Las noches de marzo son eternas bajo tus ojos
Es como niebla embotellada, es tiempo embarcado
Mis negros versos, son rosas rojas que apenas
te tocan
Acaricio tu boca con mis dedos
Te recorro toda, hasta la punta de tus pies
Mis manos discurren sobre la seda de tu piel
Se enamoran en el ocaso de tu vientre
Y mi corazón se eclipsa arrodillado, enamorado
Eres la mujer que arrebata mis horas,
Que tortura mis sentidos y acalla mis latidos
Tus ojos profundos devoran mis segundos
Ya no tengo minutos, ya no tengo horas
Sólo tengo segundos, pero un segundo me basta
Para amarte como ninguno.
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