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Mostrando entradas de 2010

El carácter dicotómico de Lady Macbeth.

  En el presente trabajo, se pretende realizar un análisis comparativo entre las obras literarias Macbeth, cuya tragedia pertenece a Shakespeare y, Macbett, referente al teatro del absurdo de Ionesco, que es una parodia de la obra creada por el primer autor. Sin embargo, cabe destacar, que me centraré fundamentalmente en las características intrínsecas de las obras, más que en el contexto de producción, puesto que el presente, se aboca al establecimiento de una analogía entre el personaje “Lady Macbeth”/“Lady Macbett”, de quien referiré rasgos de índole psicológica, por ende también se hará alusión a sus pasiones y motivaciones, cuya incidencia en el desarrollo de las obras, es de suma relevancia, destacando ciertos atisbos de transgresión que se cometen en ella, en relación al orden natural de los hechos y, del mismo modo, las transgresiones de género que nos presenta este personaje. En primer término, efectuaré un análisis de los parlamentos que Lady Macbeth, enuncia en la obra

Análisis isotópico de: “El sonido y la furia”, William Faulkner.

Primero que todo, en el presente trabajo se pretende abordar a través de un análisis isotópico la obra “El sonido y la furia” de William Faulkner, teniendo como temática central la relación e influencia que ejerce la madre en el ulterior desarrollo de la personalidad y comportamiento de sus hijos, lo que resulta fundamental en el contexto intraliterario de la novela. Es de este modo que considerando el empleo de marcas textuales determinaré posibles hipótesis y conclusiones que se manifiestan en los disímiles capítulos, ya sea desde la perspectiva de Benjamín, Quentin o Jason, quienes desde sus puntos de vista nos irán revelando el carácter quejumbroso y alicaído de su madre, que eminentemente la caracterizaba. No obstante, confirmaremos también ciertos modos propios de comportarse de las mujeres del sur, rasgos que se ven representados en ella, tales como la abocada preocupación de los menesteres del hogar y del qué dirán.             En efecto, desde el primer capítulo narrado por

"Tus ojos son una virtud surrealista".

Así resurge de los arrebatos del amor el ojo, este gran contemplador de toda realidad que en el momento de despertar se posa sobre el que, momentos antes, cabalgaba hacia la muerte.                                                                                     Sinceridad Aparente, Emil Ludwig. Tus ojos son una virtud surrealista. Virtud surrealista Que ves lo que quieres ver Aparentas confianza en lo que observas Pero Vilmente engañas a quien a través de ti contempla Te abres al mundo como llave dorada Resplandeces en un verde esmeralda Y Permaneces absorto en un rojo carmesí Que olvida recuerdos y recuerda con el corazón Atraviesas penetrando abismos y montañas Con Risas fugaces de una pupila palpitante OH! Dime la verdad, infame portador de falsedades Te increpo por tu inconstancia Sin embargo Sólo contigo percibí matices naturales Arpegios sonoros que me sabían a honestos colores Que abatieron este mundo con un solitario sólo de soledad En la fugaz laguna temporal Con Dulc

"Un aleteo de luciérnaga."

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga, Ese último chispazo de la hoguera del verano Flotando en el silencio del bosque. Miremos la luz de la luciérnaga: A ella se ha reducido el mundo.                                                                        Domingo a domingo, Jorge Teillier.                                        Un aleteo de luciérnaga.                             El mundo es como un frágil aleteo de luciérnaga Nos deleita mientras brilla, pero al apagarse nos deprime Vivimos en un mundo enajenado, donde la esperanza se agota De él sólo quedan las cenizas de apasionados fuegos de antaño Ya no renace como el ave fénix, aquella utopía se ha transfigurado. El fénix se ha transfigurado en un cuervo de melancólicos ojos Que a ratos se transforma en un murciélago vampiresco Que te devora hasta las entrañas si tú se le opones Valiéndose de las arpías que cortan nuestros hilos de plata. Nuestros cuerpos se desvanecen en una palidez exorbitante Nuestros labios que dis

Palabras.

                                                            A veces pienso en la fuerza de las palabras                  Como Z arpazos desgarradores y aprisionadores                           E speranza para algunos, desesperanza para otros                         T orbellino de ideas brillantes e injuriosas calumnias vulgares                        S istema de signos y signos que no significan nada P alabras        I lustradas  y                              A        F     R      A     N     C     E     S    A     D     A    S L I B E R T A D       a     ratos coartada A l       L ibre albedrío ya no le creo nada B    r    I   t a n i s m o s   P alabrotas y anglicismos R íe de L a C O N G O J A E sa vil y siniestra ramera A        I   S  L A T  E  de  la   S abedora de infortunios y penosos dilemas S   e     D   i   e  n t a          y      A niquiladora de tu tiempo, mi tiempo, nuestro tiempo           A            Z           A          R          O           S             A  

Enamorado de la vida.

Escucho la voz de la naturaleza Presiento la danza del tiempo y la vida Mis ojos se abren ante la inmensidad del mundo Y Admirando el río de las muchedumbres que circulan torrencialmente Consumiéndose mi tacto en el relieve de la tierra húmeda y el sol caliente Mis sentidos se empalagan en un sueño mudo de néctares Ahora Mis sueños son tuyos, los tuyos míos y así nos sumergimos en ensoñaciones nuestras Mi boca se acerca a la comicidad de tus labios Mi vida convertida en tragedia se tornó en el crepúsculo del pasado Que Mi olfato satisface en aromas florales Contemplando la belleza de tus ojos en una magistral comedia Yaciendo mi cuerpo en cromática acuarela Soy Un peregrino que va abriendo caminos Viviendo una sinfonía de acordes mayores Convirtiendo los embates en momentos atemporales Libre De las ligaduras sociales y las amarras infernales Vivo el deseo y el deseo se convierte en anhelo El anhelo en un apasionado beso que pronuncia un hermoso Te Quiero.

Desilusión.

   Padezco tormentos lluviosos en mi interior Me siento herido y apuñalado como gélida estocada directa al corazón Quisiera olvidar aquellos momentos de silencio sepulcral Anhelo revivir tu acariciante voz Y Quiero amarte nuevamente tal azor a su rosa bermellón No sé cómo serte fiel pese a tu vil traición Has causado estragos en mis sentidos Me has arrebatado la vida en angustias taciturnas Mi cuerpo aún conserva las huellas de tu tacto   Sin embargo Aquel candente fuego odioso que es el rencor Apaga mis latidos, aniquila mi tiempo y ultraja mi vida Ahora sólo transcurren las horas ante la espera que desespera Desfalleciendo así tras cada segundo de tu ausencia Mi apasionada razón de ser que es el amor Pero Aunque quisiera desterrarte de mis pensamientos Aunque pudiese vivir un siglo de pasión Aunque me fuese a Francia a vivir el fin amour Aunque navegase en las barcazas de Venecia No podría olvidar aquella atormentadora y angustiante des

Amor de ángeles.

Ella siempre se había preguntado si las almas que han transitado por nuestras vidas y han sido capaces de vivir el verdadero amor, aún lo siguen sintiendo en la vida ultraterrena. Sin embargo, jamás se imaginó que aquella tarde apacible en el jardín de su casa, rodeada por árboles de frondosos ramajes y de rebosantes rosas rojizas iba a ser testigo de un fenómeno aparentemente paranormal, que escapaba a la lógica humana, pero que había constituido parte de cada momento de su silenciosa y nostálgica vida. Amelia como de costumbre, se asomó a la balaustrada del corredor central de su casa, cuya vista dejaba entrever los nidos de las aves en las altas copas de los árboles, las piletas repletas de pétalos de gardenias en el transcurrir de las diáfanas aguas que caían como cascadas a los pies de un hermoso estanque, colmado de peces de los más variados y fascinantes colores, azul nocturno, verde esmeralda, rojo carmesí, amarillo crepúsculo, naranjo soleado y plata natural, los que acompañ

Esbozo de una interpretación mundana y de la sociedad.

El mundo transita como almas desoladas a la espera del juicio final, no saben qué esperar, desconocen sus próximos pasos, permanecen en la incertidumbre constante de aquellos que han perdido el rumbo de sus vidas, compran y consumen hedonistamente, corren automatizados de un lado hacia otro, prorrumpen atronadoramente en las vidas de aquellos que la televisión ha mediatizado, aparecen nuevos términos modernos y capitalistas, pero ¿dónde ha quedado el esplendor y el afán del progreso? Vilmente fracasaron las ilusiones positivistas. Vivimos en una aldea global y esto suena paradójico, pues se confunden los cimientos y principios de un grupo humano cuyas raíces culturales que debiesen generar cohesión social es precisamente lo que nos desune, hemos perdido la noción y el conocimiento de nuestras tradiciones, aunque quizás éstas jamás han existido, ya que depende de qué entendamos por tradición, ¿puesto de qué sirve conocer nuestro legado cultural si no lo transmitimos, si no lo vivenc