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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Ultimátum al silencio.

Las horas pisan sus talones encontrándose al pasar Se balancean raudas, fugaces al ritmo de fin de año Intermitentes, suaves, sonoras como vientos del sur Buscan, olvidan, retroceden y resignifican añoranzas Al descubierto se mudan otoños como sucesivos inviernos Apacibles las palabras esperan tu andar figurando sentimientos. Festejan la vida en sus ires y venires de las manecillas del reloj Destienden el pasado en recuerdos mudos, inamovibles La memoria hace su entrada triunfal y despierta de su ensueño Te saluda como un viejo amigo a su camarada de guerra Solo ella sabe cuánto ha sufrido el corazón marchito. Desahucia despavorido un grito al silencio, la muerte acecha  Somos mortales como humus bajo las catacumbas del averno La realidad solo es una, nacemos para morir sin tregua Vivir es remontar azares e infructuosas búsquedas Ni suspiros, ni caricias en amantes brazos aguardan al amor Es luctuoso final, a quién

Posibilidades inconclusas.

Ocho meses exactos en los que  tu antebrazo rozó el pasamanos del autobús en que subí con ilusión desbocada en una tarde de diciembre. Días antes te había visto sin saber que habíamos recorrido los mismos lugares sin encontrarnos. Hace 5 meses y siete días fuiste a ver la película que tanto ansié y aunque estuvimos en la misma fila, quedamos en asientos opuestos y solo te vi de lejos, sin saber que un día me amarías.  Fue en abril del año entrante en que leí versos con sabor a traición de amor, ese mismo mes una lectura no alcanzó a ser escuchada y tus ojos aún no se entrevistarían con los míos. Pero ese día el reloj marcó las siete en punto y tu presencia tensó la atmósfera. Aquella tarde, nada fue igual. Tu voz, tus ojos que me encontraron por vez primera jamás volverían a ser los mismos y la  soledad acariciante y murmurante de mis veintitantos solo serían un recuerdo amargo por lo que no fuimos y que en ese instante se desvaneció.  José Patricio Chamorro Chillán, 30 d

Versos imaginados

Amar la palabra como ecos del silencio Desafiar la carne y verter las ilusiones Desterrar abismos contra la juventud dorada Emancipar el ego, acurrucularlo en el olvido Mirar al vacío como quién devora un pastel de cumpleaños Arrancar una silueta, asombrar su memoria en pensamientos Cortar girasoles, hacerlos volar en el poema Descrear imágenes, deconstruir sonidos Gustar el verano, dulcificar el invierno Desmalezar primaveras y plantar árboles en otoño Sembrar palabras como semillas en camposanto Pavimentar ciudades con versos imaginados José Patricio Chamorro Jara Chillán,  12 diciembre 2017

Poesía noctámbula.

Poesía noctámbula. marzo 06, 2011            Reedición: 5 diciembre 2017 Hoy la noche se me presenta cautivadora, tentadora Una musa cuyas sinuosas curvas me llama Exhala deseo y me fulmina con el hálito de su mirada Proclama a gritos furtivos que la posea Que la haga suspirar como el amante al que nunca podrá olvidar Aquél que la poseyó, que conquistó su alma Efluvios emanan fragancias aterciopeladas                              Delirios extenuantes en su lecho de ámbar -o- Es la noche amor apasionado, frenesí Reflexión propicia, pliegues de calma, tempestad Anhelante espera, impaciente mi estocada Un impulso impetuoso Que no cesará hasta pernoctar en el placer poético de una caricia Que le arrebate hasta el más escurridizo de los besos Y quede postrada en un rincón de mi cama.

Cenizas de pasión. (Reedición 5 diciembre 2017)

I Dolidas están las entrañas del corazón desdichado Mis ojos se agazapan ante la vana muerte y esperanzas de amor Ilusiones perdidas en un cementerio de lágrimas Desfallecen desterradas cual expatriado sin perdón Hubiésemos sido felices, sin embargo, Una muralla traslúcida y marmórea nos separó. II Te miro a los ojos y siento el frío penetrante de una gélida mirada Aborreces mis palabras, me hundo en un valle de lágrimas Sufro, padezco estragos cuando mi compañía rechazas Me pregunto, ¿será tan cruel la agonía? Su calor quema como flama destemplada y calcinante Hasta derretir cada centésima de mi ser  Ígnea, incinera la piadosa existencia de lo que fue y pudo ser. III Épicos sones medievales acompañan mi desolación Mas quisiera no vivir de recuerdos, sino de vívidos momentos No obstante, nuestras memorias se desvanecen tenuemente Cual etéreo gozo primaveral de la primera juventud Suspiramos juntos y hoy conspiramos en un desam

Encrucijados cruces de crucifixiones

Sutilezas retóricas, cementerio de ensueño Cortacianas palabras balanza Sombras enigmáticas Cultismos añejos Añejados cultivos Huerta de la sabiduría Savia nutricia Hidromiel de los dioses Orgiásticas bebidas Tabaco y pipa con sabor acaramelado Argentina hierba mate matutina Culmina la vida en  inmortal vicio En  salubres resinas renace Dicha desemboca en salud y gloria vespertina. Reedición: 5 diciembre 2017

Existencialismo a la vena

Escribo con el sentimiento que invade mi razón pura De noche mitigo los dolores en la sordidez del silencio En las mañanas destemplo el porvenir que deshojo Atardece como otoño entristecido entre mis venas Uno a uno se desposan los lirios y las rosas en primavera El sufrimiento es tortura que palidece la agonía existencial Me cuestiono, me atormento y acribillo en sentencias vagas Un sí rotundo es lo impropio de mi carne muerta Una negación absoluta es la redención a mi alma en sopores dormida El paraíso es un bufón de circo pobre que promete eternidades rotas Corazón es el ilusionista, mago de sueños inconclusos al pasar Mentiroso y procaz como el fuego de tus manos al rozar su mejilla La virgen, atávica te observa, sabe lo que escondes en tu desnudez Sangre recorre abismante tu torso desnudo de predicamentos Un hilo de plata sorbe los besos añejados en remotas épocas Succiona el lácteo pecho tu pestilente boca de soberbia y bondad Aguijona tu dedo índ