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El mercado de Chillán: Un bien social de nuestra comunidad, ¿Socialmente valorado o económicamente capitalizado? (5 Noviembre 2014).



El mercado de Chillán: Un bien social de nuestra comunidad,


¿Socialmente valorado o económicamente capitalizado?



El mercado, lugar de tránsito permanente, de un flujo, de un ir y venir incesante, donde afloran lo social, lo económico, en una red orgánica, un tejido articulatorio, que visto desde una perspectiva lingüística y en estos términos es posible comprenderlo a través de la noción de mapas semánticos, cuya red de significados, engloba distintos ámbitos sociales. Bajo esta premisa es un espacio donde se gesta lo mejor de la convergencia social, el intercambio mercantil en lo económico, cuyo símbolo se materializa en el intercambio de bienes materiales tangibles y servicios intangibles con valor monetario a pequeña y mediana escala en donde se produce la convivencia de diversos estratos de la sociedad, siendo por ello un lugar que ha sido y es patrimonio histórico, donde persiste la insistencia de la memoria y la memoria del ayer. Sin duda alguna, como suele pasar con el patrimonio nacional y nuestros valiosos monumentos históricos, no se les da el merecido valor que se han ganado con el pasar del tiempo, con lo significativo que es en tanto sociedad.


Para comprender mejor la noción de patrimonio cultural y advertir el estatuto desde el que se sitúa el mercado de Chillán, en tanto, bien material tangible y perteneciente a la comunidad chillaneja, por tanto, bien y patrimonio colectivo, es que será abordado desde la perspectiva de diversos autores y definiciones, para aclarar así el término Patrimonio cultural:


“El patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes. Así, un objeto se transforma en patrimonio o bien cultural, o deja de serlo, mediante un proceso y/o cuando alguien --individuo o colectividad--, afirma su nueva condición (Dibam, Memoria, cultura y creación. Lineamientos políticos. Documento, Santiago, 2005).”[1]

Es una noción dinámica, en movimiento, que se crea y recrea continuamente, de manera paulatina, es un proceso y ello es fundamental para entender esta red semiótica que se teje en torno a la idea que como emisores de un discurso lingüístico, hacemos referencia al nombrar al lugar físico, cuyas características como el de un lugar de uso público, de convergencia social y de intercambio económico, es que denominamos “Mercado“:

“El hecho de que el patrimonio cultural se conforme a partir de un proceso social y cultural de atribución de valores, funciones y significados, implica que no constituye algo dado de una vez y para siempre sino, más bien, es el producto de un proceso social permanente, complejo y polémico, de construcción de significados y sentidos. Así, los objetos y bienes resguardados adquieren razón de ser en la medida que se abren a nuevos sentidos y se asocian a una cultura presente que los contextualiza, los recrea e interpreta de manera dinámica.”[2]

La Real academia de la lengua española define Mercado en su primera y tercera entrada o acepciones como: “Lugar público con tiendas o puestos de venta donde se comercia, en especial con alimentos y otros productos de primera necesidad. Plaza del mercado.”[3] Baja esta acepción es que se ubica nuestro mercado de Chillán, si bien la definición lisa y llana puede parecernos escueta ante el movimiento que en él se genera en la praxis diaria, en el cotidiano, donde devienen varios actores sociales, cada uno cumpliendo un rol no menos importante, desde sus amplios y disímiles puestos de trabajo, desde verdulerías, especias y condimentos, artesanía, arte, mercadería, pescadería, entre otros, ofreciéndonos el intercambio de bienes y servicios. Es menester, por tanto, acudir a otras definiciones, que van desde su descripción y adscripción filológica


“Definición de Mercado”


En el latín, y más exactamente en el término mercatus, es donde encontramos el origen etimológico de la palabra mercado que ahora nos ocupa. Un término que es empleado con gran frecuencia en la sociedad actual para referirse a todo aquel sitio público en el que, en los días establecidos, se procede a comprar o vender diversos productos.


Al investigar la definición de mercado y evaluar la función que este vocablo tiene en el lenguaje cotidiano, es posible llegar a la conclusión de que este concepto describe al ámbito, ya sea físico o virtual, en el cual se generan las condiciones necesarias para intercambiar bienes y/o servicios. También puede entenderse como la organización o entidad que le permite a los oferentes (vendedores) y a los demandantes (compradores) establecer un vínculo comercial con el fin de realizar operaciones de diversa índole, acuerdos o intercambios. Cabe resaltar que el mercado hace su aparición a raíz de la unión de conjuntos compuestos por vendedores y compradores, lo que permite que se articule un sistema basado en la oferta y la demanda.


Los primeros mercados que aparecieron en la historia de la humanidad tenían al trueque como método de base. Con la masificación del dinero, comenzaron a desarrollarse otros códigos de comercio. A su vez, el incremento de la producción generó la aparición de intermediarios entre los productores y los consumidores finales. La economía, según se advierte al profundizar en los alcances y características del mercado, contempla la existencia de diversas clases de mercados: hay algunos que se llevan a cabo al por menor o minoristas; otros que son al por mayor o mayoristas; unos que se denominan de materias primas y hasta hay otros que se conocen como mercados de acciones (las bolsas de valores), por ejemplo.

Según lo anterior el mercado desde sus inicios ha sido una de las instituciones capitalistas por excelencia, que en la medida que han ido evolucionando los sistemas económicos a lo largo del tiempo y de los siglos, ésta se ha ido moldeando hasta institucionalizarse propiamente tal, pasando por diversas fases, satisfaciendo las necesidades de la población, sin embargo, la tesis del presente ensayo pone en discusión el estatuto social de esta entidad, su prestigio, que se ha moldeado con el pasar de los años y cómo se ve y perfila desde los diversos estratos de la población, jugando un papel central en la economía de los pueblos, que en contraposición a las instituciones modernas como los centros comerciales, que funcionan a macro escala, es que éstos han ido en desmedro económico para sus locatarios. No obstante, ¿qué es lo que valida al mercado en tanto institución? ¿Es el quehacer diario de sus cohabitantes o hay intrínsecamente un valor agregado en su producción?


Efectivamente, la diferencia sustancial que encontramos en El mercado, es que éste es autosustentable, se dan en él una serie de cadenas productivas, que van desde la obtención de materias primas, su procesamiento, su productor, vendedor/oferente y demandante, hasta que la cadena económica de oferta y demanda alcanza su ciclo productivo. Es un proceso continuo y cíclico, donde se hace necesaria cada una de las partes, que con el transcurrir del tiempo, ha ido tecnificándose, sin perder de vista su propia concepción y características identificables, perteneciente a una mezcla entre el ámbito rural y urbano, un punto intermedio entre pre-modernidad y modernidad propiamente tal. Por ello la pregunta que conforma la tesis de este ensayo queda abierta, pues sí posee en la concepción colectiva una valoración hacia El mercado como un patrimonio que se auto sustenta y que conforma, además de representar a nuestra sociedad de manera gráfica e icónica, tanto así que es lugar de innumerables visitas turísticas, que nos habla de su valor como institución, pero a su vez cómo la sociedad capitalista, neoliberal de los últimos siglos ha mermado su quehacer y se ha infiltrado desde sus orígenes en su forma de reproducirse económica y socialmente.


Mercados todos ellos que vendrían a basarse en otro de los significados más utilizados de la palabra que estamos abordando. En concreto, nos estamos refiriendo a esa definición que identifica mercado con el grupo de actividades y de operaciones de tipo comercial que se realizan en uno o varios sectores económicos. “El mercado ideal de competencia perfecta se logra cuando ni los compradores ni los vendedores tienen la capacidad de interferir en el precio final del bien o del servicio intercambiado. Este sistema se ve afectado al momento de la aparición de monopolios u oligopolios que fijan los precios por propia voluntad.”[4]


Enlaces y fuentes.


http://www.dibam.cl/Vistas_Publicas/publicContenido/contenidoPublicDetalle.aspx?folio=4338


Definición de mercado: Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/mercado/#ixzz3IFNabxRK



Reseña del autor: José Patricio Chamorro, nació el 23 de Julio de 1991 en la ciudad de Talcahuano, región del Bio-bio. Licenciado en Educación por la Universiad del Biobio .Estudió  Lenguas Hispánicas mención Literatura en la Universidad de Chile, Diplomado en Patrimonio Cutural UC. Tallerista en cursos de literatura en Santiago y profesor particular en lenguaje e historia en Santiago y Chillán. Publicaciones digitales en http://www.una-mirada-diferente.blogspot.com/ Correo electrónico: jose_patricio_chamorro@live.com



PD: Texto a modo de ensayo surgido en el Taller de Semiótica dictado por Rodolfo Hlousek eb Chillán en Noviembre del 2014.


5 noviembre 2014.


Notas al pie de página:


[1]http://www.dibam.cl/Vistas_Publicas/publicContenido/contenidoPublicDetalle.aspx?folio=4338



[2] Ìdem.


[3] Diccionario RAE.


[4] http://definicion.de/mercado/

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