1. Determine en
los poemas de Desolación y Tala la significación y el recorrido que
representan las figuras religiosas en relación a la correspondiente
metamorfosis de la sujeto mistraliana. Utilice la lectura realizada en clases
como los materiales críticos pertinentes.
Cabe referir que la obra
poética de Desolación (poemas de la Patagonia), rito personal, poesía religiosa
y Tala en Gabriela Mistral, se adscribe al mundonovismo, se nos presenta la
figura de la santa (no madre, virgen), en la que Mistral transcurre por una
etapa esotérico-budista. En un estudio filosófico sobre la poesía chilena
realizado por Patricio Marchant, dictaminó que una de las figuras centrales en
su poesía con un tono religioso es la del árbol cristo mistraliano, la que será
central en su poética, lo que resulta sin duda necesario es analizar la figura
del árbol y cuál es su representación simbólica, pues para Freud éste es un
símbolo fálico y guarda relación con lo primigenio, lo natural, lo instintivo.
En Desolación, por ejemplo, aparece la imagen del “árbol muerto”, que antes de
ser designado así, tenía por nombre “árbol cristo” y “Un árbol cristo”, cuyo
verso en palabras de Marchant en la estrofa definitiva, versaba: “un árbol
blanco roto/y mordido de llagas”[1] y
“un árbol cristo, un árbol roto lleno de llagas”[2],
un hecho destacable es la metamorfosis o transformación mística que experimenta
la sujeto, la propia sujeto encarnará la figura de cristo, ese cristo
sufriente, ella se martirizará para lograr esa conexión espiritual, tal como lo
hacían los místicos religiosos de los siglos de oro, sentirá en cuerpo y alma
el calvario que tuvo que soportar cristo en la cruz, esta etapa poética es de
la adjetivación, ya que ella le otorgará los matices semánticos y significados
a la escena poética que desea mostrarnos, cargada de dolor y semas que delineen
su sentir.
La relación entre el árbol y
la psique es sin duda a nivel inconsciente, por ello las teorías
psicoanalíticas de principios del siglo XX, resultan reveladoras al momento de
realizar una interpretación poética, Freud señala qu el árbol es símbolo fálico
y así se apreciará aunque implícitamente en “éxtasis de desolación”. Fue de
cierto modo una poesía incomprendida, no sólo por los receptores de su obra,
sus contemporáneos, sino que la propia Mistral llega a comprender la totalidad
de su obra poética, por ello nexos que alcanzan este nivel espiritual y de
misticismo, resultan un desafío para la crítica literaria.
El árbol es representación
simbólica de la madre arcaica, es decir, de los orígenes, lo primigenio y
natural, el origen de la vida que desde un punto de vista etnológico,
representa un sustituo de la madre, es a lo que el sujeto puede aferrarse
instintivamente, es la conexión con la madre naturaleza de la cual se embebe.
Significativo resulta la teoría del síndrome de “agarrarse a” del
“des-agarrarse como acontecimiento traumático”, en una especie de circularidad.
Lo anterior guarda relación con la concepción de la madre, que es aquella con
la cual el sujeto establece una unidad dual: “Un ser que es único sólo cuando
es dos, que está completo como uno, sólo cuando es dos”[3]
Es central para comprender
cómo se nos perfila la sujeto la visión freudeana sobre las tres formas de
concebir a la madre: madre-productora, madre-amante (que recoge el sexo del
amante después del acto de amor) y madre-muerte que recoge al hijo muerto, esta
última como una transgresión al instinto maternal que como veremos
posteriormente va contra la poética de canción de cuna y coro/ronda, que nos
proyecta una imagen positiva de la relación madre/hijo.
La representación de las
figuras religiosas como Cristo en la poesía mistraliana, se manifiesta en dos
poemas de Desolación: El Dios triste y la cruz de Bistolfi, los que nos hablan
sobre la presencia/ausencia de los dioses o del dios cristianos, donde éste
determinará la existencia humana, caracterizándose por la imagen de tres dioses
significativos: EL DIOS de David y el segundo es el dios triste o dios-padre de
los cristianos; dios inmenso por la inmensa cantidad de hombres que se
determinan por él, pero éste es un dios triste, débil, sufriente, herido y sin
aliento. Y, finalmente el nombre de un dios oculto, cruz que para sentirla no
necesitamos saber que la sentimos. A través de estas figuras, la Mistral encarna
su rol de sujeto femenino en tanto madre, pero es la cruz, un estadio anterior al de la madre
muerte.
Una de las conexiones
lucidícimas que hace Patricio Marchant en el desciframiento de la poética de la
autora se relaciona con la interpretación semántica que liga lós simbolos de su
poética: “Ahora bien, si la cruz es madre y si la cruz es un árbol y todo
árbol, que es madre, es cruz; si cristo está en la cruz, si la cruz es cristo
(una cruz desnuda de cristo, como la Cruz de Bistolfi, es cristo), entonces,
siendo curz, siendo árbol, Cristo es madre. Cristo opera en el estrato más
profundo del inconsciente no como figura masculina, como Dios-hombre o como un
hombre-dios sino que opera, está inscrito, produce efectos de madre, opera como
madre”[4] Esta teoría apunta a que en un nivel
inconsciente simbólico dual, la madre es hijo y el hijo es madre, hay una
superposición de las figuras, sin caer en la triangulación del edipo.
Una interpretación
aclaratoria habla sobre un conjunto de representaciones cristiana que son
verdaderas, entendiendo al cristianismo oficial como una interpretación, una
errada interpretación, la poesía mistraliana, se entroncaría, dado el contenido
de su pensamiento, donde citando a
Marchant: “Cristo es madre como objeto de instinto, del deseo, de la
pasión fundamental”[5]
En el estado de metamorfosis
de la sujeto o la persona que se construye ante dios, ésta entra en una crisis
religiosa y existencal tal, que se le voltea el alma, hay un cambio de su alma,
es el Dios inspirador que se presenta ante sí y se revela, se muestra ante
ella, es la persona que se ha construido a sí misma de cara a dios, es su
máscara, la representación de sí misma y el conflicto en que entra de cara al
amado perdiendo su identidad
2. Perfile por
medio de tres momentos poéticos distintos de la obra de Gabriela Mistral la
significación de cada uno de los siguientes motivos y recursos textuales: a) niebla,
b) oro-dorado-rojo, c) estados alterados de la sujeto, d) reductos femeniles, e)
canción de cuna, f) coro/ronda y g) notas al pie de página.
Dentro de la caracterización
de los sus tres momentos poéticos, a) El motivo de la niebla guarda relación
con lo inconsciente, con lo oculto, enigmático y misterioso, con lo que se
precisa mostrar el plano de lo onírico, el sueño, la niebla se traduce como un
espacio surreal donde nace la libertad, es donde se suceden los anhelos más
íntimos y se satisface el deseo. c) los estados alterados de la sujeto, nos
vemos envueltos en un estrato al cual se accede en otros grados de consciencia,
a los que llegan sólo iluminados/místicos o elegidos y los enfermos mentales y
como apunta Marchant: “También aquellos cuya capacidad de penetrar el
inconsciente es enteramente anormal y que pueden decir lo que saben en textos
más acá o más allá de la calificación de textos locos. Como los de Gabriela
Mistral”[6] d)
En los reductos femeniles, se constriñe a la mujer dentro de los límites del
patriarcado, a su condición de maternidad, cuya única relación la sitúa en un
orden de reproductora con el hecho físico del embarazo,e l parto y el proceso
de socialización que implica, de este modo la maternidad se vuelve una
experiencia personal como el poema “Todas íbamos a ser reinas”, donde se alude
a la maternidad como experiencia, vista como un mito.
E y f) Tanto canción de cuna
como coro/ronda, representan lo lúdico, la relación e instinto maternal de la
sujeto con el hijo, como el arruyo y canto para que éste se adormezca, es la
protección, el hogar, donde se satisfacen los deseos de ser madre.
Comentarios
Publicar un comentario