Hoy te vi y me enamoré perdidamente de ti Hoy te sentí y sensualmente me cautivaste Hoy te toqué y con tus labios me rozaste Hoy como ama el ruiseñor a la rosa me hiciste resurgir Hoy como aves canoras la naturaleza entonó la primavera de Vivaldi Y en el crecento armónico con tus brazos me envolviste. Mañana será otro día, pero hoy soy nuevamente de ti Tus ojos eran el reflejo de tu alma y me soliviantaban Tus manos eran el camino al éxtasis de la felicidad Tus caricias eran el opio de mi cuerpo Y tus besos el elixir de mi existir. Me enamoras a cada paso y cada instante Con un gesto, una palabra y un sutil mensaje Me recorres con tu cuerpo desde la punta de mis pies Y penetras el abismo en el que me perdí.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.