Amanecí con el ánimo a intemperie, llueve en mi corazón
Era mi terruño, tierra en estío, empapada en sordo llanto
Versos caían como gotas carrasperas sobre mi ventana
Sonoridad impotente de lagrimal silencio embravecido
Lluvia intermitente interrumpía mi sueño de madrugada
Lluvias de febrero son tus inolvidables huellas
El tiempo marcan como el tictac de un reloj incontrolable
Muerte anuncia misterios, descifra su andar los días
Lluvia, lluvía, luvia, vialul, vialu, alul, ulal, via, aluvia
Cae sincera, acorde con la poesía de verano.
(Poesía de verano, Chillán, 5 febrero 2014).
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