miércoles, 24 de noviembre de 2021

La búsqueda.

 

¿Has escuchado el latir de tu corazón bajo la luz de la luna?

¿Has encontrado un tesoro sin saber el sentido de tu búsqueda?

¿Has emprendido un viaje solo con tus deseos y sueños como equipaje?

 

Si nunca has escuchado el latir de tu corazón, haz que el día cuente

Reserva un momento, aguarda en silencio el canto de tu sentir

Ama, abraza lo que eres, la esencia de tu alma está en los cotidianos actos del vivir.

 

A veces buscamos sin encontrar, en ocasiones nos encontramos sin buscarnos.

Si emprendes un viaje, atrévete a perder el rumbo

Deja que las Ilusiones sean parte de tu experiencia, no reprimas tu voz.

 En tierras lejanas convertidas en deseo encontrarás…

 

Sumergidos en la inmensidad del tiempo y el espacio,

En los confines y límites de la memoria y del deseo,

En el latir de la cadencia de los cuerpos y el placer de los sentidos

Encontrarás… lo que tu boca calla, lo que tus ojos niegan,

lo que tus oídos silencian, el aroma de un efluvio al tacto de la piel.

Encontrarás… sin saber que perdido estabas,

Buscando, desconociendo, sin saber que el tesoro siempre estuvo en ti.


José Patricio Chamorro Jara,

Copiapó 24 de noviembre 2021.

PD: Dedicado a quien encontré sin buscar en los senderos inciertos del destino.

 

domingo, 31 de octubre de 2021

Trampas de amor.

 

Caí en tus brazos como quien se deja enamorar

Perdido estuve y te encontré, respondiendo mi llamada.

Una mirada de ilusión capturó mis sentidos, embargados de ti.

 

Ansias, libertad y amor se conjugaron en nuestros labios;

Acciones, afectos y palabras pronunciadas al oído.

Fuimos silencios, susurros y caricias envueltas en pasión.

 

Fuiste la razón de mis pensamientos y la memoria de mi cuerpo.

Anclados a la noche y sus placeres noctámbulos de ensueño.

Somos prófugos de nuestro sentir, balbuceando sensaciones

Cuestionando nuestro deseo, temerosos de las trampas del amor.

 

Copiapó, 31 de octubre del 2021.

Informe de lectura: "La imaginación material. Restos, naturaleza y vida en la estética latinoamericana contemporánea".

 Datos bibliográficos: Cortes Rocca, Paola y Luz Horne. “La imaginación material. Restos, naturaleza y vida en la estética latinoamericana contemporánea”. Estudios de Teoría Literaria. Revista digital: artes, letras y humanidades, marzo de 2021, vol. 10, n° 21, pp. 4-15.

Campo disciplinar y/o escuela crítica: Teoría Literaria.

Hipótesis: “El protagonismo de lo material constituye un cambio en el imaginario estético contemporáneo, cambio al que llamamos “la imaginación material” y que produce una nueva relación entre estética y política en el presente.” (La imaginación material 4).

Presupuestos teóricos o críticos: El artículo inicia su línea argumental planteando que “La recentralización de la materialidad puede responder a la sucesión de giros” (Coole y Frost; Bryant et al; Bennett y Joyce) (Ctdo en La imaginación material 4). En ese sentido las autoras señalan que:

Lo novedoso del concepto de materialidad consiste en poner en diálogo la historia teórica, estética y cultural que encripta, con discursos y urgencias específicas del nuevo milenio. Eso ocurre cuando la imaginación material –verbal, visual y conceptual– se sitúa no solo en el marco del retorno de lo real o de la postautonomía y la inespecificidad, sino también en el contexto del antropoceno, de la catástrofe ecológica y de la redefinición de lo humano dentro de lo viviente o lo real simbiótico. (Chacrabarty; Morton, Humanidad) (Ctdo en La imaginación material 5).

Lo anterior alude a esta nueva era geológica y al intervencionismo de lo humano ha producido consecuencias catastróficas en la existencia y conservación de ecosistemas y diversidad de especies. Como refieren: “La materialidad le da, entonces, un nuevo empuje a la crítica del siglo XX al humanismo para poner en crisis la centralidad de lo antropocéntrico” (Braidotti). (Ctdo en La imaginación material 5).

Se proponen entonces como una nueva revolución copernicana –más allá de la freudiana con respecto al sujeto cartesiano–, puesto que implican un sujeto ya no solo habitado y barrado por el inconsciente, sino la pulverización de la categoría de sujeto y su reemplazo por la noción de redes interconectadas de humanidad y no-humanidad, por ensamblajes entre lo orgánico y lo inorgánico, o por una metamorfosis constante entre lo viviente y lo no viviente (Latour, Reensamblar lo social; Coccia). (Ctdo en La imaginación material 5)

Las autoras plantean al archivo no solo como “una fuente de materias primas sino también un paradigma de producción basado en la secuencia, la reiteración, la reproductibilidad de un material que se presenta como ya dado –incluso si se lo ha producido especialmente– y que constituye, como lo advierte Benjamin Buchloh, una “estética de la organización legal administrativa” (Ctdo en La imaginación material 6).

Lo anterior genera un cambio paradigmático en la estética del arte del siglo XX, en tanto “marca distintiva del arte contemporáneo global, en el que el ready-made deja de ser ese artefacto que había desafiado las concepciones estéticas europeas de comienzos del siglo XX, para volverse una ‘techné flexible’ que permite sincronizar tradiciones de lugares y tiempos no coincidentes” (Joselit 88) (Ctdo en La imaginación material 6).

Los nuevos materialismos buscan replantear las asociaciones ser humano – agente – sujeto con la idea de cosas - pasividad – objetos, replanteando la noción de las cosas con agencialidad propia “En la línea de lo que propone la ontología orientada hacia los objetos (Harman, Meillassoux), la salida de esta oposición binaria y jerárquica es una apuesta no-fenomenológica que, en primer lugar, sostiene la existencia del objeto y sus atributos, antes y más allá de lo humano.” (Ctdo en La imaginación material 6). La idea anterior ya había sido formulada por Timothy Morton, quien “elige como ejemplo paradigmático el calentamiento global, algo que ya 'existía mucho antes de que los instrumentos humanos llegaran a detectarlo' (Hiperobjetos 52)” (Ctdo en La imaginación material 7).

Las autoras manifiestan las “consecuencias epistemológicas respecto de lo existente y de la percepción o el saber que se pueda producir a partir de ello; o incluso respecto de la redefinición de las nociones de agencia y persona” (Viveiros de Castro, Metafísicas caníbales) (Ctdo en La imaginación material 7).

Como apuntan “esta apuesta no-fenomenológica cuestiona el reinado de lo humano, discutiendo su superioridad y su derecho a disponer de todo –incluso a expropiar y destruir– y proponiendo la necesidad de un nuevo contrato natural” (Serres) (Ctdo en La imaginación material 7). Refiriendo que las diferencias entre materialismo histórico y nuevos materialismos; a saber estos últimos “en lugar de poner el acento en la noción de ser-social, enfatizan la experiencia de lo viviente. Los nuevos materialismos son, de alguna manera, vitalismos” (Deleuze, “Inmanencia: una vida…”) (Ctdo en La imaginación material 7)

La imaginación material trabaja con objetos y materiales como cuerpos vivos, escucha, como propone Walter Benjamin en sus “Tesis de la filosofía de la historia”, la memoria de las cosas y da vuelta el sentido de la historia; realiza una arqueología que busca, a contrapelo del ritmo temporal y cronológico, las huellas supervivientes y materiales: restos, vestigios, deshechos, residuos, irrupciones, síntomas y malestares (Didi-Huberman). (Ctdo en La imaginación material 7 – 8). En otras palabras “es una arqueología que estira el tiempo hacia atrás y organiza una sintaxis alrededor del desecho, un léxico en el que se diseminan ruinas, escombros y basura” (La imaginación material 8).

Como lo advierte Valeria de los Ríos, el eterno retorno del desecho constituye su peculiar espectralidad. Se trata de un fantasma que “despliega así un régimen específico en torno a la visibilidad”, agrega Ana Neuburger (Ctdo en La imaginación material 8).

Quizás sea este eterno retorno, ligado a esta capacidad de visibilizar algo sobre el presente y a su vez, poner en el centro la pragmática de la invisibilización y la lucha insistente por la visibilidad, la que hace de la basura un material tan recurrente –como materia prima y principio constructivo– en la producción latinoamericana contemporánea (desde Sergio Chejfec, César Aira y Roberto Bolaño hasta Leonardo Sabatella, Rafael Pinedo, José Teixeira Coelho Netto; o desde Boca de Lixo de Eduardo Coutinho hasta la obra de Vik Muniz) (Ctdo en La imaginación material 8).

Se cita al trabajo pionero de Gisela Heffes sobre la basura (Políticas de la destrucción y “Trash Matters”) como lugar para pensar la cuestión ecológica, en tanto nueva forma de abordaje de la materialidad, donde es el documental contemporáneo el género elegido para hablar sobre “el efecto ambiental de la basura a una escala planetaria más allá de la humana donde el paisaje latinoamericano se revela como una heterotopía distópica de la modernidad” (Ctdo en La imaginación material 8).

Lo anterior se ejemplifica con la novela La virgen cabeza, aludiendo al vínculo que se establece entre la literatura latinoamericana contemporánea y el realismo decimonónico, que en palabras de las académicas se plantea como: “realismo indicial en la medida en que los textos simulan adquirir una materialidad, algo semejante a una fotografía o a una experiencia que ofrece la posibilidad de sacar al texto de su propio marco y simular un contacto con el mundo” (Horne, Literaturas reales 147) (Ctdo en La imaginación material 9)

En ese sentido desde la contemporaneidad en un “orden político y otro de orden estético. Por un lado, identifica la villa, ya no como espacio excepcional –objeto de denuncia, de piedad o locación exotista–, sino como una alteración novedosa y radical –no sólo latinoamericana– del paisaje urbano del nuevo milenio, como un núcleo de procedimientos y materiales políticos y estéticos.” (Cortes Rocca, “Narrativas villeras” 221) (Ctdo en La imaginación material 9)

El nudo entre residualidad y vida es así, polivalente: señala objetos y cuerpos desechables, exclusión y precariedad y, simultáneamente, la potencia novedosa de la imaginación material, su fuerza política, su ingenio para hacer joyas del barro. Ese lazo entre residualidad y vida convoca una materialidad porosa, orgánica, corporal, natural y biológica, pero que además pervive fuera del cuerpo y lo sobrevive: huesos, dientes, uñas y pelos (Ctdo en La imaginación material 9 – 10).

Los restos de lo viviente son el punto más alto de la imaginación material: con su condición ontológica ambigua, desestabiliza los límites temporales de lo vivo y las fronteras espaciales entre el cuerpo y su afuera. En ellos titila la cualidad vibrante y anímica de lo material (Bennet, Stengers) que propone una nueva topología “éxtima”: los huesos o las telas de araña son lo más próximo –lo más interior– sin dejar de ser exteriores; son lo más íntimo y, a la vez, se excretan como cuerpo extraño (Ctdo en La imaginación material 10).

Espósito propone que, para entablar otra relación con las cosas, es preciso adoptar la perspectiva del cuerpo, ya que este es “el lugar sensible donde las cosas parecen interactuar con las personas, hasta el punto de devenir una suerte de prolongación simbólica y material de ellas” (Ctdo en La imaginación material 8).

Se cita a Victoria Cóccaro, quien trabaja sobre el fósil de la instalación Aranha (1991), del escritor y artista visual Nuno Ramos:

Según Cóccaro, Ramos interroga ontologías y epistemologías de lo viviente puesto que el fósil “habla”. Propone, así, una materialidad que se vuelve inclasificable y que habilita la posibilidad de pensar otras formas de existencia por fuera de la noción de “recurso”, sostenida por el régimen de propiedad y por la razón extractivista moderna. (Ctdo en La imaginación material 10- 11)

Rearticulando lo estético y lo político en “un campo de disenso, como lo propone Rancière o un punto de resistencia; algo que Eduardo Viveiros Castro llama 'rexistencia', una materialidad que solo por existir, resiste” (Os Involuntários da Pátria) (Ctdo en La imaginación material 10 – 11).

La relación instrumental que clasifica las cosas como puro recurso, hace lo mismo con los cuerpos y la naturaleza. Corporalidad y tierra son instrumentos en una larga lista que históricamente ha arrojado del lado de lo no humano a todo sujeto que no se adecue a un universalismo determinado por el hombre occidental y blanco (Grosz; Alaimo y Hekman; Viveiros de Castro, Metafísicas caníbales) (Ctdo en La imaginación material 11)

Las autoras ponen especial atención a la realidad latinoamericana señalando que “La imaginación material latinoamericana enfrenta esta razón instrumental, al colocar los problemas surgidos por la crisis ecológica en la estela dejada por la memoria de los cuerpos desaparecidos del colonialismo y de las dictaduras latinoamericanas.” (La imaginación material 11).

Lo anterior lo ejemplifica con la serie de documentales de Patricio Guzmán:

“La trilogía de Chile” (Nostalgia de la Luz, 2020; El Botón de Nácar, 2015 y La cordillera de los sueños, 2019) constituye un ejemplo paradigmático de esta conexión entre geografía, paisaje y extractivismo y una historia de violencia colonial, estatal, económica y política. Desierto, huesos, botones, estrellas, montañas y océanos albergan las voces de una historia social pero también de una historia natural; son testimonio y testigo de un lazo urgente entre política y naturaleza. (Ctdo en La imaginación material 11).

Asimismo se sitúa desde la poética del paisaje en la escritura de Raúl Zurita, donde es Matías Ayala Munita, quien aborda y refiere que:

En su poesía, el paisaje es paisaje nacional, espacio idealizado y amoroso … la obra constituye la cifra perfecta de la apuesta redentora –por la vía piadosa del amor– del discurso de la postdictadura: distancia del estado de excepción y estabilización de la “normalidad” neoliberal (La imaginación material 11).

Equiparando así la monumentalidad de la obra realizada por Zurita con el extractivismo neoliberal:  

'para ambos, la tierra es un recurso ... que no toma en cuenta toda la diversidad de formas de vida en el desierto'; para ambos, el desierto es un espacio impersonal e inerte. Sin embargo, el desierto, implacable, revela su vitalidad … Ayala concluye que 'la aspiración a una temporalidad larga de la literatura y la inscripción en el desierto ha de ser contrastada y replanteada en el contexto contemporáneo en donde la noción misma de temporalidad parece alterarse' (La imaginación material 11).

Es así que en “El artículo de Santiago Acosta también se ubica dentro de este esfuerzo por quitar lo material de la perspectiva instrumentalista y rescatarlo de la idea de recurso …” (La imaginación material 11)

La imaginación material le hace frente a la visión del mundo como receptáculo exterior y pasivo, a disposición del hombre. Es por eso que incluso es posible anunciar el fin de la Naturaleza tal como la entendíamos (Latour, Facing Gaia) o el fin del paisaje, es decir, un agotamiento de la percepción con los protocolos del paisaje, que presuponen una “objetivación del mundo, espiritualización del sujeto observador y eliminación del trabajo que media entre ambos” (Andermann 457) (Ctdo en La imaginación material 12)

Principales argumentos que sustentan la hipótesis:

El interés contemporáneo por la materialidad revisita y reactualiza una serie de problemas o preguntas que ya estaban en el centro de la teoría crítica proveniente del materialismo marxista, del psicoanálisis y del postestructuralismo, así como de los proyectos de la neovanguardia del siglo XX –desde la crisis de la autonomía y la indistinción entre arte y vida, hasta los debates alrededor de la definición de sujeto y sentido atados a la materialidad significante, pasando por nociones de reproductibilidad, organicidad de la obra, archivo, documento, memoria y experiencia– (La imaginación material 4 – 5).

Esta redefinición del concepto de lo humano altera y resitúa las Humanidades y constituye una crisis de la epistemología moderna basada en un binarismo entre lo humano y lo no-humano o entre el sujeto y el objeto. Los nuevos materialismos sostienen que el acento que ha puesto la Modernidad en lo antropo/lo humano nos ha colocado de cara a la destrucción del mundo en términos ecológicos (La imaginación material 5).

Lo anterior ha generado un cambio paradigmático, donde “El concepto de vida adquiere una relevancia que invita a pensar y a recuperar algunos de los sentidos por los que bregaban las vanguardias, para establecer continuidades y diferencias con ese momento central del siglo XX en la articulación de lo estético y lo político” (La imaginación material 5)

Esta exclusividad en la articulación significante que se atribuye a lo humano, más que plantear una diferencia, sienta las bases de la desigualdad entre ambos polos, al ubicar al objeto (cosas y materias pero también todo lo que nos rodea, incluido el planeta mismo) en una estructura ontológicamente inferior y radicalmente ajena” (La imaginación material 6)

Surge entonces otra noción de subjetividad, al darle un cuerpo a ese sujeto que parecía ser predonminantemente racional o discursivo. Este sujeto-cuerpo, un ensamblaje entre lo humano y lo no humano, lo orgánico y lo inorgánico nos dice que está hecho de la comida y el agua que ingiere, del aire que respira, de las bacterias que lo habitan. Se recupera así la noción de totalidad, pero ya no como resultado de un esfuerzo de la conciencia, sino como una mirada atenta al mundo físico o al “espacio ecológico real”, algo que reúne cuerpo y entorno porque carece de bordes e incluye lo que existe en un todo signado por la solidaridad y el respeto: un “real simbiótico” (Morton, Humanidad). (La imaginación material 7).

Frente al capitalismo extractivista y consumismo de nuestra sociedad el:

 desecho aparece como contracara del consumo, nos encontramos frente a la materialidad de la basura. A diferencia de la ruina y el escombro, la basura ocupa, en el marco del capitalismo tardío, un lugar muy especial. Es aquello que no tiene lugar, es un excedente que no es tal. La basura es una parte estructural de la lógica del consumo y del extractivismo desmedido y, simultáneamente –o justamente por eso– es lo que debe ocultarse. Sin embargo, no cesa de aparecer (La imaginación material 8).

La villa “como espacio de desecho de los sueños de progreso de la ciudad racional y racionalizada”. Resuena –advierte Neuburger–, aquello que Ludmer detecta como fenómeno característico del nuevo milenio (La imaginación material 9)

La topología de lo residual, en la que villas, asentamientos y basurales son una suerte de isla, modela los cuerpos que la habitan: cartoneros y recicladores, sobrevivientes y desocupados. Esta equivalencia entre los desechos que no tienen lugar y los cuerpos que resultan descartados y excluidos del entramado social, visibiliza una operación biopolítica: vidas residuales despojadas de su carácter formal, que muestran la otra cara de lo viviente, ya no como potencia de contacto, agencia y mezcla, sino como “vidas desnudas”. (La imaginación material 9).

Conclusiones del texto: Desde esas nuevas totalidades inclusivas, y a partir de subrayar esa agencia que le ha sido devuelta al mundo, las diversas versiones de la ecocrítica – particularmente, los ecofeminismos– proponen otro modo de trabajar la tierra, de diseñar espacios y paisajes, de manipular objetos, y de distribuir imágenes y palabras (Alaimo). Resulta urgente atender –esta vez– a las voces de los fósiles, a las inscripciones de la tierra, a las reverberaciones de los huesos, y a lo que tiene para decir todo aquello que históricamente se consideró como un objeto de la voluntad del hombre (y aquí es intencional la marca de género para hablar de la especie): plantas, árboles, selvas, bosques, animales y otros seres humanos. Desde esta nueva urgencia, lo natural pasa a entenderse como un archivo arqueológico que esconde “inscripciones, historias y recuerdos en la vegetación misma” (Balée), de modo que se puede afirmar que “la selva piensa” (Kohn). Se trata de un nuevo modo de relación con el espacio, algo que se evidencia en la noción de “tercer paisaje” (Clement) o de “arquitectura forense” (Weizman). Esto ya se anunciaba en el principio constructivo del reciclaje, propuesto por Lina Bo Bardi en su ampliación del concepto de arquitectura a un espacio intermedio en el que sería posible la convivencia entre humanos, animales y plantas: “un umbral –una “zona gris” o un sitio menor– que es donde ocurre el habitar” (Horne, Futuros menores). (La imaginación material 12)

Si hubiera que privilegiar una zona del legado de las vanguardias del siglo XX, podríamos señalar, antes que nada, la consigna de que el arte no debe producir objetos para ver, sino diseñar experiencias que habiliten nuevas relaciones con el mundo. La imaginación material opera en el reparto de lo sensible, para decirlo con Jacques Rancière, revelándose como una forma contemporánea de la política de la estética. Moviliza redes conceptuales, formas nuevas de circulación de la palabra y de exposición de lo visible y modos inéditos de organización espacial, que abren el horizonte para nuevas rupturas con lo dado e incluso lo posible. Al permear la producción visual y literaria contemporánea, la imaginación material nos invita a pensar de otro modo lo que existe y también a revisar nuestro lugar para abandonar los antiguos privilegios de propietarios del mundo y asumir, en cambio, un compromiso ético de solidaridad y cuidado con ese todo del cual formamos parte. (pp 12)

Crítica al texto: Aspectos mejor trabajados: El artículo posee un profuso marco teórico y discusión bibliográfica que busca situar, conceptualizar y problematizar a los nuevos materialismos como un nuevo paradigma equiparable a la revolución copernicana en su tiempo con una nueva forma de convivir entre humanos y las “cosas” en el siglo XXI, como consecuencia de nuestra desestabilizadora injerencia en el habitar junto a otras especies en el plantea.

Aspectos más débiles: Conclusiones y proyecciones que podrían surgir a partir de las nuevas conceptualizaciones y problemáticas que plantean los nuevos materialismos.

Obras citadas:

Benjamin, Walter. “Tesis de la Filosofía de la Historia.” Discursos interrumpidos I, Taurus, 1989, 175-191.

Bennet, Jane. Vibrant Matter: A Political Ecology of Things. Duke University Press, 2010.

Bennett, Tony y Patrick Joyce. Material powers: cultural studies, history and the material turn. Routledge, 2010.

Braidotti, Rosi. Posthuman Knowledge. Polity Press, 2019.

Buchloh, Benjamin. “Atlas / Archive.” The Optic of Walter Benjamin, vol. III, editado por Alex Coles, Black Dog Publishing Limited, 1999.

Chacrabarty, Dipesh. El humanismo en la era de la globalización. La descolonización y las políticas culturales. Katz, 2009.

Coccia, Emanuele. Metámorphoses. Éditions Payot et Rivages, 2020.

Coole, Diana y Samantha Frost (eds). New Materialisms: Ontology, Agency, and Politics. Duke University Press, 2010.

Cortes Rocca, Paola. “Narrativas villeras. Relatos, acciones y utopías en el nuevo milenio.” Historia crítica de la literatura argentina, dirigido por Noé Jitrik, tomo 12: Una literatura en aflicción, Emecé, 2018, pp. 217-238.

Cortes Rocca, Paola y Luz Horne. “La imaginación material. Restos, naturaleza y vida en la estética latinoamericana contemporánea”. Estudios de Teoría Literaria. Revista digital: artes, letras y humanidades, marzo de 2021, vol. 10, n° 21, pp. 4-15.

Deleuze, Gilles y Félix Guattari. “Inmanencia: una vida…”. Ensayos sobre biopolítica, Traducción de Fermín Rodríguez, comp. por Gabriel Giorgi y Fermín Rodríguez, Paidós, 2007.

Didi-Huberman, Georges. Ante el tiempo. Historia del arte y el anacronismo de las imágenes. Adriana Hidalgo, 2006.

Harman, Graham. Hacia el realismo especulativo. Traducido por Claudio Iglesias, Caja negra, 2015.

Heffes, Gisela. “Trash Matters: Residual Culture in Latin America.” Humanities Futures. Duke University Press, 2017.

Horne, Luz. Literaturas Reales: transformaciones del realismo en la narrativa latinoamericana contemporánea. Beatriz Viterbo Editora, 2011.

Joselit, David. Heritage and Debt. Art in globalization. MIT Press, 2020.

Latour, Bruno. Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Traducción de Gabriel Zadunaisky, Manantial, 2008.

Meillasoux, Quentin. Después de la finitud. Ensayos sobre la necesidad de la contingencia. Traducción de Margarita Martínez, Caja negra, 2016.

Morton, Timothy. Hiperobjetos. Filosofía y ecología después del fin del mundo. Traducido por Paola Cortes Rocca, Adriana Hidalgo, 2018.

Morton, Timothy. Humanidad. Solidaridad con los no-humanos. Traducido por Paola Cortes Rocca, Adriana Hidalgo, 2019.

Serres, Michel. El contrato natural. Pre-textos, 2004.

Stenger, Isabelle. “Reclaiming Animism.” e-flux n.° 36, julio de 2012, https://www.e-flux.com/journal/36/61245/reclaiming-animism/.

Viveiros de Castro, Eduardo. Metafísicas caníbales. Líneas de antropología postestructural. Katz, 2010.

Viveiros de Castro, Eduardo. Os Involuntários da Pátria. Elógio do Subesenvolvimento. Edições Chão da Feira Caderno de Leituras / Série Intempestiva, 2017.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Ruinas de amor.

 

El tiempo transcurre entre nosotros, reniego mi sentir.

El tiempo duele, las ausencias y la soledad de los días pesan.

El silencio en el vacío, duele en la impaciencia de las horas

Como expresión del dolor transmuta la espera

Acallo mis pensamientos enajenados por ti,

Resuenan en ecos las paredes, son los muros del sentir incierto.

Somos briznas, recuerdos, latires, cuerpos asolados por la memoria

En el inconcluso afán de un amor en ruinas.

 

13 de octubre 2021, Copiapó.

lunes, 4 de octubre de 2021

Pasión del instante.

 

Besos apasionados en el instante del deseo

Memoria hecha recuerdo perpetuo entre sábanas y piel

Amores clandestinos, luces y sombras del olvido hecho instante

Amores de ocasión como un ramillete de flores en primavera.

 

5 octubre 2021, Copiapó.

 

Agonía de amor.

 

Sentir la soledad como un furioso invierno, socavando tu sentir

Angustia taciturna que acompaña tus latidos, sumergiéndolos, apresándolos

Somos parte del confín de nuestra profunda ignorancia de amor

Nada sabemos, somos aprendices a lo largo de los años

Meros intérpretes de nuestro ser en agonía.


José Patricio Chamorro, Copiapó, 16 de septiembre 2021.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Soledad.

 

Cuando sufres por amor el tiempo se desvanece,

Lágrimas caen sobre tu mejilla, enardeciendo tus ojos

Nada vuelve, nada retorna, solo el recuerdo vívido de lo que hemos sido.

 

Somos sombras errantes en la tempestad del mundo,

Buscándonos, amándonos, deseándonos, olvidándonos.

Nos olvidamos a nosotros mismos en la búsqueda del misterio

Anhelamos saber, distinguir la luz al final del túnel,

Somos almas errantes al compás del mundo.

 

El tiempo afuera permanece invariable, implacable, inexorable

 Como sentir del corazón tus latidos resuenan y callan al unísono, retumbando.

Al final del camino ella aguarda, nunca se ha ido, siempre estuvo allí.

 

José Patricio Chamorro, Copiapó, 12 de septiembre 2021.

Al compás del deseo.

 

No esperes nada a cambio, mantén las expectativas a ras de suelo

Así es la vida, solo déjate sorprender por la pasión del instante.

Vive la experiencia del amor que se recrea a sí mismo

Degusta besos con sabor a miel de almíbar que deseen tu boca.

 

Como un amor inesperado se apetecen nuestros labios

En el sentir de las horas y el tiempo de la soledad acompañada.

Espíritus libres que se encuentran y desencuentran con propósito

Es el placer de los cuerpos en la infinitud del sentir,

vive el proceso armonizando tus latidos al compás del deseo.

 

Copiapó 5 de septiembre 2021.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Besos robados, besos perdidos.

 

Besos robados, besos otros, besos idos, besos perdidos

Que se dan los amantes en intransigente memoria

Cuerpos desplazados al placer de las horas y del tiempo que no vuelve

Sentir que nos perdemos en el vagar de los recuerdos

Desquebrajados pensamientos en la agonía del sentir

Somos sombras errantes en la soledad de los cuerpos

Mirándonos pasar como la vida que se deshace en nuestras manos.

 

Copiapó, 1 de septiembre 2021.

lunes, 30 de agosto de 2021

Tempestad en calma.

 

Duele sentir y saberse en la profundidad de un abismo

Caer en picada como un corazón sin esperanzas

Nostalgia del ayer, momentos perdidos

En el creciente sinsentido de la vida y absurdo de los días idos.

 

Recuerdos afloran en la memoria de los instantes vividos

Sinsabores y promesas hechas al pasar presagian rumbos nuevos

Amores correspondidos se liberan a sí mismos,

Van haciendo caminos en las rutas de un incierto destino.

 

Somos la pasión de la carne y las cenizas del edén

Fuego ardiendo en el alma implacable, último rescoldo de amor.

Decisiones como encrucijadas que separan nuestros cuerpos

Nos marginan al recurrente pasado de los vagos pensamientos

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

Abre y cierra tus ojos, la calma aguarda al final de la tempestad.

 

                                                                                                                              José Patricio Chamorro

                                                                                                                            Copiapó, 30 de agosto 2021.

martes, 3 de agosto de 2021

“Maternidades culposas: Tensiones y relaciones entre las formas de vivir la maternidad y el concepto de distancia de rescate en Distancia de rescate de Samanta Schweblin y Como una buena madre de Ana María Shua”. – José Patricio Chamorro.


El presente ensayo analizará la novela Distancia de rescate (2014) de la escritora argentina Samanta Schweblin, que ha sido enmarcada por la crítica especializada dentro de la Nueva narrativa argentina (Drucaroff Los prisioneros de la torre), por los rasgos comunes compartidos, a saber “(la década del noventa, la Facultad de Filosofía y letras, la crisis del 2001, la recomposición kirchnerista)” (Vanoli y Vecino 261) y, asimismo por la creciente internacionalización de las escritoras de dicha generación “en el catálogo de Anagrama, una de las editoriales españolas más prestigiosas, con un importante poder consagratorio, hecho que supone al mismo tiempo la internacionalización de dichas escritoras y escritores tras la venta de derechos y traducciones a otras lenguas.” (Lalkovičová 152), pero también se ha resaltado la reivindicación del rol de la mujer en sociedad a través precisamente de la amplia y variada presencia de mujeres escritoras con una marcada visión ideológica de género que pone en la palestra temáticas como la maternidad, el cuerpo, la violencia de género y una profunda preocupación estética por el lenguaje, entre otras. “Aunque lo más significativo de la narrativa argentina del siglo XXI, en mi opinión, no es el tratamiento de estas problemáticas o el uso de ciertas formas literarias, sino justamente la irrupción, masiva y reveladora, de mujeres escritoras y de poéticas feministas.” (Gallego 71-72)

Dos preguntas de investigación servirán de guía e hilo conductor del presente escrito: En primera instancia, ¿Qué semejanzas y diferencias se establecen en los modos de vivir la maternidad en los personajes de Amanda y Carla en Distancia de rescate de Samanta Schweblin y hasta qué punto la culpa y la ansiedad, a la luz del concepto de “distancia de rescate”, organizan y articulan la narración y sus ritmos en ambos personajes frente a situaciones inesperadas en presencia de lo siniestro? Mientras que para la segunda parte del corpus correspondiente al texto Como una buena madre, se planteó la siguiente pregunta motivadora del análisis: ¿Cómo tensiona el concepto de “distancia de rescate”, tomado de la novela homónima Distancia de rescate de Samanta Schweblin la relación entre madre-hijos en el cuento Como buena madre de Ana María Shua y la vuelca hacia una maternidad culposa?

El sintonía con los objetivos propuestos en el ensayo, en primer término éste se centrará en analizar e interpretar las formas de vivenciar la maternidad y la presencia de lo siniestro en los personajes de Amanda y Carla en relación con sus hijos (Nina y David). De igual manera formará parte del corpus el cuento Como una buena madre (1988) de la escritora argentina Ana María Shua, cuya forma de vivenciar la maternidad linda también con lo culposo y lo grotesco. A modo de hipótesis de lectura, ambas narrativas, reflejan el sentir culposo de las madres frente al peligro inminente que puedan vivir los hijos; es por ello que resultará esclarecedor el concepto de distancia de rescate, planteado en la novela de Schweblin:

Ahora mismo estoy calculando cuánto tardaría en salir corriendo del coche y llegar hasta Nina si ella corriera de pronto hasta la pileta y se tirara. Lo llamo «distancia de rescate», así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería. (21)

Este concepto delineará los momentos de tensión a lo largo de la narración, durante todo el relato efectuado por Amanda. Es importante resaltar que también será posible ver este concepto aplicado al texto de Shua, ya que en este último la distancia de rescate se genera a la par con el peligro, horror y lo grotesco, generando una culpabilidad creciente en la madre por no ser una buena madre y no poder estar pendiente de todo cuanto hacen sus hijos y los riesgos a los que se ven expuestos tanto ellos como ella.

Por otro lado, cabe destacar que la novela Distancia de rescate de Samanta Schweblin (2014), aborda una problemática actual que es el uso de los pesticidas, específicamente el glifosato, usado en las zonas aledañas de los cultivos de soja, que ha causado diversos problemas en la salud de las personas y animales en el campo argentino como lugar de referencia, pero que representa la realidad que puede vivenciarse en cualquier contexto del agro latinoamericano. Es por ello que la novela empleará este contexto histórico-cultural para poner en evidencia esta realidad, entremezclada con el terror y lo fantástico. En ella se nos presentan personajes relevantes para el desarrollo de la trama, a saber Amanda y Carla, que en su rol de madres, apreciaremos a mi modo de ver la noción de una maternidad culposa, que será aplicada a los pasajes de la novela donde se aprecie la relación entre madres e hijos/as. Específicamente en la relación de Amanda – Nina y Carla – David, relaciones claves en el desarrollo de la trama de la novela.

En esta línea, la noción de lo siniestro se aprecia principalmente en la relación entre los personajes de Carla y David, encarnándolo ante todo este último como personaje central “Te llamó «monstruo», y me quedé pensando también en eso. Debe ser muy triste ser lo que sea que sos ahora, y que además tu madre te llame «monstruo». Estás confundida, y eso no es bueno para esta historia. Soy un chico normal” (Schweblin), si bien el diálogo anterior se da en el hospital, donde David se encuentra a los pies de la cama de Amanda, la angustia que viven ambas madres se vuelve apremiante y creciente. Ya que de igual modo lo siniestro se manifestará en Nina, así como en los diversos hechos y/o situaciones en que producto de los agroquímicos se han generado malformaciones en variados personajes presentes en la novela.

Lo Unheimlich, lo siniestro, forma uno de estos dominios. No cabe duda que dicho concepto está próximo a los de lo espantable, angustiante, espeluznante, pero no es menos seguro que el término se aplica a menudo en una acepción un tanto indeterminada, de modo que casi siempre coincide con lo angustiante en general … En suma: quisiéramos saber cuál es ese núcleo, ese sentido esencial y propio que permite discernir, en lo angustioso, algo que además es «siniestro» … lo siniestro sería aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás. (Freud)

En ese sentido, la hipótesis será planteada a partir de pasajes seleccionados de la novela Distancia de rescate que representan  un momento clave en la lucidez de Amanda frente a los acontecimientos de la historia, donde se nos presenta una maternidad culposa y tensionada  a través de los detalles que cada vez se vuelven más apremiantes para la protagonista y David, quien continuamente le dice que no nos podemos detener en aquello que no es importante, porque les queda poco tiempo, lo que genera una atmósfera de confusión, extenuación y angustia en el sentir de Amanda, no solo físico debido a su estado de intoxicación, sino que ante todo emocional por haber cedido a la distancia de rescate. Por tanto, la distancia de rescate se vuelve aquella situación recurrente que no solo tensiona un hilo metafórico entre madres e hijos, sino que envuelve toda la narración en un discurso culposo, donde las formas de ejercer la maternidad están cargadas de una ansiedad creciente, entremezclándose con lo siniestro como elemento clave en la tensión, pues es lo que se desea evitar, lo extraño e indeseable, lo ominoso.        

Contame más sobre la distancia de rescate. Varía con las circunstancias. Por ejemplo, las primeras horas que pasamos en la casa quería tener a Nina siempre cerca. Necesitaba saber cuántas salidas había, detectar las zonas del piso más astilladas, confirmar si el crujido de la escalera significaba algún peligro. Le señalé estos puntos a Nina, que no es miedosa pero sí obediente, y al segundo día el hilo invisible que nos une se estiraba otra vez, presente pero permisivo, dándonos de a ratos cierta independencia. Entonces, ¿la distancia de rescate sí es importante? Muy importante. (Schweblin 42)

Por otra parte resulta interesante cómo se presenta el modo de vivir la maternidad en la protagonista del cuento Como una buena madre, pues acá la tensión entre madre – hijos estará dada por lo que la sociedad espera de una mujer-madre, donde los sentimientos negativos no se debiesen expresar nunca hacia ellos,  en una sociedad de hipervigilancia donde cualquiera pareciese ser digno de censurarla en su rol de buena madre “Ahora había un testigo, alguien más se había dado cuenta, sabía qué clase de madre era ella” (Shua); donde también nos encontramos frente a un hijo que vampiriza a la mujer recién parida (grotesco-anatómico), conjugándose así la trama de la historia en un tragicómico ir y venir de situaciones domésticas donde los hijos en sus travesuras infantiles, terminan dañando a su propia madre (grotesco-cotidiano) y, pese a ello la madre hará todo lo posible para mantenerlos a salvo y seguros, inclusive poniendo en peligro su propia vida. “El grotesco anatómico, provocado por un cuerpo que excreta y pierde sus confines, así como por un hijo que vampiriza a la mujer recién parida; y 2) el grotesco cotidiano, al que conduce cada acto en la vida de la Stay-At-Home-Mother”. (Noguerol 345)

En esa misma línea el concepto de distancia de rescate formulado por Schweblin también servirá para esclarecer los momentos de tensión en el cuento de Shua, puesto que es precisamente cuando este hilo se tensiona al máximo, donde la madre recibirá el mayor peso, pues dichas tensiones desencadenarán incluso ingentes sacrificios en pos del bienestar de sus hijos, donde los dolores, daños físicos y emocionales llegarán a un punto de sublimación de la culpa y desborde de ésta, como se puede apreciar en el siguiente pasaje del cuento Como una buena madre:

Lo está matando, mamá mamá mamá, lo va a destrozar, mamá, mamá, ¡vení ahora! Lo está revoleando, ¡LO MATA, MAMÁ! Mamá quiso correr a la velocidad que exigían los gritos enloquecidos de Soledad, se resbaló y se cayó torciéndose un tobillo de mala manera.  Se levantó y siguió como pudo hasta la pieza donde el bebé dormía tranquilamente en su cuna mientras Tom revoloteaba por el aire un perrito de paño relleno de mijo.  El perrito ya estaba en parte roto y el mijo salía por el agujero, impulsado por la fuerza centrífuga, chocando contra las paredes, cayendo al suelo, sobre las camas, en la cuna.  Soledad gritaba histéricamente.  Mamá la hizo callar de una bofetada, le sacó a Tom el perrito de paño y se sentó sobre una de las camitas porque el tobillo lastimado ya no la sostenía. Vio sangre en la cara de Soledad y sintió un golpe en el corazón.  (80)

 

No obstante, no es la única situación de premura y tensión que embarga a la madre en el cuento de Shua, pues el bebé, el hiji recién nacido será su preocupación constante, su seguridad y bienestar, quien aún en su inocencia no busca realizar daño alguno a su madre a diferencia de lo que vemos en sus otros hijos. Pero sí ha generado en ella una transformación, un cambio en su cuerpo producto de la maternidad, su cuerpo excreta y produce incesante leche en una suerte de inercia incontenible de un cuerpo programado para satisfacer las necesidades del hijo. “A través de la confusión infernal de sonido que despedía el televisor, se filtraba ahora el llanto del bebé. Como una respuesta automática de su cuerpo, empezó a manar leche de su pecho izquierdo empapándole el corpiño y la parte delantera de la blusa”. (Shua) Nuevamente la mujer se vuelve objeto ante la figura de los hijos que consumen su vida, que dependen de ella y la vampirizan, consumiéndola como mujer para convertirse en madre:

… destaca la asunción del grotesco como categoría idónea tanto para denunciar el sentimiento de ajenidad que provoca el parto -con el rechazo a un cuerpo que excreta y pierde los límites, a un hijo identificado como animal insaciable- como para revelar la alienación de que es objeto la mujer al asumir un ejercicio normativizado por otros, y del que escapa practicando una violencia que degenera a veces en la propia locura. (Noguerol 340-341).

 

En síntesis, ambos textos nos presentan la maternidad como un rol complejo, donde es la madre quien asume el rol preponderante en relación a sus hijos, quien en la mayoría de las veces debe hacerse cargo del rol ausente de los padres, que prácticamente se transforman en personajes incidentales en ambas narrativas, como se aprecia, por ejemplo en la novela de Schweblin donde los padres asumen un rol solo cuando las madres ya no están, exigiendo explicaciones cuando ya no todo estaba perdido: “—Ahí lo tiene —dice tu padre, ceba mate otra vez, y otra vez no se lo ofrece—. Como verá, a mí también me gustaría tener a quién preguntar.” (Schweblin, 156) o en la ausencia absoluta de un padre extranjero en el cuento Como una buena madre “Es llamado de afuera, chicos, ¡es papito! -gritó, feliz”. (Shua)

Las madres en ambas historias como se ha apreciado, delinean discursos que se articulan por la constante preocupación de la vida de sus hijos, asumiendo la culpa y el dolor por la crianza, por los posibles errores y peligros a los que se podrían ver expuestos, pero que gran parte de esa culpa ha sido heredada por las convenciones de la sociedad y las exigencia hacia la mujer en una falsa creencia de madres omnipresentes, capaces de dar la vida por sus hijos “¿Se trata entonces de otra cosa? ¿Es porque hice algo mal? ¿Fui una mala madre? ¿Es algo que yo provoqué? La distancia de rescate. El dolor va y viene.” (Schweblin 148)

 

Bibliografía.

1.- Drucaroff, Elsa. “La cicatriz de lo que no se pronuncia (Apuntes sobre Distancia de rescate, de Samanta Schweblin)”. XXX Jornadas de Investigación del Instituto de Literatura Hispanoamericana Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 2018. ---. Los prisioneros de la torre. Política, relatos y jóvenes en la postdictadura. Emecé, 2011.

2.- Freud, Sigmund. Lo siniestro. Buenos Aires, Homo Sapiens, 1982.

3.- Gallego, Ana. Literatura latinoamericana mundial (ed., Vol. 5, pp. 71-96). Alemania, De Gruyter, 2020.

4.- Lalkovičová, Eva. "Las nuevas escritoras argentinas en el mapa literario: contexto y factores de su entrada en la literatura mundial." Colindancias: Revista de la Red de Hispanistas de Europa Central 11, 2020: 151-169.

5.- Noguerol, Francisca. “Matrices violentas: una poética del grotesco”. El cuerpo hendido: poéticas de la m/p/aternidad, coordinado por Berroa Rei y Pérez María.  Monterrey, Nuevo León, México: Universidad Autónoma de Nuevo León, 2020.

6.- Oreja, Nerea. Distancia de rescate: el relato de los que no tienen voz. Universidad Católica Argentina, 2018.

7.- Reyes, Rossana. “Cuerpos monstruosos y escrituras abyectas, una revisión de la narrativa de Mariana Enríquez y Samanta Schweblin”Tesis Universidad de Chile, 2018. Impreso.

8.- Schweblin, Samanta. Distancia de rescate. Argentina: Editorial digital rayorojo, 2014.

9.- Shua, Ana María. “Como una buena madre.” Viajando se conoce gente. Buenos Aires: Sudamericana, 1988. 69-84.

10.- Vanoli Hernán y Vecino Diego. "Subrepresentación del conurbano bonaerense en la ‘‘nueva narrativa argentina’’ Ciudad, peronismo y campo literario en la argentina del bicentenario." Apuntes de Investigación del CECYP, 2009: 259-274.

Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...