El mundo se revuelve en el caos cotidiano Mientras el poeta idea palabras a la sombra de un árbol Canta sin luz y deslumbrado llora Penumbrado y alumbrado piensa Alucinado y extasiado te besa Asombrado duerme a la luz de las velas Su corazón sangra al ver los autos Al ver el delirio de los lirios de los hombres Al mirar su ciudad y encontrar sólo suciedad Al sentir que el ruido perturba sus oídos Hoy la música se vuelve cruel Desrompe tu voz, tus lágrimas de risa Esa ironía que cubre tus labios Que agonizan en el cansancio de los hombres Que mueren al ver las madres en las micros Que sufren y derraman bilis de tristeza Al ver esos ojitos de los niños Desconfiando de su futuro y que ellos No podrán cambiar el mundo.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.