Aspectos que se considerarán en la evaluación:
- Una redacción clara y coherente, en
donde las ideas estén articuladas de manera inteligible y todas las
afirmaciones sean desarrolladas y no simplemente enunciadas.
- Desarrollo
de una reflexión crítica propia en la que se integre de
manera productiva los apuntes de clases. Es importante que sus análisis no
sean una mera descripción de los relatos y se apoyen cuando sea pertinente
con citas a la novela.
1. Describa y analice Comala. Qué imagen de mundo se nos despliega a partir
de este cronotopo?
2. Analice al personaje Pedro Páramo y el vínculo que establece con Susana
San Juan.
Desarrollo
1. Comala es el mundo que se nos presenta en
la novela de Juan Rulfo, de cierto modo es un mundo otro, con sus
carácterísticas propias, es un mundo cuyo cronotopo es asiduo del pasado, una
atemporalidad permanente, donde convergen los fantasmas del ayer, las historias
de antaño, de un tiempo pretérito, es un pueblo que en su momento fue habitado, pero ahora aquello parece lejano.
Comala es vista también como un limbo, un lugar intermedio entre las almas
errantes del inframundo y el paraíso, claro está que es una metáfora, pero que,
no obstante, es clarificadora a la hora de designar este lugar otro, donde Juan
Preciado va atravesando este limbo de almas, donde se entremezcla con ellas,
conformando un todo indisoluble, pues sin darse cuenta, ya forma parte de
ellos.
Por otra parte Comala es Pedro
Páramo y éste es Comala, son una simbiosis, donde no se puede reconocer al uno
sin el otro, es un mundo donde se conforma el pasado, las almas que yerran su camino
se hacen presente, es así que el siguiente pasaje se vuelve esclarecedor, ya
que en él se puede apreciar la superposición de la realidad con la irrealidad,
el mundo de los vivos, de lo terrenal y de la temporalidad presente conviviendo
con lo fantasmágorico , el mundo de los muertos, de las ánimas, del más allá,
en una temporalidad pretérita, es una cronotopía doble, son dos lugares y dos
temporalidades encarnadas en una sola, es realismo mágico, es supertechería y
empiria, la vida misma:“-Eso cree usted;
pero todavía hay algunos. ¿Dígame si Filomeno no vive, si Dorotea, si
Melquiades, si Prudencio el viejo, si Sóstenes y todos ésos no viven? Lo que
acontece es que se la pasan encerrados. De día no se qué harán; pero las noches
se las pasan en su encierro. Aquí esas horas están llenas de espantos. Si usted
viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la calle. En cuanto oscurece
comienzan a salir. Y a nadie le gusta verlas. Son tantas, y nosotros tan
poquitos, que ya ni la lucha le hacemos para rezar porque salgan de sus penas.
No ajustarían nuestras oraciones para todos. Si acaso les tocaría un pedazo de
padrenuestro. Y eso no les puede servir de nada. Luego están nuestros pecados
de por medio. Ninguno de los que todavía vivimos está en gracia de Dios. Nadie
podrá alzar sus ojos al cielo sin sentirlos sucios de vergüenza. Y la
vergüenzano cura. Al menos eso me-dijo el obispo que pasó por aquí hace algún
tiempo dando confirmaciones. Yo me le puse enfrente y le confesé todo.”[1]
Una manera de explicar la presencia de las almas
en este pueblo sin ley, es a través del pasado, de los pecados y aquello ya nos
apunta a un tipo de creencias y presencia de un legado, de una tradición, de
quiénes habitaron antes Comala, que ya sea a través de un determinismo o no, la
muerte convive con la vida, en un mismo lugar, en un pueblo determinado por sus
propias acciones o más bien por las de sus habitantes de antaño a la perdición:
“»Y se fue, montado en su macho, la cara dura, sin mirar hacia atrás, como si
hubiera dejado aquí la imagen de la perdición. Nunca ha vuelto. Y ésa es la
cosa por la que esto está lleno de ánimas; un puro vagabundear de gente que
murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo, mucho menos valiéndose
de nosotros. Ya viene. ¿Lo oye usted”[2]
Debe andar vagando por la tierra como tantas
otras; buscando vivos que recen por ella. Tal vez me odie por el mal trato que
le di; pero eso ya no me preocupa. He descansado del vicio de sus
remordimientos. Me amargaba hasta lo poco que comía, y me hacía insoportables
las noches llenándomelas de pensamientos intranquilos con figuras de condenados
y cosas de ésas. Cuando me senté a morir, ella rogó que me levantara y que
siguiera arrastrando la vida, como si esperara todavía algún milagro que me
limpiara de culpas.
Algo que caracteriza a Comala y a sus habitantes
es que éstos están continuamente recordando el pasado, comparando aquella
espacialidad que es aquél pueblo en sus dos tiempos, en lo que ue antes y en lo
que es ahora, de las historias y anécdotas vividas, de ese mundo otro, lugar de
reencuentro consigo mismo, donde una historia es dependiente de la otra, donde
aquello que circunda a los Páramo, es lo que le da vida a las historias de los
demás habitantes de Comala, por ello en aquella simbiosis, no se puede entender
a una sin el otro: “El padre Rentería se acordaría muchos años después de la
noche en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a
salir. Fue la noche en que murió Miguel Páramo. Recorrió las calles solitarias
de Comala, espantando con sus pasos a los perros que husmeaban en las basuras.
Llegó hasta el río y allí se entretuvo mirando en los remansos el reflejo de
las estrellas que se estaban cayendo del cielo. Duró varias horas luchando con
sus pensamientos, tirándolos al agua negra del río.”[3]
Comentarios
Publicar un comentario