Tu
mirada me habla encendiendo mis solitarios días por la mañana
Tu
cuerpo me pide un aliento silencioso, un beso de medianoche
Deseas
que recorra tu cuerpo desde la punta de tus labios, hasta la incertidumbre de
tus pies
Te veo
y me enamoras a cada instante, sensaciones encontradas,
Ámame como
si no hubiese un mañana, escucha mis latidos, deseémonos amor mío
Crucemos
la voluntad férrea de nuestros cuerpos inventariados de recuerdos
Que esa
noche en la que entregamos nuestros cuerpos, sea el
principio de nuestro enamoramiento
placentero
Quiero
que palpes mis manos que serpentean en los intersticios de tu cuerpo
Extáseame
en las letanías de una erótica descarnada
Plasma
la energía de tu vitalidad ensimismada en mis miembros furibundos
Orgásmicos
placeres desenvolveremos en tu cama encriptada
Eres tu
humanidad de intrigas lúdicas en mis deseos más profundos.
José Patricio Chamorro, 03/10/2013, Santiago de Chile, Ñuñoa.
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