martes, 30 de enero de 2018

Entrañas.

Abrasados en memoria, amordaza recuerdos tu piel

El sufrimiento acobardado es nostalgia ensimismada

Noche fugitiva te duermes en el regazo de un mal de ojo

Abren tus siluetas garfios monstruosos de la muerte hecha hombre

Silencios inauditos claman dolor de parto en hembra mártir

Resuenan sus caderas maldecidas por el miedo insomne

Hijos no nacidos desfilan en un charco de sangre

Miseria,  pudredumbre de hojarasca arremete versos encriptados

Purgar, verter tu corporeidad en tu ventrículo desnudo de carnes

Amas como ponzoña aguijonante derramada en tu matriz virginal

Deseas poesía como posesa encarnación de un embrión imaginario.

PD: Por todos los hijos no nacidos, muertos desde las entrañas.

José Patricio Chamorro
Poesía a la vena.

31 enero 2018

lunes, 29 de enero de 2018

Misterios de un poeta: El lugar de la imaginación. (29 enero 2014, recuperado).

Misterios de un poeta: El lugar de la imaginación.

(Creación literaria del 29 enero 2014)

Como buen caminante y andante por tierras impensadas, con rumbos itinerantes y siempre abierto al diálogo, como la cornucopia de la abundancia, el joven de ideales quijotescos y siempre bien pensados, va junto a su bolso. Lo acarrea bajo el brazo o en su espalda, atado cual espada medieval de un caballero andante engrandece su camino por los cotidianos artefactos que obtiene de aquel impenetrable arminículo, un bolso negro, del más profundo averno, del que siempre al poner o introducir tu mano en él, obtendrás una reliquia inesperada. Algunas veces frases hechas y deshechas con una letra ininteligible, cual piedra de roseta sería necesario tener para descifrar aquellos enigmas.

 En otras ocasiones, la imaginación de quién lleva esos objetos como una cruz que apuntala sus días, brota instantánea y febril con alguna lectura de uno de los cientos de libros que en alguna oportunidad han sido guardados en ese estrecho espacio, que, sin embargo, alcanza dimensiones universales. En efecto, a veces podrás hallar en él palabras de aliento de algún amigo de antaño, en otras mensajes de otros viandantes que su portador, cual peregrino se ha cruzado en su camino. 

A veces,  aparecen estatuillas, figuras, imágenes, piedras y souvenires por las ciudades que ha visitado su dueño, cuya identificación suele estar delineado por un carnet del registro civil, que no es más que el nombre que aquel joven escritor recibió de nacimiento, que da cuenta que tiene una familia y un buen nombre, quizás el destino lo había escrito para él. Su tarjeta de presentación dependerá de las circunstancias y del interlocutor, pues siempre se adapta según la personalidad de sus intercesor. A ratos, estará repleto de dichas y desdichas, en él se han depositado historias amargas, han arreciado lluvias intermitentes y vientos furibundos, calores dantescos, pero él está ahí como fiel rocinante acompañando a su dueño.

 Si ves o cruzas la mirada con el joven de la triste mirada y el bolso negro, pregúntale por alguna de sus últimas lecturas, por el sentimiento romántico del mundo y sobre aquellas palabras que como el cementerio de Cortázar conserva en las íntimas paredes del umbral de su regazo, o sobre las historias de los pasajeros y viandantes que han cruzado su destino, él sin más te responderá con una sonrisa, un verso y quizás, sólo quizás saque de su bolso alguna misteriosa creación universal. Esto último es su mayor secreto, los demás los guarda en su memoria, él siempre está creando, en lo absorto de sus pensamientos y en el más ínfimo de los instantes deposita lo que su mente ha creado en su bolso.

domingo, 21 de enero de 2018

Soneto de la desilusión de amor. (22 enero 2016, recuperado).

Soneto de la desilusión de amor.

Mi amor por ti  desespera cándido
Sin ti mi vida, muerte existiría
Olvídame, llévate tus egolatrías
Permanezco de pie  impávido

Te fuiste dejándome olvidado
Desahuciado está mi corazón
Por tu partida repentina sin son
Mi razón es un latir azorado

A la espera de tus besos apasionados
De ilusión hasta hoy perdido fui
Me encuentro sin sabor entristecido

Mi canción por ti amor, desespera
Pérfido amor, ya no estás a mi lado
La nostalgia será mi compañera

Pd: Autor:  José Patricio Chamorro Jara
(Recién escrito, sujeto a modificaciones).

sábado, 20 de enero de 2018

Hacia el camino.

Soltar, desapegarse de lo material y los logros terrenales es necesario para avanzar,  para crear sin limitaciones y reinventarse. La vida nos pone desafíos constantes en los que a veces debemos partir de cero,  rehacernos y enfrentar nuevas circunstancias,  cambiar de ambientes,  lugares y personas para buscar nuestra propia felicidad.

La búsqueda puede iniciarse en cualquier momento y circunstancia, aunque no lleguemos al final, la experiencia adquirida en el camino es lo que vale, atreverse a avanzar sin rotreceder, siempre hacia adelante, sin detenerse. 

jueves, 18 de enero de 2018

Domingo día del señor. (19 enero 2014). Recuperado.

Domingo día del señor, así partió la itinerante tarde junto al filósofo de la inquietud en movimiento, cuestionándonos un tanto la angustia existencial  de dos seres que por esas casualidades intrínsecas de la vida, se topan en un momento oportuno a recorrer las distintas calles de una ciudad tantas veces recorridas, con nuevos rumbos y a veces hasta donde los lleve el viento, proyectándose hacia un futuro, pero movidos por el presente, en el aquí y en el ahora, en las meditaciones furibundas, en los refugios de la mirada y del pensamiento, en un diálogo constante de autores y temas a seguir, de itinerantes contextos, relatos y biografías de escritores, filósofos, lingüistas, un recorrido mental e itinerario histórico por una fechación y exactitud en la búsqueda temporal, que es caer en el relativismo de la memoria, en los recuerdos truncados y en las posibilidades inconclusas de aquello que pudo haber sido, pero que se truncó en el camino de una decisión que dio paso a otra nueva seguidilla de caminos itinerantes, por este estar dispuesto a compartir experiencias de vida junto a otro, nuestro compartir en la vida, el atreverse a vivir.

 Este recorrido diario y estival resultó con experiencias de arte, a través de quién es capaz de crear con la indicación de un solo acto mental, con su propio pensamiento y con sus manos, obras de arte en miniatura, mundos complejos y profundos, que tienen mucho que entregar, verdaderos paisajes de colores cálidos y profundos, nostálgicos y propios, con un pintoresquismo palpitante de colores vibrantes, el contraste de dos intensidades vitales, las paradisíacas playas y el invierno enabolado en un bosque nórdico, imágenes y cuadros que te llenan la vida en un instante, la vida misma. En el cara y sello de una moneda que abre la posibilidad de seguir recorriendo tu propia ruta, tus nuevos pasos a seguir y adivinar los pensamientos de quién te acompaña, mentes en blanco, en la esquizofrenia de un pasado ya olvidado, pero que se conservará en la memoria de lo que prontamente estaremos dispuestos a vivir, en un futuro promisorio de iconoclastías figurativas y otros rumbos.

 Preguntas retóricas y comentarios  de una mano amiga, sobre el libro de sus vidas que están por escribir, lo que aún no se ha escrito y el testimonio de quién a través de las palabras ha recreado su realidad instantánea, una conexión espiritual, que trasciende los límites de la voluntad, imperiosa de sensaciones nuevas y de experimentar aquello no resuelto, de vivir sin límites, junto a quién tenga la paciencia de llevar una vida apaciguada y de filosofía vital, de la impaciencia por aprehender la voz del otro, su retórica descarnada y fraguas de la introversión de quién es capaz de entregar todo en la conversación, en el acto de comunicar con la palabra, dialogar como si estuviese en el ágora griega, meditando conun texto y citándolo en mano, para descubrir otros mundos, inclusive aquellos misteriosos y únicos, para culminar este día entregado al acto contemplativo de entregar en una iglesia y regocijarse en la materialidad espiritual de un espíritu etéreo, ahora y en el fluir de los tiempos.

 Chillán, 19/1/2014.

El acto de recrear realidades. (17 enero 2014). Recuperado.


El acto de recrear la realidad, pues ésta no es estática, está en continúo movimiento, a veces nos parece que estamos sujetos a nuestros propios designios y pensamientos, pero en cada lugar al que accedemos, en cada nuevo rostro que atisbamos, en cada palabra que empleamos, la rehacemos, volvemos a vivir, mil y un instantes, así como el espacio lo hacemos nosotros, la realidad también es moldeada, a veces por lo que decimos, otras por lo que vemos, incluso por lo que percibimos, personas, objetos, situaciones, momentos, paredes, paisajes, imágenes, cuadros, en fin, la realidad es múltiple y lo transitorio es el peregrinar de historias, de cuerpos transhumantes que buscan nuevos lugares por recorrer, auroras que contemplar, libros por leer.

El ir y venir de la memoria. (18 enero 2014). Recuperado.


La memoria, cada día se rehace, es una superposición de recuerdos, de momentos y como todo es un fluir constante y nada es estático, ese ir y venir, se traduce en experiencias recordadas, vividas, escritas, de lo que hacemos y no alcanzamos a hacer, de lo que otros comparten con nosotros, de arrepentimientos, de silencios, de energías, de dar, ceder y quitar, de actos voluntarios e involuntarios, de mentiras y verdades, de sensaciones no resueltas, de lo que creímos haber hecho y de lo que no recordamos con exactitud o aquello que conservamos hasta el más mínimo detalle en nuestra memoria.

Dado que se ha convertido en nuestro mayor tesoro,  es lo que decidimos tener como propio, que pese al tiempo y cómo éste altera todo, ahí está, como si lo hubiésemos vivido ayer o hace algunas horas. Entre más tiempo vamos viviendo, los recuerdos, lo visto, lo dicho y lo vivido, se confunden con mayor ahínco, se entremezclan personas, rostros, adioses, palabras y sentimientos, una sinfonía que está en armonía con el ser y el tiempo.

martes, 16 de enero de 2018

Grito de alevosía.

Cuando mis manos abandonen esta tierra mustia,

La soledad se abra paso breve en sus confines,

El horizonte sea silencio entre los muertos;

Hablaré la lengua de las aves en sordina.


Cuando tu voz sea recuerdo ausente, callaré

Llorarán los sauces en mi pasajera ausencia

Tus labios pronunciarán mi nombre, poesía

 Maldecida mi sangre se vertirá en tu pecho

El rocío será tormento, un grito de alevosía.


Cuando el mañana no despierte mi sentir,

Los lobos despedazarán mis escuálidos huesos,  memoria

Amordazarán mis versos en habla veleidosa

Desgarrarán tus carnes las palabras en otoño

Tu canto anunciará miseria, un grito de alevosía.


José Patricio Chamorro.
Yungay,  región del Biobio.
16 enero 2018.



Poesía sutil.



Raíces endurecidas emergen bajo su sombra


Ego se desvanece por sus ramas florecidas

Entre plumas y piñones están libres, sutiles


Un viento a raudales cobija la memoria


Tiempos pasados cierran sus puertas


Como montañas se erigen pensamientos


En su interior el presente se hace vida


Futuro es eco en campos de poesía.



Poesía sutil.

Cerro negro, Quillón. 6 enero 2018.

Trehualemu.


Inspirar una flor como sol de atardecer


Ser árbol, quebradiza rama sin tiempo


Fértil potrillo en andares y polvaredas


Hacerse tierra en tu sigilo precordillerano


Ave liberta hacia tus confines, florecer


Bajar al cielo como agua en riachuelo


Subir al infinito , sentarse en una estrella


Perderse bosque, enraizar en tus venas.


José Patricio Chamorro.

13 enero 2018.

Sala de espera.


Bajo un puñado de huesos duerme la memoria


Sigilosa, nauseabunda en un hospital de provincia


Un manto de estiércol recubre sus nervaduras


Insalubre la sangre recorre tus mortales venas


Una pupila se dilata y corrompe las cuencas de tus ojos


Lagrimea pudredumbre la espera hospitalaria


Fagocita mortífera el cadáver de tu piel infecta


Olvidados en rincones se consumen los recuerdos, la muerte acecha.



15 enero 2018.

José Patricio Chamorro.
Chillán, hospital Herminda Martin.

domingo, 14 de enero de 2018

El filósofo de la inquietud en movimiento. (14 enero 2014). Recuperado.

El filósofo de la inquietud en movimiento, quizás la palabra precisa para comenzar a relatar la anécdota de un pesonaje que vive en continúo peregrinar, de cada persona que atraviesa nuestra vida se aprende y asimos una nueva experiencia, pues si bien somos capaces de aprehender la interioridad de otro a través del lenguaje, a veces la deriva misma a la que nos llevan nuestras decisiones y libre albedrío, cada decisión juega un papel relevante en nuestro próximo paso a seguir, en el conocer a alguien durante unas horas y comprender que es capaz de introvertirse en nuestro mundo y que la percepción de cada uno, si bien puede ser unívoca, siempre habrá alguien con quien compartirla, independiente en el lugar que nos encontremos, ya que el espacio lo hacen las personas.

La vida, el flujo vital está en una ola de vaivenes, en la singularidad de nuestra percepción, a veces aquella persona llega y aparece de pronto en nuestro campo perceptual dado la sintonía que emitimos al universo, a través de la verbalización, del continúo transmitir y externalizar nuestros pensamientos, que independiente de donde nos encontremos producimos un efecto tal, que el universo en su completud nos inunda en su juego batahólico, como si se produjera el tal llamado efecto mariposa. Es así que funcionamos en una psinergia de experiencias, en un estricto orden no azaroso, donde el determinismo no es tal, sino que nos vamos haciendo en el camino, uno sigue su rumbo, una dirección establecida, pero siempre existe la posibilidad de alterar el recorrido, percibir algo que no estaba, pues el tiempo no es estático, así como tampoco nosotros, que siempre tenemos la posibilidad de regodearnos en la posibilidad de un nuevo camino que se abre enraizándose en la instantaneidad, donde se truncan lo no posibilitado, el devenir de nuestras existencias, el compartir junto a otro, escoger y revivir cada segundo en su unicidad, donde jamás se repetirá el instante, pero lo momentáneo es precisamente la gracia del vivir, absorber la experiencia vital, fijarse en el sonido de los árboles, en el ruido que emiten las hojas al caer, en el fluir del viento, que precisamente ayer causaba estragos en un verano infernal, en una de las ciudades más climatizadamente dantescas que podemos habitar. 

A veces pienso en cómo descentrañar las encrucijadas de la vida, en el compartir la experiencia de reconocer y reconocernos en el otro o en nuestra propia individualidad, para comprender a través del transcurso de nuestras vidas, cuál es su significación, resignificarla, a través de la filosofía, de la música, del arte, de los sentidos. Música que está en el aire, en la materialidad de nuestra percepción, en el percibir lo que otros no han percibido, en comunicar de manera especial y quizás única, nuestra pasión interior. A veces un relato, un pasado ya ido, un día vivido deviene en la hoguera de nuestra existencia, así como Kafka, quemar la esencia de nuestra escritura, para reinventarnos, rehacernos como un nuevo amanecer, que será siempre un nuevo comienzo, ¿para qué recordar el pasado, cuando es mejor vivir el presente? Concentrarnos en el ahora, que jamás se producirá nuevamente, ya que cada palabra, cada segundo es único y no podemos dejar que la vida se nos vaya en ello, sino en atrevernos a vivir, a proyectar nuestro espíritu en las cumbres de la filosofía de lo cotidiano, en el hálito de nuestro humus corpóreo, en la poesía musicalizada, en la luna llena de una noche estival en la ciudad que arde, en la noche del apocalipsis de los tiempos, en la marca y huella existencial de quién ha nacido para dejar paso a paso, el sello de su universo errante, peregrinamente existencial.

Pd: Dedicado a quién conocí hace unos días, el filósofo de la inquietud en movimiento jorge cocio (musica) (j_cocio).

José Patricio Chamorro. 15/1/2014.

El acto colaborativo. (14 enero 2014). Recuperado.


El acto de hacer una actividad en conjunto o individualmente, cuando nos proponemos hacer algo junto a otro, es poner nuestras energías en esa acción, aprender de lo que el otro nos puede enseñar, en un proceso no asimétrico, sino que simbiótico, pues aprendo de otro y el otro aprende de mí, en un aprender haciendo e interactuando, como un acto de canalización de ideas y acciones, de órdenes y funcionalidades, de los tecnicismos que se incorporan en la faena a realizar y cómo éstos se adquieren una vez realizada. El acto mismo es meta-actuación, pues ejecuto una acción que de manera escalonada, conlleva en sí una serie de acciones superpuestas que en su totalidad constituyen el macroacto de aquello que se ha hecho, es un focalizar psinérgico de acciones donde los sentidos se ponen en marcha, para equiparar nuestra concentración y entendimiento en el procedimiento a realizar, de aquello en lo que se centra cada accionar.

sábado, 13 de enero de 2018

El acto de recordar. (13 enero 2014). Recuperado.

Recordar al ser amado:


El acto de recordar a alguien que amamos, una visión, un objeto que simbolice el recuerdo, la estrechez de la relación, aun en la lejanía, en la distancia de los cuerpos, el contemplar una carta, una palabra, el objeto que nos regaló, nos transporta a ese preciso momento, a ese instante en que se unieron nuestros cuerpos, amar es el indisoluble conjunto de experiencias, de momentos que tenían que darse en ese preciso instante, en el reconocimiento mutuo, en conjunción de los sentidos, en la volatilidad del amor que está en el aire, en el deseo descarnado de la figura inasida, del compartir un espacio y tiempo único en nuestras vidas, en hacernos parte de una vida en volandas, con proyecciones y disrrupciones, con continuidades, momentos felices y rupturas del pesar nostálgico de un adiós estertóreo.

Recordar un sueño:

El acto de recordar un sueño, es un proceso mental, de devaneos por escudriñar los abismos de la memoria inconsciente, nuestro propio y particular mundo onírico, enfrentarnos a nuestros miedos y peores pesadillas, un suceso, una acción, un sentimiento, una persona retrotraída desde nuestro pasado al presente, la manifestación de la vergüenza, el temor al repudio, el hilo tenue entre la individualidad y el vivir en sociedad se diluye, se desterritorializa. Cada sueño es único e irrepetible, es una superposición de imágenes en un estado del soñante, en la unicidad del todo que es el sueño compacto, en la pluralidad, en la sencillez y complejidad, fotografías, presencias y ausencias, silencios, todo puede estar presente en un sueño. Han sido muchos los sueños que he tenido en estos 22 años, pero llevarlos al papel, transcribirlos no es nada simple, reunir la palabras, la precisión conceptual y objetual se rompe en nuestras encrucijadas verbales. La lucidez de un sueño puede ser tal que se pone equiparable a la realidad, ¿pero cuál es el límite entre realidad y ficción, entre sueño y vigilia? Es mejor volver a la experiencia vívica del ser un experimentador, a quién se le atribuyan las coordenadas oníricas de su biografía vital.

El acto de transformar. (13 enero 2014). Recuperado.


El acto de transformar los espacios, es dejar el pasado vivido atrás, la huella de los días de nuestra existencia, el calendario y sus hoja alicaídas, por un nuevo lugar en el cual habitar, donde se renuncia a lo vivido, para comenzar una nueva etapa, reinventarte, replantearte y empezar un nuevo proyecto, así como un año se ha ido, es el comienzo de otro ciclo y expectativas para compartir, para crear un camino, para abrir ventanas a un nuevo tiempo, a reiniciar los sueños, la singularidad y el temple de quién está dispuesto a poner la vida en el botón de marcha. Objetos que traen a la memoria un recuerdo lejano, guardados en cajoneras enterradas de memoria desbordante, me hacen pensar en el foco de nuestra percepción, ya que aquello en lo que focalizamos nuestros sentidos es lo que hacemos nuestro, con la palabra, con la visión, con el tacto, en fin con lo sensorio y extrasensorio, aquello que percibimos y que nos permite adquirir mayor fuerza. Si centramos nuestra atención en una persona, su vida ya no nos es desconocida, ni pasa desapercibida frente a nuestros ojos, su propia vida, traducida en su mirada es ya parte de la nuestra, en esos segundos que lo dicen todo, de sostenerse en la mirada del otro, en querer revivirse, recontemplarse, en la inmaterialidad de un sentimiento tangible, en el ser amado, con aquél que decidimos hacer de mi espacio, su espacio, una vida en común.

jueves, 11 de enero de 2018

El acto de retractarse. (12 enero 2014). Recuperado.


El acto de retractarse es motivarse por una idea y no llevarla a término, desear algo y no realizarlo, imperdirnos consciente o inconscientemente por aquello que no nos deja fluir, es un actuar mediado por nuestros pensamientos, por la incertidumbre de la duda, por nuestro próximo paso y por los que ya hemos dado. Es como cuando un escritor empieza a desarrollar una idea y no puede continuar por bloqueo mental o se detiene en la búsqueda de la palabra precica, cuando quizás aquella que andaba buscando era la que surgió espontáneamente.

Este acto también se traduce y reproduce en la vida cotidiana, en lo que comemos y degustamos, en la ropa con la cual nos vestimos, pues cuánto tiempo malgastamos y empleamos en probar uno y otro plato, una y otra prenda, para usar en determinada ocasión, en la recreación de los instantes, en que aquello sea perfecto, un día único, una experiencia sin igual. Llevo la cuenta de mi escritura, hace un día escribí las letras anteriores, motivadas por un sentimiento, como todo en nuestra realidad y entorno, las emociones se intensifican, las palabras cobran valor por sí mismas, en la estadía de nuestros cuerpos en una tierra sin despojos, así manifiesto mi ira interior por concebir mi propio proceso, mi propia sintomatología escrituraria, por profundizar en mis propios abismos y miedos, en el retractamiento de una palabra invocada, de un aliento sigiloso, de lo que conservo en mi más íntimo sentir, hoy me atrevo, hoy experimento y sigo adelante, no doy marcha atrás, sólo hacia adelante, no hay tiempo al que me deba ceñir, es una mera invención, mi vida es un flujo incesante y lo que hoy prometo, mañana no será diferente, será una profecía autocumplida, fluyo, porque así lo quiso mi destino y mi propia vida.

miércoles, 10 de enero de 2018

El poeta de lo etéreo y fulminante. julio 27, 2013 (Reediciòn)


En la inercia de mi consciencia, escribo

Yacen mis miembros en la penumbra de la oscuridad

Soportan el tiempo ido en la inconsciencia material

¿Qué se es cuando la vida se desvanece?

Ser humano es vivir la ingratitud del cuerpo

La respiración levítica de la frágil memoria

Las inconexas frases de una vida sin historia

¿Historia? Ésa que hacen los hombres y,

Si mi memoria no me falla, también las mujeres,

Los niños, las ancianas, las madres, las hijas.




La memoria fugitiva es la caleidoscopía de mis pensamientos

Como redes inmateriales entretejen mi historia

La del poeta de lo etéreo y lo fulminante

De los versos a pura sangre, en esperanza carcomidos

Enigmas  encriptados de misericordia, palabras

Inyectadas de sacrosantas intrigas moribundas

Esperan silenciosas las fatídicas horas de la muerte.


José Patricio Chamorro, 26 Julio 2013, Santiago de Chile, Poesía a la vena. (Extraído del manuscrito original de mi casa de Santiago).


Reediciòn: 10 enero 2018.


Literatura Hispanoamericana Contemporánea. (II Semestre 2013)

logoFACSO.jpgFacultad de Filosofía y Humanidades                 Profesor: Cristian Cisternas.
           Universidad de Chile                            Alumno: José Patricio Chamorro.
                Santiago 2013
                                               Asignatura: Literatura Hispanoamericana Contemporánea


 Literatura Hispanoamericana Contemporánea.


  1. Caracterice a Johnny Carter como personaje y como sujeto problemático de la contemporaneidad. Explique en qué consiste su búsqueda. Tenga presentes las ideas sobre el jazz en la bibliografía entregada.


En primera instancia al definir al personaje de Johnny Carter, cabe referir que su propia biografía, que será escrita en paralelo a su vida, hasta su muerte, como se comprueba hacia el final del relato por el narrador, llamado Bruno, quién fue su amigo y crítico de jazz y lo conoció en persona, quién nos relatará la vida de este jazzman. Por otra parte, aquellos rasgos que hacen de él un sujeto problemático de la contemporaneidad, entre otros, encontramos el “tiempo”, el cual para el protagonista del relato, está en íntima relación con la música, específicamente con el jazz: “La música me sacaba del tiempo, aunque no es más que una manera de decirlo. Si quieres saber lo que realmente siento, yo creo que la música me metía en el tiempo. Pero entonces hay que creer que este tiempo no tiene nada que ver con… bueno, con nosotros, por decirlo así”.[1] A su vez, el tiempo, constituirá para el protagonista, un motivo central en su búsqueda personal, que de uno u otro modo era su motivación de existir, un tiempo anterior, donde podemos apreciar el tópico literario del illo tempore, vale decir, el de que todo tiempo pasado fue mejor, que en el caso particular de Jhonny, implicaba una conexión consigo mismo, cuyas ideas bullían en sí y era capaz a través de su genialidad innata, de crear una composición musical. Esta problemática se manifestará en más de una ocasión, por ejemplo, cuando le señalan la fecha de su próximo ensayo y cuándo volvería a tocar, donde manifiesta explícitamente su descontento con el tiempo, que deja en claro que para él en ningún momento da lo mismo, más bien al contrario, la progresión temporal lo encasilla, que como se aprecia en el nombre del relato, “El perseguidor”, podríamos señalar que Jhonny Carter es precisamente, perseguido por el tiempo, por el paso y transcurrir de éste y que al no tener una noción exacta de él o en qué espacio/tiempo se sitúa, se mantendrá feliz, porque no podemos soslayar que el tiempo implicará una y otra vez el fin de la vida, el punto cúlmine de ésta, de la existencia misma, que termina con la muerte.

Como ha caracterizado Bruno a Johnny, éste tenía una particular forma de comprender el tiempo, pues así nos relata desde los tiempos en que lo conoció, en sus mejores años, donde andaba bien vestido, daba buenos conciertos, en contraste con el momento actual de decadencia que estaba viviendo, donde decía frases, tales como: “Esto lo estoy tocando mañana” o “Esto ya lo toqué mañana”, que si las analizamos temporalmente, habrá claramente una discordancia, pues alude que aquello que toca, vale decir, la pieza musical, se encuentra en una temporalidad presente, pero podríamos referir que el predicado que la acompaña, no está conjugado en el mismo tiempo, sino que más bien al contrario, a través del verbo “estar”, el predicado estará ya sea en futuro, “lo estoy tocando mañana”, donde podría deducirse que Jhonny está experimentando mentalmente y visualizándose tocando en un futuro próximo aquella pieza, pero espacial y temporalmente, sin embargo, se encuentra en el presente, pero su mente es la que lo traslada en el tiempo, que puede ser la característica principal de su don, aquello de dónde nace su genialidad. Por otro lado, en el segundo caso, la pieza musical que está tocando en el presente, también resulta complejizada temporalmente, pues señala “esto ya lo toqué mañana”, es decir, mentalmente la música que crea en estos momentos, en el acto de visualizarse que realiza el protagonista, ya la tocó en el futuro próximo. De esto se desprende entonces que su genio musical consiste en esa búsqueda mental de poder transportarse a través de la música en el tiempo, donde el tiempo y el espacio en tanto problemáticas, son tales en tanto lo encapsulan en un aquí y en un ahora, pues su mente, funciona libremente, sin aquellas aprensiones, he ahí su cuestionamiento continúo y preocupación en relación a estos temas.

            Lo anterior resulta aún más clarificador a través del siguiente ejemplo, que nos permite ahondar todavía más en este misterio irresoluto que es la concepción temporal para Johnny, donde la siguiente cita será central para descifrarla: “-Hoy no- ha dicho Johnny mirando el frasco de ron-. Mañana cuando tenga el saxo. De manera que no hay por qué hablar de eso ahora. Bruno, cada vez que me doy mejor cuenta de que el tiempo… Yo creo que la música ayuda siempre a comprender un poco este asunto. Bueno, no a comprender porque la verdad es que no comprendo nada. Lo único que hago es darme cuenta de que hay algo. Como esos sueños, no es cierto, en que empiezas a sospecharte en que todo se va a echar a perder, y tienes un poco de miedo por adelantado; pero al mismo tiempo no estás nada seguro, y a lo mejor todo se da vuelta como un panqueque y de repente estás acostado con una chica preciosa y todo es divinamente perfecto.”[2] En el párrafo que acabo de citar, se da cuenta de a qué se deben ese frecuente miedo de Johnny al tiempo, se trata más bien de un irrefrenable miedo al fracaso, de que aquello que está componiendo, en el momento en que lo lleve a cabo, ya sea no a manera de ensayo, sino que de modo más oficial, éste no resulte bien o, de modo opuesto, que resulte de maravilla. Es aquella incertidumbre lo que define al protagonista como sujeto problemático de la contemporaneidad.

            No obstante, Bruno, si bien apunta a la interpretación que he señalado en relación a las frases pronunciadas por Johnny, da a conocer su propia forma de entenderlo al respecto: “Esto lo, estoy tocando mañana” “se me llena de pronto de un sentido clarísimo, porque Johnny siempre está tocando mañana y el resto viene a la zaga, en este hoy que él salta sin esfuerzo con las primeras notas de su música.”[3]

Pese a ello, ni aun el mismo Johnny es capaz de describir a cabalidad la sensación que experimenta al tocar, pues lo que vivencia en relación al espacio y el tiempo, como describe, lo que según la psicología, que nos sirve para tipologizar este estado, lo que Johnny vive, es lo que se denomina “estado de flujo”, vale decir, un estado al cual el sujeto se somete, tras realizar una actividad de tal modo que su mente logra abstraerse del aquí y el ahora: “Te estaba diciendo que cuando empecé a tocar de chico, me di cuenta que el tiempo cambiaba. Esto se lo conté una vez a Jim y me dijo que todo el mundo se siente lo mismo, y que cuando uno se abstrae. Dijo así cuando uno se abstrae. Pero no, yo no me abstraigo cuando toco. Solamente que cambio de lugar. Es como en un ascensor, tú estás en el ascensor hablando con la gente, y no sientes nada raro, y entre tanto pasa el primer piso, el décimo, el veintiuno, y la ciudad se quedó ahí abajo, y tú estás terminando la frase que habías empezado al entrar, y entre las primeras palabras y las últimas hay cincuenta y dos pisos. Yo me di cuenta cuando empezaba a tocar que entraba en un ascensor, pero era un ascensor de tiempo, si te lo puedo decir así. […]”.[4]

Finalmente, es menester referir, tal como se apreciará en la subsiguiente cita, que la búsqueda de Johnny, va más allá del tiempo, sino que más bien involucra las ansias de libertad, como queda expuesto a través de la postrera interrogante: “¿Por qué sino Julio Cortázar ha elegido a un músico de jazz para hacer un relato donde se problematice el tiempo y la libertad, la creación o búsqueda de espacios de libertad?”.[5]

2. Caracterice al narrador de El perseguidor, especialmente en su relación con el protagonista y con su propio proyecto escritural.

“Soy un crítico de jazz lo bastante sensible como para comprender mis limitaciones, y me doy cuenta de que lo que estoy pensando está por debajo del plano donde el pobre Johnny trata de avanzar con sus frases truncadas, sus suspiros, sus súbitas rabias y sus llantos. A él le importa un bledo que yo lo crea genial, y nunca se ha envanecido de que su música esté mucho más allá de la que tocan sus compañeros. Pienso melancólicamente que él está al principio de su saxo, mientras yo vivo obligado a conformarme con el final. Él es la boca y yo la oreja, por no decir que él es la boca y yo… Todo crítico, ay, es el triste final de algo que empezó, como sabor, como delicia de morder y mascar. Y la boca se mueve otra vez, golosamente la gran lengua de Johnny recoge un chorrito de saliva de los labios. Las manos hacen un dibujo en el aire.”






[1] “El Perseguidor”, Cortázar Julio. Pp. 5.
[2] Ibídem. Pp. 4.
[3] Ibídem. Pp. 5.
[4] Ibídem. Pp. 6.
[5] La máquina musical en “El Perseguidor” de Julio Cortázar. Andrés González Riquelme, Universidad de Concepción.

La presencia de las Vanguardias en la poética Lorquiana. (Universidad de Chile, II semestre 2013)

Descripción: logoFACSO.jpgFacultad de Filosofía y Humanidades           Prof. Dr. Andrés Morales Milohnić

PROFESOR AYUDANTE:                         Mag. Patricio Henríquez Lorca
Universidad de Chile
Departamento de Literatura Española               Alumno: José Patricio Chamorro.
Santiago 2013


La presencia de las Vanguardias en la poética Lorquiana.

Asignatura: Seminario Literatura de La poesía de Federico García Lorca


Dedicado a mi Estadía en Santiago por cuarto año consecutivo, a mi familia y con quiénes he tenido la dicha de cruzarme en su camino.
            Descripción: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/fotos/garcia_lorca_1.jpg         Federico García Lorca a los 18 años


Introducción

Hablar de Lorca, sin filiar su escritura al contexto de su época, a la vorágine social, cultural y política de su tiempo y cómo éstas se manifestaron y expresaron a través del arte de vanguardia, es desconocer los influjos que éstas tuvieron en su propia escritura, cómo adoptó sus técnicas y cómo se relacionó con sus máximos exponentes y cómo su poesía tuvo un antes y un después, además de qué aspecto escogió y rescató de cada una de ellas, para constituir una que fuese única. “La gran mayoría de los estudios en torno al libro Poeta en Nueva York (1940) de Federico García Lorca abundan en la idea que este es un texto influenciado, fundamentalmente, por la vanguardia surrealista. Olvidan que este poemario ha de considerarse como un verdadero "crisol" de la avant garde donde confluyen una buena parte de los movimientos vanguardistas de la época. Filiar este libro como un sucedáneo surrealista es sólo es limitar el extraordinario esfuerzo ( y la emoción extraordinaria) que García Lorca imprimió en sus páginas.”[1] Es precisamente, escudriñar en aquel crisol, la idea de escritura de este ensayo, desentrañar en qué medida y a qué nivel o capa textual van apareciendo, imágenes, juegos retóricos, literarios y lingüísticos, que nos permitan captar la esencia de las vanguardias en la poesía lorquiana.


Corpus y desarrollo de la investigación.

Poemas de la soledad
en University Columbia.


Vuelta de paseo

“Asesinado por el cielo,
entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!.”[2]

Análisis del poema: En el poema anterior, se aprecia todo lo contrario a lo que se podría pensar de la naturaleza, ésta ya no es vida, armonía, quietud y esperanza, más, al contrario, el cielo recibe la personificación de ser un asesino, una especie de Dios cruel capaz de acabar con la vida del hablante lírico. Los animales, también reciben esta trágica muerte, pues tienen la cabeza rota y el agua, elemento vital, se encuentra putrefacta, es un agua harapienta, un agua, al fin y al cabo, de desecho. El cansancio también es personificado, es sordomudo, al igual que la naturaleza, se nos presenta como materia imperfecta, es esta imperfección el eje e hilo conductor que dirige este poema, para finalizar con la mariposa, símbolo de la libertad, de la creatividad, de la poesía y por qué no decirlo, del poeta/escritor,que no es nada más que otro ser vivo que ha muerto en medio de este mundo hostil, así en la muerte de la mariposa, se personifica la agonía estertórea del propio poeta.


“Debajo de las multiplicaciones 
hay una gota de sangre de pato. 
Debajo de las divisiones 
hay una gota de sangre de marinero. 
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna; 
un río que viene cantando 
por los dormitorios de los arrabales, 
y es plata, cemento o brisa 
en el alba mentida de New York. 
Existen las montañas, lo sé. 
Y los anteojos para la sabiduría, 
lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo. 
He venido para ver la turbia sangre, 
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas 
y el espíritu a la lengua de la cobra. 
Todos los días se matan en New York 
cuatro millones de patos, 
cinco millones de cerdos, 
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes, 
un millón de vacas, 
un millón de corderos 
y dos millones de gallos 
que dejan los cielos hechos añicos. 
Más vale sollozar afilando la navaja 
o asesinar a los perros en las alucinantes cacerías 
que resistir en la madrugada 
los interminables trenes de leche, 
los interminables trenes de sangre, 
y los trenes de rosas maniatadas 
por los comerciantes de perfumes. 
Los patos y las palomas 
y los cerdos y los corderos 
ponen sus gotas de sangre 
debajo de las multiplicaciones; 
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas 
llenan de dolor el valle 
donde el Hudson se emborracha con aceite. 
Yo denuncio a toda la gente 
que ignora la otra mitad, 
la mitad irredimible 
que levanta sus montes de cemento 
donde laten los corazones 
de los animalitos que se olvidan 
y donde caeremos todos 
en la última fiesta de los taladros. 
Os escupo en la cara. 
La otra mitad me escucha 
devorando, cantando, volando en su pureza 
como los niños en las porterías 
que llevan frágiles palitos 
a los huecos donde se oxidan 
las antenas de los insectos. 
No es el infierno, es la calle. 
No es la muerte, es la tienda de frutas. 
Hay un mundo de ríos quebrados y distancias inasibles 
en la patita de ese gato quebrada por el automóvil, 
y yo oigo el canto de la lombriz 
en el corazón de muchas niñas. 
óxido, fermento, tierra estremecida. 
Tierra tú mismo que nadas por los números de la oficina. 
¿Qué voy a hacer, ordenar los paisajes? 
¿Ordenar los amores que luego son fotografías, 
que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre? 
No, no; yo denuncio, 
yo denuncio la conjura 
de estas desiertas oficinas 
que no radian las agonías, 
que borran los programas de la selva, 
y me ofrezco a ser comido por las vacas estrujadas 
cuando sus gritos llenan el valle 
donde el Hudson se emborracha con aceite.”[3]


Lee todo en: 
New York - Poemas de Federico García Lorca http://www.poemas-del-alma.com/new-york.htm#ixzz2nsr8RC8U

Análisis del poema: En el extenso poema anterior, el tema central y no cabe duda de ello, es la muerte de los animales, la masacre de éstos, en una metrópolis que los hace agonizar. La relación entre las sumatorias aritméticas y la muerte de los animales es clarificadora. Por otro lado, Lorca, nos habla sobre su vivencia en New York, pues la naturaleza es la contrapartida a esta metrópolis, él no ve el cielo, sino que cemento, la ausencia de las montoñas y las añora, pues conoce su existencia. Nuevamente la cantidad, las sumatorias, entran en juego, un juego numérico de vida y muerte, son cantidades exorbitantes, que dan cuenta a su vez del consumo, de la sobrepoblación, que al ser tan populosa, la cantidad de la matanza es exabrupta. Pero Federico les habla a la otra mitad, a aquellos que conocen la libertad y pureza de la vida, quiénes respetan a la naturaleza, que les da la vida. La misma calle, es asociada metafóricamente al infierno, imagen que da cuenta del sentir del hablante de su estadía en aquella ciudad, es muerte, es la muerte provocada por los avances, por los automóviles.



Federico García Lorca  (1898-1936)

“La Aurora

La Aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

The Dawn

The New York dawn has
four columns of mud
and a hurricane of black doves
that paddle in putrescent waters.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
The New York dawn grieves
along the immense stairways,
seeking amidst the groins
spikenards of fine-drawn anguish.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
The dawn comes and no one receives it in his mouth,
for there no morn or hope is possible.
Occasionally, coins in furious swarms
perforate and devour abandoned children.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
The first to come out understand in their bones
that there will be no paradise nor amours stripped of leaves:
they know they are going to the mud of figures and laws,
to artless games, to fruitless sweat.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

The light is buried under chains and noises
in impudent challenge of rootless science.
Throught the suburbs sleepless people stagger,
as though just delivered from a shipwreck of blood.

(from Poeta en Nueva York)
[translated by Stephen Spender and JL Gili]”[4]


Análisis del poema: La aurora, que tiende a ser la claridad del alba y el comienzo de un nuevo día, comienza la jornada con dejes de desesperanza, pues se la presenta asociada al color negro, símbolo de la muerte, del fin, del ocaso de la vida, que asociada nuevamente a la pudredumbre del agua, es aquello que yace en la finitud, en la descomposición. Es un paraíso perdido, quizás más cercano a un infierno como se apreciaba en los poemas anteriores, el ruido y las cadenas sepultan la luz, es decir, le ponen fin a la libertad del alba, que ilumina al poeta.


Contextualización histórica y biografía del autor.

“El riquísimo universo del poemario escrito durante la estancia en Nueva York de García Lorca, Poeta en Nueva York (publicado póstumamente casi simultáneamente en México y Nueva York en 1940) es un ejemplo de la rica integración que un poeta hace de todos los medios, experiencias, sueños, fantasías, escuelas, estilos y lecturas. Demarcarlo, insisto, bajo uno o dos influjos es no reconocer su ancho y alto vuelo que supera, con creces, cualquier lectura que reduzca su inmensidad a algunos nombres esenciales para entender su arquitectura.”[5]

“se comprobará que Lorca utiliza algunas imágenes que pueden filiarse como surrealistas, reactualiza formas tradicionales (el romance, el soneto, las casidas y gacelas, etc.) o voces clásicas de la poesía española (Góngora, Lope, etc.) y dota a sus poemas de un contexto extraliterario tan importante que, a veces, es necesario conocerlo acabadamente para conseguir una imagen completa de la obra que se lee. El flamenco, la música clásica y popular, las nanas o canciones infantiles, el cine mudo, la pintura y el teatro de la época, la historia de España, las hagiografías de los santos populares en Andalucía, etc. son elementos que no deben considerarse como "secundarios" sino, fundamentales a la hora de revisar la "anatomía" -si cabe el término- de su obra poética.”[6]

            Sin duda alguna, la presencia de las vanguardias que más sobresalen son el surrealismo, expresionismo, cubismo literario y creacionismo, los que considerando y analizando marcas textuales y citas o pasajes presente en los textos de Federico, podrán ser descritos.                 
            “Los habitantes de Metrópolis -y de Nueva York- son multitudes que se desplazan como verdaderos zombies hacia o desde el trabajo a través de ascensores gigantes, autopistas interminables, escaleras sin fin y audaces rascacielos. La naturaleza es asesinada, expoliada y exhibida casi como una pieza de museo. La tradicional oposición entre naturaleza y civilización expuesta por Menarini y Del Río (9) adquiere tanto en Lorca como en Lang un sesgo apocalíptico que evoca la destrucción en pos del progreso de los sueños armónicos de un futuro promisorio.”[7]
“Relacionado con el punto anterior esta el tema de la robotización y de la suplantación del hombre por la máquina. En la cinta de Fritz Lang, María (que representa el amor, la justicia y la historia profética de la Torre de Babel como ejemplo destructor de la ambición humana) es reemplazada por una mujer robot que es realizada a su imagen y semejanza por Rotwang, el inventor. En este punto el director alemán nos plantea los peligros de la tecnología como una posibilidad de desplazar al ser humano por la máquina. Lorca no va tan lejos, pero si es notable su idea permanente del espejismo, de la falsedad, de la apariencia como un riesgo al que conduce la desenfrenada confianza en el progreso y en la automatización de la existencia. Si bien el poeta granadino no nos habla directamente de robots si plantea a los habitantes de la ciudad como verdaderos golems que, como se ha dicho, transitan por las calles en una interminable procesión de multitudes.”[8]

            [9]“Fuente Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.
Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.

A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.”


n  3.Marco teórico y metodología.

La metodología que emplearé para la investigación, será del tipo analítico-descriptiva, pues se tomarán fragmentos de poemas de la obra poética lorquiana Poeta en Nueva York, los cuales verso a verso se irán desgajando, dando cuenta de las temáticas y tópicos de este poemario, los que ya se dejan entrever, entre ellos, encontramos la sustitución del hombre por la máquina, agonía humana, la muerte de la naturaleza y la desconfianza en el progreso, devenida ya, por ejemplo,  desde el Futurismo de un Marinetti.



Conclusiones.
Mis conclusiones finales, las comenzaré aludiendo a una cita, que me parece imprescindible para darle materialidad al sentir de Lorca al momento de creación de esta magna obra que nos convoca, pues al igual como aquella metrópolis y cómo afectó su ánimo, la poética lorquiana, se erige como un parapeto ante aquellos millares de masacrados por una urbe que se planta por sobre lo belleza natural y prístina, que en definitiva, es símbolo del origen mismo de la humanidad: “Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca.”[10] Lorca siempre tuvo una impronta personal, pero recogiendo de las influencias literarias del momento, aquello que le diera vida a su propia obra, escogiendo y diseccionando el material onírico, imágenes impactantes, que nos quedan grabadas en la retina tras leerlas y visualizarlas, lo que nos da los indicios de su maestría como poeta y cómo es capaz de imprimir en el lector, la fuerza y vitalidad de una poesía palpitante, no carente de sensibilidad en un mundo donde la fragilidad de un alma sensible es consumida por la robotización y maquinización.



[1] Metrópolis de Fritz Lang y Poeta en Nueva York de Federico García Lorca Andrés Morales Universidad de Chile.

[2] Poemas de la soledad en University Columbia.
[5]Ídem.
[6] Ídem.
[7] Ídem.
[8] Ídem. Pp. 8.
[10] Ídem.

Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...