En la oscuridad de la noche,
donde todos los gatos son negros, donde el día muere lentamente, agonizante y
estertóreo, como un amor insinuante, que se entibia entre las sábanas, delatan
los ensueños de una noche blanca, de pureza virginal, de negros espasmos, que
se sacuden en frenesí, que alimentan con pasión los vaivenes de esos besos que
en cadencias los amantes se dan, en los rincones más ocultos de su humanidad,
en esos silencios graves de quiénes se conocen desde siempre y se auscultan en
medio de la incesante negrura de sus cuerpos. Silencios agónicos, de
reconocimiento mutuo, de sus historias, de sus cuerpos cansados por esa entrega
mutua, por ese dar sin esperar nada a cambio, por ser un loco amor de verano,
de esas historias fogatadas que se relatan de vez en cuando y de cuando en vez,
por esos labios que si al hablar o al pronunciar el nombre de quién se ama se
desmayaran erizados y sigilosos por entremedio de esos rincones ocultos,
inexplorados, que se encienden con ese recuerdo en llamas de lo que fue y de lo
que pudo ser. De cuando se conocieron en esa plazoleta de pueblo, de árboles
que oían el susurrar de sus palabras latentes, amor lo llaman algunos, otros
simplemente un suspiro que se produjo en la insensatez de dos locos amantes que
se aman sin conocerse y se desean con una pasión babilónica, de ésas que ya no
existen y que sólo en los tiempos bíblicos eran capaces de desmitificar
historias y acallar siglos.
A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia.
Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido
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