las primeras noches que convivíamos,
tus ideas, tus proyectos, tus circunstancias, pocas personas tienen un talento
de artistas y tú lo tienes y quizas aquello fue lo que nos conectó
profundamente. Esperaba con ansias tu llegada, escuhar tu voz, dialogar contigo,
pero el cansancio del ajetreo diario podía más que nosotros, pero aun así te
esperaba e intentaba ganar terreno, que confiaras en mí, que sintieras la
atracción que me producías. Siempre he sido una persona muy intuitiva, la labor
diaria de la escritura me ha hecho desarrollar aquella habilidad y pasión por
comprender la esencia de cada persona que me rodea, hiciste que creara al menos
un poema pensando en ti, hoy escribo porque no estás a mi lado y revivo en mi
mente nuestras propias experiencias, el reconocimiento íntimo de nuestros
cuerpos, aún te deseo, no sabes cuánto y sé que tú también me deseas, pero
mantener una relación, convivir junto a otro se me vuelve tan difícil, sé que
captaste la sensibilidad de mi ser, me lo dijiste en tus propias palabras, me
consideraste especial e inteligente, lo que me ha acompañado durante mis 22
años de existencia y que hasta el día de hoy ha generado un magnetismo
particular que no cualquier persona es capaz de producir. Tal vez se deba a que
sé amar, a que me entrego absolutamente cuando me enamoro, por ello me cuesta
tanto olvidar, me impregno de las energías de quienes han pasado por mi vida.
Si no hubiese sido por las circunstancias de la vida, jamás nos hubiésemos
conocido, quiero que sepas que fui feliz y que espero que podamos construir
momentos juntos.
La
vida es una imprediscibilidad de momentos, no obstante, sé que tú estarás para
mí y yo para ti, compartiremos vivencias que recordaremos o, al menos,
procuraré recordar con el tiempo. Han pasado días desde aquel encuentro que no
fue casual, fue la determinación de nuestros cuerpos que ardían de una pasión
desatada. Amanecer junto a ti es una sensación imborroneable, el frenesí de
nuestros cuerpos bullentes de espasmos matutinos, por acallar nuestros deseos
más profundos e íntimos.
Quién te piensa, J y R.
José Patricio Chamorro, 04/10/2013, Santiago de Chile, Ñuñoa.
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