Ir al contenido principal

Amar y vivir como escritor.



Tengo 22 años y aún no aprendo que no debo enamorarme, entregar toda mi interioridad de una, que el tiempo te termina enseñando que es preciso dejar el tiempo pasado atrás y las cosas como estaban, quizás como si aquella persona que se cruzó en tu camino, jamás hubiese existido, me es triste y me acongoja en demasía esta realidad, pues creía que me había enamorado, pero fue nuevamente de la persona equivocada, de un tiro al aire, de alguien que mira por su ego personal, por sus propias proyecciones e ideas, de un ser individualista, más que mal vuelvo a estar solo, sin embargo, las experiencias quedan y yo no olvido tan fácilmente, jamás me ha gustado deberle algo a alguien y menos y con mayor razón aún a quién no vale la pena y que es capaz de verte como un objeto de su propiedad, de quién paga por vivir y que le sirvan en bandeja. Mi estilo de vida es la de un escritor, mi residencia este año ha sido intensamente productiva, perdí la cuenta de los libros leídos y lo vivido, las tazas de café vertidas, pero descubrí algo, a entender mejor la mente humana, que cada cual busca suplir sus propias necesidades y satisfacer sus sueños y anhelos, que no soy servidor de nadie, que soy dueño de mi propia mente y pensamientos, que no por nada me educo a mí mismo, con un auto-didactismo que supera con creces mis propias experiencias, que procuro mantener la lucidez de mi mente y de mi escritura, de crear y recrear el mundo con mis propias palabras, más que mal la realidad que construimos la hacemos a diario y según cómo dirigimos lo que pensamos y decimos, todo lo dicho y vivido, ya constituye parte de nuestro pasado, a veces una conversación procura matar el tiempo, llenar el vacío y ocio existencial, me considero existencialista y vitalista, alguien que está dispuesto a vivir la plenitud de la vida y que las energías que me rodean, sean lejos las mejores auguradoras, procuro alejarme de aquéllos que absorben mi energía, soy joven y mi vitalidad se la entregaré y compartiré con aquellos que de verdad se la merecen, no con quién esté dispuesto a verme como una mercancía, pues mi esencia es personal, la he construido con el pasar del tiempo, mi aura guía cada acto de mi vida y escritura, mis energías se elevan por sobre mis hombros y quedan plasmadas a través de cada palabra que emito, escribo y pronuncio, con cada libro que pongo sobre mis manos, con cada café que sorbo y con cada alimento que ingiero, la energía es un fluir vital, yo estoy en continúo movimiento, jamás quieto, sino impaciente por el mañana que se aproxima, vivo en el hoy y el despertar del mañana, este día ya cae en su ocaso, en cambio el amanecer postrero ilumina la senda de mis pensamientos, guía mis próximas decisiones y actos más puros.

                Aún creo que el amor terminará tocando a mi puerta, quizás lucharé por uno que valga la pena, que yo mismo sea capaz de validarlo, sólo debo confiar en mi fuerza e ímpetu, en atreverme a vivir con la libertad y libre albedrío que me caracteriza, soy un joven escritor, dispuesto a aprender de los demás, a conocer otras visiones y perspectivas del mundo, esta noche escribo en la aburguesada casa en la que habito, que me ha enseñado de las dobles caretas, el juego de las máscaras sociales, la apariencia y el guardarlas, cuando en verdad nadie hace nada por ti, más que tus seres queridos y por ello hay que vivir la vida, continuar los nuevos desafíos y proyectos personales. No olvido quién soy, más al contrario, mi orgullo más grande es ser yo mismo, pues nadie podría estar en mi mente, ni en cada nueva idea que me surge y que se vuelve inasible, que si bien procuro registrar, así como lo hago con cada huella de mi existencia, dado la evanescencia misma del lenguaje, se evaporan espúreas en el aire, nadie me puede arrebatar mis palabras, es mi voz propia, mi propio sentir.

                Me gusta la casa que habito, quizás me quede otra temporada, aún no lo decido, sus paredes amarmoladas y sus pisos embadurnados, el viento que traspasa por la ventana, el oxígeno que penetra mis pulmones y la naturaleza que para contemplarla, me basa sólo asomarme, me encuentro rodeado de energía vital hacia donde mire, la naturaleza es sabia e incluso el destino lo es, quizás llegué hace nueve meses casi en su exactitud al lugar que en estos momentos habito, porque la vida me tenía preparada nuevas experiencias y sorpresas, conocí a dos seres de inteligencia poco común, de ambos aprendí, de sus personalidades y mundos personalidades, al fin y al cabo, cada cual rehúye de sus propios fantasmas, como bien señala Goya, yo no sé de qué, ni de cuáles rehúyo, no obstante, poseo mis miedos personales, quizás el mayor de todos, el fracaso, pero hasta hoy he sido feliz y sin duda el éxito nada lo puede comprar, ni la felicidad que siento y me invade con el sólo hecho de ser yo mismo, a mis 22 años y próximo a dejar un año viejo atrás, con cientos de esperanzas por el porvenir, ya no muy lejano, estoy dispuesto a seguir luchando, a llegar tan lejos como mi voluntad y destino me lo permitan. Hoy me encuentro en este espacio, mañana, es probable transite por otros lares, pero en cada lugar en el que me he situado he dejado mi huella, mi energía vital plasmada, con mis deseos y anhelos y eso nadie me lo puede arrebatar, ya que mi mente dirige mi cuerpo y estaré siempre donde quiera y deba estar.

                                                                                              José Patricio Chamorro, 19/12/2013, Ñuñoa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El carácter dicotómico de Lady Macbeth.

  En el presente trabajo, se pretende realizar un análisis comparativo entre las obras literarias Macbeth, cuya tragedia pertenece a Shakespeare y, Macbett, referente al teatro del absurdo de Ionesco, que es una parodia de la obra creada por el primer autor. Sin embargo, cabe destacar, que me centraré fundamentalmente en las características intrínsecas de las obras, más que en el contexto de producción, puesto que el presente, se aboca al establecimiento de una analogía entre el personaje “Lady Macbeth”/“Lady Macbett”, de quien referiré rasgos de índole psicológica, por ende también se hará alusión a sus pasiones y motivaciones, cuya incidencia en el desarrollo de las obras, es de suma relevancia, destacando ciertos atisbos de transgresión que se cometen en ella, en relación al orden natural de los hechos y, del mismo modo, las transgresiones de género que nos presenta este personaje. En primer término, efectuaré un análisis de los parlamentos que Lady Macbeth, enuncia en la obra

"La Hormiga", Marco Denevi (1969).

A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia. Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido

Ensayo, “Los chicos del coro, una película que cambiará nuestra mirada hacia la pedagogía”.

En la película, los chicos del coro, vemos una realidad de un internado ambientado en la Francia de 1949, bajo el contexto de la posguerra. Esta institución se caracteriza por recibir a estudiantes huérfanos y con mala conducta, que han vivido situaciones complejas en términos de relaciones interpersonales, pues muchos de ellos han sido abandonados o expulsados de otras instituciones. Con el fin de reformarlos el director del internado Fond de I’ Etang (Fondo del estanque), aplica sistemas conductistas de educación, sancionadores y represores como encerrarlos en el “calabozo”, una especie de celda aislada cuando se exceden en su comportamiento. Sin embargo, la historia toma un vuelco con la llegada de Clément Mathieu, músico que se desempeña como docente y quién aplicará métodos no ortodoxos en su enseñanza los que progresivamente irán dando resultados positivos en los chicos.                 Respecto a las temáticas que se abordan en la película, por un lado resaltan los a