Aún recuerdo el dia que llegó a casa, allá por el año 2010, meses después del terremoto que asotó Chile. Animoso con sus primeros años a cuestas, Jack, tenía un porte de raza singular, cuyo pelaje negro azabache lo confundían con la noche. Nos habiamos mudado recientemente a la nueva casa de Chillán y, sin duda alguna, dado que el terreno era más extenso y puesto que al otro lado del muro solo habían un potrero y humedales, fue que consideramos que sería de gran ayuda contar con un perro para resguardar la casa. Así fue que Jack, de la noche a la mañana se convirtió en un integrante más de nuestro hogar. Con el tiempo y el pasar de los años, otras mascotas se sumaron a nuestro quehacer diario, gatos y perros, mientras Jack iba acumulando años. Sin embargo, nadie se imaginó que 8 años después y con el equivalente a unos 70 años humanos, Jack abandonaría este mundo. La última semana, previa a su defunción, ya no comía o si lo hacía era escasamente. Escuchaba poco y s
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.