martes, 31 de mayo de 2022

Taller de aplicación n° 2: Intertextualidad en el libro álbum.

 “El Libro de los Cerdos” de Anthony Browne

1.- Reconoce todas las intertextualidades presentes. Indica de qué tipo son (literarias, es decir a otros cuentos, obras de arte, etc). ¿Qué función cumplen? ¿Qué nuevos significados se generan?

En primera instancia frente al rol que ejercen las intertextualidades en la comprensión de un texto, ya sea literario, visual, audiovisual o multimodal es clave, ante todo conocer y ampliar nuestros referentes culturales en distintos saberes disciplinares, para poder comprender en mayor medida la intención y propósitos del autor/a y, de igual modo enriquecer nuestros procesos interpretativos; en esta línea Guerrero, refiere:

El lector pone en juego todo su poder de interpretación y sus saberes no sólo literarios, sino de otros códigos artísticos como pueden ser la pintura, la música, la escultura etc. para comprender de la manera más amplia un texto. Esta comprensión dependerá de sus conocimientos previos que ha de actualizar en el momento de la lectura, como una compleja red de asociaciones paradigmáticas que se entrecruzan y confluyen en el texto (Guerrero, 2006, p. 130).

Bajo la luz de esta línea argumental, cabe señalar que en “El libro de los Cerdos” de Anthony Browne encontraremos variadas intertextualidades, entre ellas, por ejemplo, las del ámbito artístico como es el caso de la página cuyo texto señala: “Apúrate con el desayuno, mamá, gritaban Juan y Simón antes de irse a su importantísima escuela”. Dicha intertextualidad guarda relación con la obra pictórica de 1893, El grito de Munch, que como ícono del arte expresionista representaba la angustia y desesperación existencial del hombre moderno. Lo anterior es clave, pues en el libro álbum, se aprecia a una familia aparentemente convencional en una rutina diaria de tomar desayuno, donde los niños protagonistas están desesperados porque su madre no les trae su desayuno (reproducción tradicional de los roles de género), además nos permite observar la figura de un padre que si bien está presente físicamente, se encuentra leyendo un diario y absorto en su lectura, ocupando un primer plano, desatendiendo a sus hijos. Por tal razón, se infiere que existe una crítica e ironía a los convencionalismos sociales y la estructura familiar en la actualidad o modernidad, inclusive donde podríamos percibir familias disfuncionales. Además las imágenes del diario también reproducen esta expresión facial característica de la pintura antes mencionada; por lo anterior podemos entrever que no es solo una realidad de la familia, sino que es una sociedad en general presa de la desesperación y angustia existencial. Sin ir más lejos, podemos tomar la referencia intertextual de Edvard Munch, educado por un padre severo y rígido, posiblemente similar a la figura del padre de este libro álbum.

Una segunda intertextualidad la podemos encontrar en la misma página, escondida en el diario o periódico que lee el padre como guiño a otras obras de Anthony Browne, donde es recurrente la imagen de un gorila, que a veces puede no guardar relación con la trama en sí del libro álbum en cuestión, pero que ayuda o contribuye a contar partes de la historia que las palabras no pueden contar; cito una de sus entrevistas:

Hay bastantes casos, y debo admitir que no me gustaría dejar de hacerlo, pero hay un gorila que aparece como metiéndose dentro de una doble página en El Túnel que no tiene absolutamente nada que ver con la historia. Suelo incluir estas imágenes para ayudar a contar partes de la historia que las palabras no cuentan. Es la parte de mi trabajo que me parece más fascinante (Entrevista a Anthony Browne (revistababar.com)

Por otra parte, una tercera intertextualidad que se puede apreciar es con la canción “I want to break free”, que traducido al español significa “Quiero ser libre”, lo que dentro del contexto del libro, donde se representa a la figura de la madre, podría dar cuenta nuevamente de una visión machista y tradicional de los roles de género, donde la mujer y, particularmente la madre, debe hacerse cargo de las labores del hogar, adicional a su trabajo remunerado. Por tal razón, muchísimas veces impuesta socialmente, la madre debe sentirse aprisionada de esta rutina esclavizante y desear ser libre de una rutina aparentemente tan trivial como cuando señala “pasaba la aspiradora por las alfombras”. Lo que se confirmará a lo largo de la lectura, dado que la madre finalmente abandona su familia, dejando una nota que señala “Son unos cerdos”.

Una cuarta intertextualidad se aprecia cuando la madre ha tomado la decisión de dejar el hogar, al menos temporalmente, para que su familia se responsabilice y así, tanto el padre como los niños (convertidos y metamorfoseados en cerdos), realicen igualmente los quehaceres del hogar. De este modo en la medida en que pasa el tiempo y se comienzan a desesperar, los 3 integrantes de la familia, ahora convertidos en “3 cerditos” (referente intertextual literario), acechados por el lobo (figura que se aprecia en la ventana en el exterior de la casa), deberán asumir las consecuencias de sus comportamientos: “Los tres se fueron haciendo más y más gruñones. Una noche no hubo ya nada para cocinar. No nos queda más remedio que buscar por todas partes algunas sobras, gruñoó el señor de La Cerda”.

Una quinta intertextualidad se aprecia en un detalle de un cuadro que aparece sobre la chimenea, en él se observa un cuadro de juventud donde podemos suponer que se encontrarían el padre y la madre en aquellos años, donde la madre poseería una postura más bien rebelde, lo que ya nos daba cuenta de su carácter y su forma de pensar que se relaciona con las decisiones que irá tomando a lo largo de la trama y cómo desde siempre mantuvo ese espíritu de búsqueda de libertad. No obstante, aparece la imagen de la mujer escindida, recortada del cuadro original, lo que se ancla en la intención del menosprecio o invisibilización de la figura de la mujer-madre. Cabe mencionar que esta referencia intertextual es con la pintura al óleo sobre lienzo de 1749 del pintor británico Thomas Gainsborough, El Sr. y la Sra. Andrews de estilo Rococó.

En una sexta instancia, otra de las intertextualidades artísticas presentes es con la pintura El caballero sonriente del pintor neerlandés Frans Halls, perteneciente al período Barroco y reconocido por el arte del retrato, cuyo cuadro aparece en una escena en que se aprecia al padre arrellanado cómodamente a desparpajo sobre su sillón, mientras la madre debe no solo trabajar, sino que hacerse cargo de todos los menesteres del hogar, estableciendo una clara crítica a la ausencia de responsabilidades compartidas en el hogar y los roles de género nuevamente. En la misma línea en una séptima intertextualidad se puede apreciar un retrato de un cerdo que refleja ya el deterioro y horrible comportamiento en que el hogar, así como la figura del padre habían quedado tras la ausencia de la madre, donde las paredes y muros también se encuentran sucias. Es aquí donde el cuadro en cuestión es similar a los retratos y aposturas de Napoleón Bonaparte, específicamente en Napoleón Bonaparte in the office of the Tuileries.

 

2.- En relación al doble destinatario de los libros álbum. ¿Cuál crees que es el destinatario ideal para este texto? Explica tu postura.

 

Encontramos variados pasajes del libro desde el principio donde la madre es quien carga a su familia, que nos permiten reflexionar de entrada sobre la problemática a tratar; una familia de roles tradicionales de género, donde la mujer- madre es el soporte de las labores del hogar e inclusive pareciese que este “trabajo” no remunerado, inclusive no es valorado por la propia familia, lo cual se complementa con la narración al ser nombrada en último lugar en aparente grado de importancia y casi como un adorno o un objeto más del hogar como si fuese un objeto de pertenencia: “El señor de la Cerda vivía con sus dos hijos, Juan y Simón, en una casa bonita, con un bonito jardín y un bonito coche en una bonita cochera. En la casa estaba su esposa”. Posteriormente se aprecia igualmente una crítica al “importante” trabajo del padre y a la “importantísima” escuela de los niños, como si las labores y trabajos de la madre, no fuesen importantes. Lo anterior en cuanto problemática social de los roles de género que cuestiona los roles tradicionales de la familia, no solo viene a plantear una reflexión a las nuevas generaciones de niños y niñas para que crezcan con una idea ya no tan prefijada de que solo la mujer debe desempeñar dichas labores, sino que puede existir una mayor paridad o igualdad de género, inclusive desde el hogar o lo que la ideología feminista ha denominado “micromachismos”, sino que también los adultos también puede replantearse sus modos de actuar y comportarse, generando un cambio frente a sus referentes tradicionales y no seguir reproduciendo aquellos modelos machistas y ortodoxos que predominaron por siglos.

Lista de trabajos citados.

(Entrevista a Anthony Browne (revistababar.com)

Guerrero Ruiz, P. (2006). Literatura y artes plásticas. En García Gutiérrez, María Estrella (coord.), La educación lingüística y literaria en secundaria: materiales para la formación del profesorado. Vol. II. La educación literaria. Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia, Dirección General de Formación e Innovación Educativa. Recuperado el 15/09/2011 de http://www.educarm.es/templates/portal/ ficheros/websDinamicas/154/VI.2.gu

viernes, 13 de mayo de 2022

Taller de aplicación 1 – José Patricio Chamorro Jara. Asignatura: Literatura y otras artes.

 Texto escogido: Camino a Casa. FC.E “Los especiales de A la orilla del viento. De Jairo Buitrago

1. En general: -Escribe la forma narrativa (simple: alguien cuenta a alguien…) o más compleja, reconoces desviaciones.

En primer lugar, respecto a la forma narrativa, la niña a modo de protagonista establece un diálogo ficticio con su padre, representado en la figura de un león que la acompañará en su trayecto camino a casa. Por otro lado, la narración coincide con las imágenes presentadas, complementándose, pero en ocasiones también hay ausencia de texto y solo imagen. En sí misma posee variados elementos simbólicos como la flor de girasol que enlaza y permite una conexión con el padre, así como el principio y final de la historia, pues aparecerá nuevamente hacia el final del libro, acompañando la fotografía del padre junto a su familia (madre e hijos).

Del mismo modo se pueden reconocer algunas desviaciones a lo largo del relato, por ejemplo, cuando el león aparece solo en la segunda página, se observa una fecha, que podría hacer alusión a la fecha de muerte del padre o algún acontecimiento histórico de relevancia “1948”, que pareciera ser un monumento histórico a modo de homenaje.

Otras de las desviaciones es que accedemos a los pensamientos y sentimientos de la niña, narrada su experiencia desde su propia voz donde se aprecia la soledad y la necesidad de comunicación “para tener con quien hablar” o cuando se encuentra en espacios de socialización como la escuela y el “largo camino que me aleja de la ciudad”. Cabe señalar que en una de las páginas se logra observar un cartel de alguien desaparecido, muy similar a la imagen del padre, lo que nos puede hacer pensar que el padre no abandonó a la familia, sino que es un desaparecido y como tal se vio obligado a abandonarlos o posiblemente haya fallecido. Igualmente se corrobora la idea de que el padre falleció hacia el final de las páginas del libro, cuando la niña señala “puedes irte de nuevo, si quieres”, mirando hacia el león, pero con la vista perdida igualmente hacia el cielo y, posteriormente cuando dice “pero vuelve cuando te lo pida” y, finalmente en las últimas páginas aparece un bolso y unas botas, que podemos suponer que pertenecen a la madre después de una extensa jornada laboral e iluminado como único recuerdo de su memoria, una fotografía de la familia (padre incluido), donde se los ve felices en el cuadro; absolutamente diferentes a la realidad que viven actualmente, marcada por la tristeza en la vista y cabeza gacha de la madre, así como la nostalgia que expresa la protagonista a lo largo del relato y la pobreza del hogar.

- ¿Se reconocen elementos del imaginario colectivo?

En relación con esta pregunta, podríamos considerar los planteamientos de Teresa Colomer, quien señala que “el término imaginario ha sido utilizado por los estudios antropológico-literarios para describir el inmenso repertorio de imágenes, símbolos y mitos que los humanos utilizamos como fórmulas tipificadas de entender el mundo y las relaciones con las demás personas” (16). Continuando con esta línea argumental, la figura del león suele representar valor, fuerza, vigor o protección dentro del imaginario social o colectivo. En este caso particular, si bien coincide y se asemeja a la imagen del padre, probablemente también representa dicho imaginario.

Otro de los motivos claves que refleja la sociedad en la que se enmarca el relato es lo convulso, atiborrado, caótico, individualista y desigual de la realidad de las grandes ciudades, donde el trabajo excesivo, así como las largas jornadas laborales desencadenan en familias fracturadas por la ausencia física y emocional, de niños que deben asumir roles que antes pertenecían a los padres, viéndose imbuidos a madurar a fuerza de los golpes de la vida y la soledad. Donde la escasez de tiempo, el hacinamiento, la pobreza, la fractura familiar y social, son parte de las vivencias cotidianas de muchas familias; acrecentada en este caso específico por la ausencia del padre, mostrándonos la crudeza y contexto socio-afectivo de una familia monoparental.

-          ¿Hay elementos que aporten a la socialización de roles?

Efectivamente la historia presenta elementos que nos permiten, por ejemplo, socializar los roles de género. Lo anterior encarnado en la figura de la madre, quien debe ir a la fábrica a trabajar y proveer a la familia, transformándose así en el sustento del hogar y estableciendo una subversión a los convencionalismos de los roles de género de carácter ideológico machista, donde es el hombre quien se encarga de ser el proveedor de su familia. En la misma línea, la protagonista debe cuidar a su hermano después que sale del colegio y, mientras la madre trabajaba en la fábrica, alimentándolo, preparando la cena, yendo de compras a la tienda donde ya no tienen crédito. De esta manera tendrá responsabilidades extras que no deberían haberle correspondido como niña.

2. Posibles funciones de las imágenes:

- Caracteriza el estilo: ¿añade significaciones? Técnica: color, texturas, materiales, etc.

Respecto a la materialidad del libro y las ilustraciones, se aprecia una variada gama de colores claros y formas. En relación con el estilo se privilegia la imagen por sobre el texto, sin embargo, pese a la brevedad de esta última, el texto cobra igualmente gran valor y resulta esclarecedor en relación a la imagen. En ese sentido, igualmente las huellas del inicio de la historia del león junto a la niña, son representativas respecto al título del libro “Camino a casa”, aventurando y permitiendo anticipar al lector, no solo la temática, sino que también cómo se desarrollará la línea argumental o narrativa, en otras palabras, la trama de la historia. A su vez desde el punto de vista de la técnica, da la impresión de haber usado acuarela.

- ¿Aporta a la ubicación o localización?

Cabe referir que las imágenes presentes en el texto nos permiten situar, guiar o conducir el relato, generando un contexto de marginalidad donde la protagonista junto a su familia vive en la periferia de la ciudad en un ambiente empobrecido y a ratos desolador, marcado por el peligro que resulta la urbe o la gran ciudad para una niña que debe enfrentar sola el mundo que la rodea con la ausencia de su padre y la figura de una madre que si bien está presente, debe trabajar y, por tanto, no puede acompañar a la niña en su vida cotidiano, viéndose obligada esta última a enfrentar situaciones o responsabilidades que no corresponden a su edad.

- ¿Podría generar una experiencia estética?

Las imágenes presentes en el libro predisponen a una determinada experiencia estética, donde los gestos y emociones de los personajes reflejan reacciones frente a la imagen del león, pero a su vez se produce la alegría del descubrimiento al reconocer aquellos lugares que le son familiares como la escuela, el trayecto a casa, la ciudad, el barrio, la familia y el hogar, pero articulados en un ambiente distinto con presencia de esta imponente figura del león.

Desde otro punto de vista, es posible igualmente identificar una experiencia estética en el estado de conmoción que significó para la niña la ausencia del padre en su vida, que en un segundo momento de forma metafórica a través de la figura del león reaparece y se convierte en una manera de representar esa ausencia y llenar los vacíos de las huellas del padre. De este modo la niña adquiere valentía, valor y proeza para enfrentar los avatares de la vida diaria simbolizada en la figura del león como manifestación imaginaria de los anhelos y deseos de la niña.

-          ¿Reconoces funciones narrativas? (soporte de la acción).

Se aprecia una complementariedad entre imagen y texto, sin embargo, las imágenes ocupan la mayor parte de la página y es el soporte visual el que da vida al relato. No obstante, las palabras o breves monólogos de la protagonista también generan indicaciones o resultan reveladores para las acciones que movilizan la historia. De este modo ambas generan procesos de significación para la comprensión del relato, pues texto y dibujo coinciden, articulándose a través del texto que revela los deseos de la niña verbalizados y, por otro la imagen que refleja y sostiene la acción.

-          ¿Se identifican puntos de vista?

Se manifiesta el punto de vista de la niña constantemente en una página a través de los monólogos escritos y dibujos, mientras que la del león (padre), se nos muestra en otra página o a veces desde un ángulo que no es captado por la niña. A su vez con cierta ironía se nos revela cómo irían reaccionando las personas a su alrededor ante la presencia hipotética de este león-padre.

-          ¿Ayuda a la caracterización de los personajes?

Las imágenes nos van revelando variados aspectos de los personajes de la historia, por ejemplo, referente a la caracterización de la niña, esta aparece cada vez más empoderada, madura, haciéndose cargo de múltiples responsabilidades, supliendo la imagen tanto del padre como de la madre. Por otra parte, se nos presenta una madre trabajadora, esforzada, cabizbaja y triste por la pérdida del esposo-padre, agobiada por el devenir de los quehaceres laborales diarios. Por otro, el padre, por ejemplo, a través de la figura del león se nos muestra fuerte, aguerrido, defensor de la familia y de sus hijos, paciente, amable y protector ante los ojos de sus hijos y, sobre todo de la protagonista, pero fiero y avasallador ante los ojos de los demás.

3. Relaciones imagen/texto:

Redundancia, contrapunto (contradicción/ironía, etc), se complementan.

Desde el punto de vista analizado se aprecia con claridad una complementariedad entre texto e imagen, pues el texto indica los deseos internos de la protagonista, convirtiéndose en acciones realizadas y encarnadas por el león, que representa simbólicamente la figura del padre ausente a través de los dibujos. Sin embargo, igualmente se puede apreciar un contrapunto e ironía cuando se nos muestra lo verbalizado por la niña, pero en paralelo también lo que genera la presencia del león (padre), para las personas del entorno y sus diversas reacciones que no calzan con los sentimientos expresados por la niña, tal como se aprecia en las siguientes citas, respectivamente: “el potencial que poseen las palabras y las imágenes combinadas de mostrar cosas distintas que ocurren al mismo tiempo” (Salisbury, 95) para referirse al contrapunto y, por otro a la ironía “Irony occurs in literature when we know something more and something different from what we are being told” (223).

 

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

Oscuras sensaciones.

Se apaga la luz de los recuerdos, se enciende la llama de la memoria.

Los instantes renacen para ser olvido en el último rincón de tu soledad.

Amar es el prejuicio absoluto de tus incertezas. Perderse en desolación.

Abismos, instantes, frías tempestades que aguardan la calma.

 

Somos naturalezas muertas, principios del abismo, cayendo precipitadamente.

Crepitamos como brazas de hogueras infinitas que se cobijan y duermen con parsimonia.

Silencios, susurros, sabores inconclusos de la muerte en vida.

 

¿Amar?, ¿yacer? Precariedades de un erotismo culposo de tristezas y añoranzas.

Somos el vano pensamiento del último adiós de una penumbra.

Nostalgia que se vuelca estrella de un mañana a punto de callar,

La postrera sensación de un corazón deseoso de esperanza.

 

José Patricio Chamorro, Copiapó, 11 de mayo del 2022.

domingo, 8 de mayo de 2022

A una madre.

Amar es el primer verbo aprendido de nuestras madres.


Conjugado con ternura, afecto y dedicación.


Desde el principio de los tiempos, el fruto que dio vida a la creación.

Soñamos mundos nuevos gracias a ellas, pacientes, esperando, aguardándonos.

Somos naturaleza viva, arte y poesía en sus ojos.

Hijos de la tierra, hijos de madres luchadoras a porfía.

Ellas que doblegan el destino con sus manos y con el ímpetu de mujeres aguerridas.

Madre es el don más preciado de nuestros caminos, un andar compartido.

Encarnado en el tenue reflejo de la cálida luz de un despertar.

Copiapó, 8 de mayo 2022.

sábado, 7 de mayo de 2022

Serranías.

    Tus contornos grafican mis emociones al despertar.

En colores agrestes se delinean tus paisajes.

Surcan con hondura el vuelo de las aves que migran por tus confines.

Se alzan al cielo tus cimas como brazos extendidos al horizonte infinito.

Naturaleza cristalizada en minerales terruños, agazapados aguardan en espesa niebla tus recuerdos.

Memorias, latir de ensueño en tus serranías encumbradas que observan cautelosas tu caminar peregrino.

José Patricio Chamorro, Copiapó, 7 de mayo 2022.

La porosidad de los cuerpos.

Aguardan en la piel nuestras memorias,

Estampadas como acariciantes besos al amanecer.

Se tocan, se desean, se extasían, se devoran.

Se vuelven cuerpo encarnado en pasión amatoria.

Silencios, susurros, suspiros en frenesí vertiginoso.

Batalla campal en inexplorados territorios.

Despiertan tus sentidos al sueño de la noche embriagadora.

Turbulentos, sensitivos, misteriosos se vuelcan nuestros labios.

Amasijo de texturas, porosidades y efluvios de medianoche.

Somos cautivos, amantes en los deliciosos delirios de nuestros atenazadores brazos.

José Patricio Chamorro, Copiapó, 7 de mayo de 2022.

domingo, 1 de mayo de 2022

Reseña del texto teórico-crítico: "Escribir el desarraigo: La alteridad encarnada de Mireia Calafell". - José Chamorro.

La presente reseña aborda el texto “Escribir el desarraigo: la alteridad encarnada”, escrito por Mireia Calafell de la Universitat Autónoma de Barcelona, que se encuentra inmerso junto a una serie de investigaciones en el volumen de “El cuerpo del significante. La literatura contemporánea desde las teorías corporales”, editado por Diego Falconi y Noemí Aedo. El texto aborda desde una perspectiva teórico-crítica diversas reflexiones en torno a la migración y la literatura, asimismo planteando como objetivos específicos reflexionar críticamente acerca de los fundamentos que justifican una literatura nacional, perfilar de qué hablamos cuando hablamos de literatura de la inmigración y, vislumbrar la triple invisibilización de ser mujer, migrantes y escritoras.

En esta línea que si bien es una invitación a repensar múltiples conceptos que subyacen a la hipótesis y planteamiento general “Una sociedad globalizada debe superar el modelo de Estado-nación, país, cultura, como algo sitiado, estancado, pues los muros que antes cercaban la ciudad -lo que era interpretable y asimilable, lo que quedaba dentro de la norma, es decir, lo normal- se han derrumbado para hacer de la frontera – del espacio que ocupaba entonces la tapia – algo característico de la identidad” (Calafell 278); una mirada que nos propone resignificar las fronteras de las literaturas nacionales en un contexto globalizado, donde las fronteras se diluyen y conforman identidades otras.

 

Es así que en una primera línea argumental, la autora desde un juego semántico con las distintas acepciones de la palabra “partir”, nos revela que partir es también estar escindido, dividido, sobre todo cuando un viaje pudiese ser una experiencia definitiva, sin marcha atrás a través de citas textuales de Cristina Peri Rossi y de Inés Fernández Moreno. A partir de lo anterior, Calafell reflexiona en torno a su propia experiencia del viaje y el desarraigo como circunstancias indisociables de un mismo significante, apoyándose igualmente en Teresa Taffarel en relación a la triple significación de partir “partir/esperar/perderse”.

 

Posteriormente la autora hace alusión a las fronteras simbólicas y lo inquietante que resulta ante la ausencia de fronteras físicas “Hemos cruzado, según parece, una frontera y yo sin enterarme (…) Me inquieta no saber en qué momento exacto he abandonado mi país, no haber notado nada al cruzar esta línea que aparece en el mapa” (Calafell 276); en la misma línea reflexiona en torno a la idea de ficción cultural en una lógica binaria de oposiciones “Coordenadas inaccesibles, límites proyectados para que surja el nosotros, esta ficción cultural que se articula como un no-otros a través de una dialéctica de exclusión e inclusión basada en la creencia de que las fronteras delimitan una comunidad estática” (Calafell 276). A partir de lo anterior, cavila en torno a la idea de una separación como consecuencia y ya no como causa que pone en tela de juicio y peligro la noción de identidad de una comunidad nacional, contraponiéndola a la idea del extranjero como amenaza contra esa identidad que busca definirse por oposición, permitiendo así construir su identidad gracias a los otros, a quienes opone.

Otra de las ideas en las que ahonda es en torno a los muros simbólicos, que en sus palabras “aíslan dejando a la intemperie aquello y aquéllos que quedan del otro lado de un aquí aprehensible y comprensible, de los que están extramuros” (Calafell 276).

Asimismo, Calafell señala que la alteridad no es propia, pues somos sujetos nómadas, lo que en sus palabras, nos debe hacer repensar nuestras identidades ya no desde los Estado-nación, sino como una nueva constitución de identidades colectivas. En ese sentido, otra idea nuclear del texto es pensar la identidad desde el cuerpo, para lo cual la autora se basa en Judith Butler donde formula la idea de repensarnos conviviendo con otros, porque vivir socialmente, es estar en manos de otros; haciendo referencia a los planteamientos de la teórica antes mencionada e igualmente en relación con la sobreexposición de los cuerpos.

Desde su propia experiencia de viaje, la autora hace converger la noción de estereotipos identitarios con la realidad contemporánea. Lo que queda en evidencia cuando lo vincula con la idea de lo local que actualmente es el estereotipo vigente, cuestionando a su vez los movimientos de flujos migratorios y su horizontalidad tradicional, que ya no es tal. Asimismo, lo que antes era la periferia, ahora se vuelve una copia de la metrópoli “Se hace posible pensar la contemporaneidad como el proceso en el que lo que antes era la periferia ahora es una copia de la metrópoli- aunque sea una copia periférica- presentada con el calificativo de lo local, tan ligado a las leyes del mercado y del turismo” (Calafell 278).

Otra de las ideas fuerza presentes en el texto es la lógica del dominio con la intención de categorizar para dividir y ordenar la pluralidad “El sujeto que aplica este método y reduce la multiplicidad a la unidad ocupa una posición ahistórica y no contingente, como si no tuviera ideología, como si estuviera fuera del mundo, como si lo sobrevolara” (Calafell 279).

En concordancia con lo precedente, Calafell sitúa las marcas que caracterizan al migrante de manera concreta “(unos ojos, el color de piel, pero también una forma de hablar), así como la falta de una documentación particular (los papeles)” (Calafell 279). Esta concepción permite a la autora abrir otra línea de lectura, refiriéndose a la alteridad como “una manera de desvelarnos como sujetos marcados y abrir así la posibilidad de una ética verdaderamente intercultural” (Calafell 279).

Finalmente, Mireia Calafell hace referencia a la cuestión de la memoria y el olvido, que apertura y cuestiona no solo el conocimiento de los otros, sino que en contrapartida también a nosotros mismos “Hacer memoria debería significar entonces abrir la puerta al otro, porque uno descubre que está constituido por la otredad, que la idea casi mítica de un origen común vinculado al territorio y a la comunidad es sólo desmemoria vestida de verdad” (Calafell 280). En definitiva, la indisoluble imagen del extranjero que se halla en nosotros mismos a través de la escritura del desarraigo, de ese olvidar para hacer memoria y a la lógica de la hibridez, es decir, identificarnos con el otro, para encontrarnos a nosotros mismos. En otras palabras, aceptar que no tenemos una sola identidad, sino que podemos pertenecer a múltiples territorios e identidades en movimiento como reflejo del habitar espacios y territorialidades comunes.

 

 

 

Descifrar el destino.


Sentir el deseo en la piel abriendo camino a la memoria

Sortear los claroscuros del recuerdo para revivir tus emociones

Penetrar en la hondura de una mirada al despertar,

Corresponder al silencio con un beso profundo,

Húmedo de intensidades e instantáneas caricias de abril.


Sumergirte en el alma, atravesar el mar en sus honduras

Planear los cielos, surcar cordilleras en su nombre

Amar sus palabras, sufrir sus abismos, curar sus heridas.

Latir al unísono, compenetrar los cuerpos, hurgar lo escondido.


Jugar con los sentidos, presentir los olvidos, anticipar lo dicho.

Mirar al horizonte, buscar un futuro, crear sueños íntimos.

Descifrar al universo como hombres en busca de sentido.


Pd: A Óscar, quien acompaña este peregrino camino del destino.

José Patricio Chamorro, 1 de mayo del 2022.


Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...