I
Al caer de la lluvia el crepúsculo aguarda la muerte del día
El renacer nocturno de la noche en el infinito que arde de
sus cenizas
El pensamiento que atardece como los días de un nostálgico
corazón
Así te siento en la lejanía de mis horizontes que abren sus
alas a la lluvia
En espera, siempre en espera de tus palabras que acallan el
silencio
Que se hacen una en el eco de tu voz extendido en ese mar de
tristezas
Ése que tus labios pronuncian al pasar como lágrimas que
gritan al amor
Tus besos que saben a dulce miel, recuerdan una eternidad
prometida
Ante la inminencia acorbadada del paso de las horas que se
desvanecen en tus manos
Que agónicas alardean su último soplo de vida, de una
mortalidad vana, silente
Nada más queda bajo la lluvia, que una gota misericordiosa
directa al corazón
Como flecha que atraviesa los rescoldos de un amor en llamas
hecho polvo y ruinas.
II
Sentimientos prisioneros que se
liberan entre efímeros instantes de penumbras
Tu imagen es la viva silueta de
mis recuerdos en el navegar de los años
En la nada que ebulle para serlo
todo, verbo de una palabra universal
De sentimientos que se despliegan
como bandada de aves a los confines del paraíso
Que desterrados de las catacumbas
emergen para amar una vez más
Para profesar el sentir del alma
al cuerpo, para hacer carne la pasión de mis latidos
Para hacer de la lluvia la
eternidad de mis sentidos.
José Patricio Chamorro. 25
diciembre 2016.
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