viernes, 30 de marzo de 2018

Desértica poesía: Polvo de estrellas.

Desértica poesía: Polvo de estrellas.

Se lloran nostalgias del ayer; triste está el norte

Deseos son añoranzas por verte una vez más,

Son sus tierras azuladas la negrura de la mar.


Cálidas son sus huellas en las limpidas pisadas al pasar

En sigilo se duermen,  aguardan el calor estival

Anuncian rumbos nuevos, clamor es su grito,

Sus fauces se abren haciendo estelas al camino.


Entre valles y cordilleras al caminante conducen

Seducir es su arte, sinuoso bajo anochecidas estrellas

Somos matices, polvo infinito de montículos en su espacio sideral.

José Patricio Chamorro Jara.
Bahía inglesa,  región de Atacama.

30 marzo 2018.

martes, 27 de marzo de 2018

Amor del día a día. -Versos de media noche -. (Recuperado del 28 marzo 2016).

Amor del día a día. -Versos de medianoche.-

Nuestro amor es tan cotidiano como las palabras que salen de tus labios

Silencios impronunciables de letanías pasajeras que es música para mis oídos

Tu verbo es carne hecha vida en el andar

Calles se sobrecogen a tu presencia, aguardando tu estampa.


En la soledad de los días, me pierdo como poema de medianoche

Cautivo amor  en tu mirada prófuga sobre mis ojos

En el deseo que late de tu pecho a ritmo cardiaco en nuestra compañía

Bajo el fragor de los cuerpos en el desfallecer amatorio que nos deja sin aliento.


Erotismo de sensaciones perdidas en los momentos vividos

En la tranquilidad de tus manos sobre las mías en el contacto profundo

En las vértebras fibrosas de una humanidad en llamas

En lo que dijimos y en esos vocablos aún no inventados a la espera de ser creados

Tu cuerpo se hace dia en nocturnos tiempos,

Volver al origen,  despertar en tu regazo. 

domingo, 25 de marzo de 2018

Cantos al porvenir.


Cuando las cadenas aprisionen tu cordura, haz de tu vida imaginación

Si el silencio aguarda tu espera, sonríe y ve tras él

En el amor encontrarás refugio, fiel reflejo de la vida en sus misterios

Sábete hacedor de verdades y degusta pensamientos como geranios en flor

Si el mañana anuncia porvenires inquietos, apacigua tu temple

Mirar alrededor siempre será una nuevo renacer a tus circunstancias,  ¡vive!

Si el tiempo apremia y las horas pasan, recoge sus remansos y crea un manojo de sueños

No estés triste si abandonas tierras lejanas, pues en cada lugar un sitio espera

Abre tus ojos al hechizo de otros vientos, exclama al cielo una exhalación

Nadie nace cantando, pero en sus frutos hallarás pasión

No temas, ¡equivocate! Intenta cuantas veces quieras, es solo una la vida

No dejes oportunidades morir sin intentarlo de nuevo.

José Patricio Chamorro Jara.
Copiapó, región de Atacama.
25 marzo 2018.

sábado, 24 de marzo de 2018

Memorias de un nacimiento.

Memorias de un nacimiento.

¿Florecer no es acaso el estado más deseado de una rosa?

Sus pétalos tenues,  caen saludando al viento que proclamó su voz primera

Vigias cautelan los recuerdos del eco efímero de un pensamiento

Te señala, te induce a tomar el toro por las astas y callar

Silenciar el non grato nacimiento de una flor.

No hubo cordilleras, ni desiertos,  ni mares a su venida

Solo un hilo de plata atravesó su corazón precoz en llantos

¿Cuán pesado es el mundo para una rosa que nace?

Imaginar un ápice de su dolor nos ciega a creer en el destino

Fulminante agonía es el misterio de un capullo que verá la luz primigenia

Como relámpago de vida en el sideral espacio se hundió la mano divina

Se ocultaron los astros y se postrernaron en su presencis

Cabizbajos los reyes, humillados a sus pies suplicaron

Disculpas no bastaron. En el imperfecto segundo de su venida,  vió la luz

La rosa de los siete colores fue la última esperanza de la tierra

Una estrella fugaz deslumbró el firmamento

Nacía una última oportunidad para la humanidad.

José Patricio Chamorro Jara.
Copiapó, 24 marzo 2018.

Oasis de piel florida.


Se abre ante los ojos el más allá como puerta al paraíso

En sus confines extendida la madre natura observa con detención

Señala sus tierras con el misticismo de otros pueblos lejanos y sombríos

Despierta el amanecer a un beso al porvenir,  se hace consigo la primavera

La luna en su noctámbulo pecho, láctea su cabellera,  enciende un lucero

Al farol alumbrado de amores en el desierto,  serena su temple y ama

Florida piel es un oasis para los peregrinos perdidos en caravana

Busca y encontrarás las mil y una delicias de su estampa virginal.


Duerme bajo su regazo,  apacible de amores

Posa tus labios en el silencio y haz de tu promesa un mensaje de amor

Funde tu cuerpo a sus raíces,  siembra versos como lluvia en intermitencia

En marzo deja volar tus alas de sur a norte como rocío del alba

En abril,  frágil llovizna será tu sonrisa primigenia

En una fragancia de mayo contemplarán tus ojos un recóndito matiz

Beberás el aroma de las rosas carmesíes y en amaranto se hundirá tu deseo de partir.

José Patricio Chamorro Jara.
Copiapó, región de Atacama. 24 marzo 2018.

viernes, 23 de marzo de 2018

Sobre la naturaleza de los sueños. (Recuperado de 24 marzo 2014).

La naturaleza de los sueños y de la consciencia siempre me ha parecido un mundo extraño, a veces de difícil acceso, más aún cuando nuestra mente permanece tan activa y lúcida, que pareciera que cuando nos sumergimos en este estado, viviéramos todo como una realidad paralela, alterna, donde nos comportaríamos como quisíeramos comportarnos, a veces con incongruencias con nuestra realidad de vigilia, a veces con total libertad e iguadad, que un estado u otro, en el mundo onírico y en la realidad, nos comportamos de la misma manera, pues la esencia del sujeto vivenciante es la misma, sus expectativas, frustraciones, deseos más profundos, significaciones simbólicas, anhelos, todo se superpone en la mente del individuo, llevándola a diversos planos conscientes e inconscientes.

Pero qué es lo que recordamos de un sueño, por qué se nos olvidan las partes fundamentales de éste, tan sólo a los segundos de despertarnos y, en cambio, hay otros que permanecen en nuestra memoria, incluso al pasar décadas o años, cómo estimular el recuerdo de éstos, cuando estar dentro de ellos es un estado tan apacible, donde se cumple todo lo que deseas para tu vida o a veces se manifiesta un claro descontento, lléndose, literalmente a pique y al abismo aquello que querías para tu vida rea; pongo por caso mi último sueño, en el cual en momentos aparecía mi familia, donde la relación con mis padres era fructífera y agradable, lo que no dicta de la realidad, pero que el sueño de la casa propia, si bien se cumplía, en un momento se deshacía abruptamente, en otros momentos, me encontraba en una iglesia con personajes de de la televisión o con maestros de la vida, con quiénes interactuaba como lo haría normalmente, era una proeza extraña de explicar, me tomaba fotografías con ellos e incluso se manifestaba el temor a ser coartado y silenciado, no tener opinión o que se denigrara mi capacidad intelectual, cosas que en el cotidiano vivir me afectarían sobremanera, al fin de cuentas creo que a través de los sueños nos conocemos un poco más, pero será un misterio que jamás terminaremos de resolver. Incluso ala consiencia d estar en un aquí  en un ahora es extraña,pues nuestro ser a vees desea tar en otro lado, en otras circunstancias o recuperar el pasado, no obstante, lo único que poseemos es nuestro presente, que se delinea en un futuro de posibilidades.

A las memorias de un solitario escritor tardes de marzo, Santiago 24/3/2014

jueves, 22 de marzo de 2018

A las memorias de un solitario escritor. (Recuperado de: Tardes del 22 y 22 marzo 2014).

En el mundo cada vez que lo recorremos y salimos a su encuentro, nos vemos enfrascados en un tiempo y espacio determinados. Son precisamente estos últimos los que en el último tiempo me han llamado la atención, pues éstos los podemos personificar, ponerles nuestra esencia, armarlos y desarmarlos a nuestro antojo. En fin, habida cuenta de habitarlos. 

Los lugares cobran sentido para nosotros en la medida que le brindamos coherencia, los hacemos habitable con nuestros gustos y preferencias, a algunos los preferimos cerca del mar, la naturaleza, donde ingrese el aire límpido y fresco, aromáticos, alejados del ruido, coloridos, pintorescos, arquitectónicos, arabescos, chilenos, antojadizos o remotos, los hay para todos los gustos, otros los prefieren cercanos a la tierra, en las alturas, desérticos e incluso compartidos. Espacios los hay para las preferencias más variadas e inverosímiles, donde hagamos nuestras vidas, donde fluyamos con el flujo del tiempo, donde solemos poner calendarios, relojes que marquen nuestra estancia en él. No obstante, al ser el tiempo, relativo, no es más que una convención para guiarnos, además solemos agregarles valores sentimentales a los espacios, pues en ellos generamos recuerdos, desde el primer día que estamos en ellos, donde tenemos tristezas, alegrías, encuentros y desencuentros, pues en los espacios suceden cosas, nos encontramos con otros y con nosotros mismos, a veces los atiborramos de libros, para quiénes ésta es nuestra pasión, en otras circunstancias de arte y escritura, de cuadros de otros períodos y épocas. Los hay también consumistas, como los centros comerciales, los hay recreativos, como los parques y plazas; siempre habrá para regodearse, ya que el fin último es ser felices en ellos. También generamos en ellos el principio de pertenencia, ya que al dejar parte de nosotros en ellos, una esencia, parte de nuestra vida y consciencia queda plasmada y ello se nota en la átmosfera que generan las personas, sus energías, entusismo, respiración y fragancias. Todo lo anterior se puede percibir en el espacio habitado por alguien, inclusive cuando ya no está en la existencia terrena. 

Aquellos que poseen un don extrasensorial captan mejor todo aquello, cuánta energía pueden captar de tan sólo una persona, su aura y claro está, es el sello distintito de quién habitó aquella habitación, casa o terreno. Aunque abandonemos este mundo terrenal, siempre dejaremos una huella tras nosotros, lo que somos, lo que fuimos, la energía vital es nuestro poder más oculto y misterioso, que da cuenta de todo lo que somos capaces de hacer en esta vida, en nuestro tránsito del habitar.

Los espacios se pueden transformar, a diario los llenamos o vaciamos de objetos, según nuestro apego y pensamiento materialista, en una sociedad donde el acumular bienes materiales, se sobrepone por sobre los bienes espirituales, creemos que entreás cosas tenemos, poseemos, mejor status social y aceptación tendremos por los otros, pero cuán errados estamos si es que no logramos lo más importante y fundamental en la vida: la felicidad.

Las más de las veces y así lo he confirmado en diversas interacciones sociales, a través de los pequeños detalles, tales como contemplar un atardecer o una sonrisa, podemos alcanzar algo más profundo e inefable que otros no logran ni por asomo percibir. 

A las memorias de un solitario escritor tardes de marzo, Habitar los espacios, Santiago 21-22/3/2014

El sueño del aluvión o el día en que la tierra despertó.


El sueño del aluvión o el día en que la tierra despertó.

Aquella noche un fuerte movimiento sísmico y un viento inusual,  de varios cientos de kilómetros por hora, desencadenaba un aluvión. La tierra empezaba a desprenderse de los cerros y montes y rápidamente se aproximaba a la ciudad, dejando gran parte de ésta bajo tierra,  salvándose solo aquellos que se dirigieron a la parte más alta de los cerros. 

Desde mi ventana se veía cómo la tierra arrasaba con todo a su paso, trayendo consigo casas,  escombros,  incluso a las personas que bajo su vientre quedaron atrapadas. Nunca nadie vio un aluvión semejante. Los escasos sobrevivientes recordariamos ese día aciago como "El día que la tierra despertó".  Sin embargo, siempre supe que la madre natura solo buscaba restablecer el equilibrio,  aquél que la humanidad le usurpó. 

Desde ese día comencé a creer en los sueños premonitorios y cada vez que veía a mis congéneres hacer daño a nuestra madre tierra,  aquel sueño se me venía a la mente. A veces deseaba que hubiese sido verdad.

Copiapó, 22 marzo 2018
José Patricio Chamorro.

martes, 20 de marzo de 2018

Mariposas en libertad.

Mariposas en libertad.

Caen hojas como olvido en la memoria del otoño

En incertidumbres amarillas descansa la parda libertad

Una danza de colores primos revolotean por los aires

Al viento acarician sus alas; mariposas peregrinas buscan anidar

Anochecen sus ojos en el ocaso de un puñado de magnolias y pensamientos

Indómitas naufragan en el jardin de una flor de nácar

Sus márgenes y contornos son reflejo de la sumisa felicidad.

En el polvo de los instantes resequedad es belleza universal

Al marchito tiempo,  un grito inmemorial la muerte enarbola

Delineados infinitos recrean un nuevo dia bajo el calor de una mariposa en libertad.

José Patricio Chamorro Jara.
Copiapó, 20 marzo 2018.

lunes, 19 de marzo de 2018

A las memorias de un solitario escritor. (Recuperado del 18-19 marzo 2014).

Cada vez soy un mayor convencido de que la sociedad en la que vivimos, alienante, enajenante, acelerada, performativa, transformadora y retentiva es un acopio  de psinergias que no permiten el desarrollo íntegro del ser humano. Pues lo anterior para mí es un modo de operar, es entender el fundamento social y el origen, causa y efecto de aquel funcionar, ya que como cualquier ciudadano promedio al hacer uso del transporte colectivo te das cuenta que las malas practicas están a la orden del día, se lucha competitivamente día a día contrareloj por obtener un puesto, ubicación espacial y que finalmente entre los millones de personas que viven en nuestro país, “ser alguien”, lo que conlleva claro está a la ideología del cartón, de luchar por un título personal que dé cuenta de tus capacidades y logros en la vida, pero que al fin de cuentas no es más que la muestra consciente o no, de cómo se constituye el eslabón social, que para obtener trabajo, al menos de prestigio, se vuelve estrictamente necesario, casi de igual modo para que puedas detentar tus ideas personales.

Cuántos hay que son silenciados por el sistema, orpimidos que luchan por subsistir a diario, día tras día veo aquellos rostros, donde se denota el estilo de vida que han tenido que llevar y, si hay algo que me parece interesante, es ante todo las miles de historias que se pueden apercibir en la locomoción colectiva, donde transitan los más variados y variopintos tipos de personas, de toda índole, cada uno con su biografía personal y de por qué está ahí en aquel momento. Es así que uno pierde la cuenta de las personas con quiénes se cruza en la vida, por los tan variados lugares y las mil y una vueltas que da ésta, de los cientos de momentos vividos y recorridos junto a otros o en soledad, por ello lo ideal es vivir el presente, la conversación del momento, escuchar atentamente al otro, que por los azares y avatares de la vida, en aquel momento está sentado a tu lado, quién sabe las historias que se pueden germinar, al fin de cuentas lo que más sobresale en nuestra sociedad es la soledad, el abandono y el prejuicio, donde el malestar y el inconformismo es pan de cada día, donde suele faltar el pan, en esa lucha incesante por recorrer cientos de horas para llegar a tu destino, tu hogar o trabajo, pese a que soy fiel creyente que el destino se lo hace uno, claro está, las más de las veces, no todos pueden decir lo mismo.

Hoy me quedé contemplando  como lo hago a menudo la inmensidad de Santiago, sus amontañados edificios que bordean de norte a sur, este a oeste la ciudad en la nocturnidad poética que se cierne bajo mis ojos y me preguntaba, cuánto me queda por vivir, hacer, esuchar y compartir, sólo la vida lo dirá, lo que sí, estoy dispuesto a escuchar y ceder mi tiempo a otros, ya que aquello engrandece la vida humana.

A las memorias de un solitario escritor tardes de marzo, Santiago 18-19/3/2014

domingo, 18 de marzo de 2018

Tiempos del porvenir.

Tiempos del porvenir.

Polvo del pasado se avecina a la memoria

Al encuentro las ánimas emergen del purgatorio

Sonidos a lo lejos anuncian prósperos tiempos al canto de las aves

Sus ferrocarriles y locomotoras añejadas en memorias de otros siglos me saludan

Sus silencios en dunas vaticinan presagios sonámbulos

Insomnes deambulan en calles desiertas al calor del atardecer

Anidan el recuerdo sus marrones colores al ocaso del día

Ilusiones son como espejismos del sur y otros olvidos

Imagen se hace eco de senderos y huellas en el reencanto de los sueños

Se perfilan míticas sombras en un cuadro de paisajes.

José Patricio Chamorro.
Copiapó, 18 marzo 2018.

sábado, 17 de marzo de 2018

A las memorias de un solitario escritor (16-18 marzo 2014)., recuperado.


El destino puede ser nuestro próximo paso a dar, habida cuenta de que podemos darlo en falso, no obstante, la vida es para cometer errores y aciertos, así que siempre es preferible dar un paso al frente y no al costado, con la frente en alto, creando y forjando nuestro camino, el que sin duda alguna determinará nuestro destino.

Claro está que éste se hace a diario, en nuestra próxima decisión, en lo que decidimos hacer a cada momento, pero lo que no necesariamente debe ser único y repetitivo, pues cada amanecer es un día nuevo para hacer alguna actividad que nos hayamos propuesto o quizás a veces improvisar de lleno, desde salir con algún conocido de la vida, conocer a otras personas, ojear un buen libro, escuchar música o simplemente ser feliz haciendo lo que nos apasiona, conociendo y reconociénodonos en los lugares y paisajes, en las personas que ahora están en nuestra vida y las que nos han acompañado en estos intrincados senderos, con vueltas y volteretas a raudales y quién sabe, tal vez nos encontremos con nosotros mismos, con quiénes fuimos ayer y con quién seremos mañana, dándole un apoyo, por último un aliento de vitalidad y ánimo para que continúe su tarea, a veces impuesta o autoimpuesta de lo que es aprender a vivir una existencia. 

Este atardecer lo contemplo desde mi ventana, de un cuarto piso de apartamento. Es una vista privilegiada con aire fresco, silencio y árboles por doquier que inspiran a cualquiera que lo desee; hay que estar agradecido de la vida en todo momento, por lo que nos toca vivir y ver, por ello aprovecho al máximo a quiénes comparten conmigo parte de su visión de mundo de su ser y por qué no, ser junto a otro, simplemente compartiendo ese hálito vital de hacer algo y seguir viviendo, no detenerse, estar en el flujo de la vida, con nuestra energia física y mental y canalizar las experiencias del día a día, pues no nos queda más que seguir viviendo y ser conscientes en cada latido de que vivimos por un motivo y que aunque atravesemos absortos una calle en nuestros pensamientos, nada nos debe impedir cumplir nuestro cometido, gota a gota, sudor tras sudor, con la energía que fluye por nuestras venas, pues es lo que nos caracteriza, nuestro sello intrínseco, lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos.

 A veces la perspectiva de la vida es como mirar desde el marco de una ventana, sólo vemos y percibimos lo que queremos ver, lo ideal y placentero ante nuestros ojos, pero somos más que eso y la suma de nuestra vida es la sumatoria de experincias vividas, contempladas y compartidas, a veces tan sólo basta escuchar, sentir, pero no dormirmos en los laureles, irradiar con el sol que nos ilumina en ese despertar, esta noche me acompañan tazas de café y mis pensamientos a la deriva, medito sobre ciencia ficción y lo vividos en estos últimos días, sé que el último pensamiento del día debe ser positivo, para así iniciar en una marcha rauda al siguiente, con los objetivos claros y que al llegar la noche, nuestras energías declinan, pero depende de nosotros y de nadie más haberla canalizado sin dispersarla y aprovecharla para crear magnetismo y fuente de libertad, sabiduría y vida. Quizás soy feliz, ésa es la meta cúlimne del ser humano, tengo todo lo que necesito a mi lado, mis cinco sentidos intactos, mis libros, unas lumbreas, alimentos y compañía, no me resta más que ser feliz, aunque la soledad siempre es una manera tentativa de ver la vida.

A las memorias de un solitario escritor tardes de marzo, Santiago 16-18/3/2014

Desértico adiós de lluvia. (Segunda versión).


Despedir al verano, lagrimar el otoño en los vientos del sur

En libertad al vuelo crear realidades como un pensamiento

Lluvia inminente en sopores cae en la fragilidad de la noche

Desplegar las alas en silencio sin mirar atrás

En la belleza de un instante claman rumbos nuevos.


El día acaricia la madrugada como el sol  a la escarcha del amanecer

En Desérticos valles ancestrales perderse en una silueta

En los confines de su hondura dormirse al calor de páramos y caricias

En  horizontes y rumbos del destino elevar plegarias al astro rey

Santiago - Copiapó 17 marzo 2018.
José Patricio Chamorro Jara.

PD: La primera versión de 15 versos se perdió irremediablemente y solo pude reproducir algunas de las palabras que me trajo la memoria .



martes, 13 de marzo de 2018

A las memorias de un solitario escritor. (Recuperado del 14 de marzo 2014).

Ante data al lector: El siguiente escrito es uno de tantos de los que creía perdidos del año 2014. Sin embargo,  aquí está, latente como un corazón bombeando sangre a las venas. Cuánto sentido me hace releerlo hoy 14 de marzo del 2018, cuatro años después de su escritura,  pues me recuerda que la vida es movimiento y que la literatura, como la vida misma, necesita del fluir vital, para la auténtica creación. Sin duda , desde hoy se marca un antes y un después en mi escritura .


La soledad es un estado propicio para la escritura, uno percibe cosas que jamás había visto o, al menos se las percibe desde un enfoque diferente. Quién escoge que su vida se convierta en un eje articulador y vertebral, pasa del sedentarismo al dinamismo, al movimiento puro y cinético, el ayer ya es pasado y nos quedamos sólo con su sombra, con el fantasma de una nostalgia de lo que fuimos y la imposibilidad de lo que pudimos ser. De igual manera el futuro, nuestro ahora es un constructo en el cual debemos procurarnos la felicidad, quizás no en la inmediatez, pero al menos como constante psinérgica que genere una energía vital, una zoe nueva y renovada. 

La vida es extraña, año a año, día tras día nos reconocemos en los otros, en nosotros mismos, en nuestras decisiones y qué hemos querido para nuestra vida, por ello creo en la autenticidad del ser humano, nuestra individualidad, que nos permitirá mover masas, sino montañas en la trascendencia personalísima de nuestro ser, pero trascender no es un mero acto que se desea, sino que hay que atravesar los escalafones que la suponen. El escritor que planea trascender dentro de su itinerario vital, debe pasar una vida auténtica en la soledad de su escritorio o alternar en la sociabilidad con los otros, para aprender más sobre la naturaleza humana, incluso aquello que desconocer. 

Este quinto año en Santiago me abre puertas a conocer a otras personas, a interactuar con otras individualidades y ser, que es lo fundamental, registrar el pasado como fuente para avanzar simplemente nos retiene, no nos permite continuar hacia adelante, dar nuestro próximo paso, pues la esencia de la vida está en el movimiento, en no quedarnos estáticos, cambiar continuamente nuestra enfoque vital en búsqueda de la perfectibilidad humana, quizá las raíces son nuestro mayor baluarte, no obstante, sólo generan apego material y simbólico, por ejemplo, he perdido la cuenta de las casas que he habitado en estos últimos años, a pesar que si realizo un ejercicio nemotécnico, siempre daré con el ejercicio exacto. 

Estabilidad es lo que debiese permanecer, pero para un escritor, ésa no es una buena palabra y que en estricto rigor sea habitual en su vocabulario, hay que ir a la saga de nuevas historias, replantearse, reformularse en búsqueda del arte estético de la escritura, a través del acto de conocerse a sí mismo e indagar en los diversos planos en los que se manifiesta el arte, la literatura. En la vida no hay marcha atrás, sólo nos queda ir hacia adelante y grabar a fuego lento nuestros recuerdos y revivirlos en el pasar del tiempo.

Son tantas las experiencias acumuladas en tan sólo dos décadas de existencia que no he de imaginarme las que se acumulan a lo largo de toda una existencia humana, sin embargo, aquí estoy, dándole rienda suelta a otro de mis escritos, en ese no parar balzaceano el motor de la creación. Hace un tiempo había pensado escribir mis memorias, tendría unos 17 años, pero ahora y con probabibilidad en mis años venideros, cuánta risa me causaría que un adolescente se planteará semejante tarea, pues a esa edad aún no se ha vivido nada, no se ha conocido el mundo y su funcionamiento, no se ha adaptado a él y menos aún, se ha vivido, amado, soñador y cosechado. Por ello me plantearé a lo largo de mi existencia, cosechar y aprender de los frutos de aquellas experiencias y así, sólo tal vez con la perspectiva que dan los años, piense nuevamente en escribir mis memorias.

 A las memorias de un solitario escritor.

 Tardes de marzo, Santiago 14/3/2014

lunes, 12 de marzo de 2018

La duda existencial del escritor. (Recuperado del 13 de marzo 2014).

La duda existencial del escritor.

Quizás las próximas líneas pequen de ser un hecho anécdotico en la vida de alguien que ha destinado su vida a las letras y su pasión vital por ellas, de quién en un día agradable como hoy contempla a través de su ventana la frondosidad de los extensos árboles que lo rodean y recrean su vista, ambiente y le alegran el día, pues tuve un encuentro con un amigo filósofo, quién curioso por imponerse la nunca bien ponderada tarea de la escritura, me preguntaba cómo lo hacía yo en lo personal, para la inspiración, para poner en palabras mis ideas, escritos e historias. Ante lo que no lo dudé mucho y le respondí que no siempre se está inspirado, pero que como el nombre lo dice, a través de cada respiración podemos dar un cercano atisbo a una nueva idea o ápice de ésta, pero al menos puede germinar y dar origen a algo inesperado.

Se me vinieron en ese instante diversas historias a la mente, anécdotas de libros y que al final cada escritor termina dándole rienda suelta a aquello que simplemente le surgió y aquella creación literaria o no, da luz en el mundo y eso es importante, si es que no, fundamental. Lo cual no es un mero juego retórico de palabras, sino que cada escrito es único, individual y particular, con sus propias propiedades, incomparable y representante de sí mismo y de su género.

Con ello, ante aquella ingente labor que cualquier escritor se impone, ya sea principiante o no, siempre es un acto nuevo, un atreverse y un dejar ser, así como la vida fluye y jamás se detiene y nuestros pasos se determinan en el camino, con la complejidad del tiempo y el relativismo que le es afín, en un espacio concreto e inconcreto, surge espontáneamente de los avatares de la vida, un relato, deveniente de una imaginación desbordante, sutil y ligera como el aire, a tenor con una vida que recrea los instantes, desde lo cotidiano, para llamar la atención del lector, desde lo simple hasta lo que no se puede explicar en palabras, la literatura no suple a la imagen, sino que es imagen en sí misma, metáfora de un mundo mejor, ideal y verosímil para los soñadores, si se cree con firmeza en aquel principio, ya la duda será disipada, la existencia cobrará sentido y la literatura será vida.

La duda existencial del escritor, tardes de marzo, Santiago 13/3/2014.

jueves, 8 de marzo de 2018

Estrella fugaz.


En prófugo deseo se devela una estela

Al horizonte,  infinitud es el brillo de su recuerdo

Incandescente desciende a los confines,  aguarda a tu regreso

Duerme bajo los montes, espera impaciente de  la ausencia

Umbrío temor es soledad en la imprecisión de un pensamiento

Se alza enigmática, misteriosa y calma su agonía.


Pronuncia en boreal aurora una palabra epifánica

Se sabe ocaso ante tus ojos que observan en contemplación

Verso insalubre de la última visión de su canto silenciado

Al poeta relata su historia en libertad. Escribir es su sentencia

La muerte es su condena por una eternidad en olvido.

Chillán, 8 marzo 2018.
José Patricio Chamorro Jara.

martes, 6 de marzo de 2018

reflexiones para el año nuevo 2018.



Este año que se va 2017, ha sido un año de aprendizaje colaborativo, aprender que enfocarse y trabajar en solitario es una buena manera de lograr proyectos, sin embargo, el trabajar junto a otros permite mayores satisfacciones, pues la felicidad por los logros es compartida y en caso contrario, el esfuerzo y las ganas de volver a intentarlo son mayores. Sin duda agradezco todas las vivencias de este año, el llevar a buen puerto mi carrera profesional y cerrar un ciclo que hace ocho años estaba inconcluso. Aunque el título no necesariamente cambia la vida, sí permite entregar mucho  más a la sociedad. La docencia, el ser profesor en una sociedad tan compleja como lo es el siglo XXI, se convierte en un desafío para los próximos años, pero que con tesón, así como la perseverancia por lograr los objetivos me permitirá salvaguardar con éxitos los obstáculos.

Este año de igual manera publiqué mi primer libro, el poemario “Arte poética: Los tormentos del escritor”, el que se convirtió en una catarsis de experiencias enriquecedoras, me permitió viajar a otros lugares, compartir con otras personas que se encuentran en aquella búsqueda que todo escritor emprende para dejar una huella en la sociedad, un cambio que nos permite dejar este mundo mejor de lo que lo recibimos. La literatura es el camino que deseo seguir a la par con poder enseñarla y transmitir a otros la pasión que me invade a diario por crear y aprender de otras personas, vivencias y autores. Fueron innúmeros los encuentros literarios, viajes y actividades culturales, sin duda alguna fue un año de expansión de horizontes, intercambio de ideas y perspectivas, así como compartir y conocer a otros actores de la cultura que con igual convicción crean a diario y buscan hacer de este mundo un lugar mejor.


José Patricio Chamorro.
Chillán, 31 diciembre 2017

Una delicia de obsidiana.



Primera versión: 17 marzo  2011 ------- Versión actualizada: 6 marzo 2018.


Enamorarse con prejuicios de obsidiana

Ceder a la pasión como rosa carmesí

Ni perdón, ni olvido exculparán un siglo de placeres

Bajo la sombra del averno dormirá nuestra humanidad.



Se deleitan pacientes nuestros amantes cuerpos

Lujuria nos invita a gozar de su pecado capital

Me sabe a melodía de arrabal; clarosones de jazz

Con un toque de almíbar nuestro lecho ha de quedar.



Palabras, sutil sentido de las olas son la esencia del deseo

Seducen sutiles sus  aromas a quién al amor olvida

Aflora de la mar un terciopelo de fragancias.



Amar con delirios de cristal los sonetos percutidos al tacto de la piel

Cadenciosos vibran nuestros besos extenuantes

Que resuenan y resuellan en la tímida intimes del sexo.


domingo, 4 de marzo de 2018

El reflejo de tu voz. (Recuperado: 5 marzo 2014).

Para mí, jamás han existido las casualidades, casi como un principio categórico. Ya perdí la cuenta de las ocasiones en que alguien se ha atravesado en mi camino y por esas cosas inexplicables siento que estábamos en la misma sintonía. A veces hay personas anónimas, otras conocidos de la vida, pero me cuestiono, hasta qué punto uno conoce a otro en esta vida que da tantas vueltas, pues ni uno mismo se termina de conocer.

En los recorridos que hacen nuestros sentidos, nuestra presencia física, la que si bien siempre es dirigida por lo que pensamos, es extraño y difícil de dimensionar, dónde llegaremos, dónde estuvimos toda nuestra existencia y dónde culminará, pero lo que sí sé es que el presente es lo único que tenemos y debemos ser felices en él, disfrutarlo y conservarlo, pues después será un lejano recuerdo en nuestra memoria, junto a otros tantos que hemos vividos. A veces cambian las circunstancias, en otras, las personas y sin duda alguna, los momenots y de pronto nos encontramos en el ahora, con más experiencias en nuestro cuerpo, dispuesto a conocer y reconocernos en el otro, como un espejo que nos refleja, con quién decidimos compartir esos minutos de nuestra vida, fluir vitalmente, sincronizar en nuestras conversaciones y dar amor, como el acto más profundo que tenemos y podemos dar en nuestra vida, es la frecuencia más alta en la que podemos vibrar y es lo que mejor podemos compartir, amor a la humanidad, a nuestros seres más cercanos e inclusive a los anónimos, que a veces sólo necesitan de una sonrisa, un saludo o una palabra de aliento y si alguien nos devuelve esa mirada, siéntanse en la gloria de haber alcanzado la felicidad máxima, pues dos seres humanos nunca serán como dos gotas de agua, pero aun en sus errores, aciertos y virtudes, se logran comprender, salir de su individualidad, unicidad y aceptarse tal cual son, escucharse y ver que el mundo compartido es mucho mejor que cuando se es una sola voz.

El reflejo de tu voz, 5/3/2014.

Anochecen vidrios rotos al partir.


Cae la noche, la madrugada es un sueño al porvenir

Quebrarse, trizar el pasado y abrir la herida

¿Qué somos? Materia inconclusa hecha de falsas ilusiones a media asta

Se rompen con sigilo, claman un grito dormido a desparpajo

Los recuerdos en ausencia te llaman por tu nombre

Dicen confiar en tu voz universal, sonido gutural de tu pellejo amordazado

Vierte la sangre en la rotura de tu estampa, juventud perdida

Punza tu dedo índice, escucha el ritmo palpitante del desahuciado corazón

Lágrima recorre surcando una estela en tu mejilla

Muerte no es más que presagio,  fiel retrato de una identidad

Transgresión, ruptura es la norma de la aseveración

Visionario es quién ve con su sombra más allá del espejo

Alma corrompe los vestigios del cuerpo hambriento

Vidrios rotos reflejan tu mortal escombro de huesos roidos al partir.

José Patricio Chamorro.
5 marzo 2018.

sábado, 3 de marzo de 2018

Nostalgia de hogar. (Recuperado: 4 marzo 2014).


La casa suele tener una actividad constante, un ajetreo de ir y venires, de hacer y deshacer. Mi casa es como una batahola itinerante, en la que ningún día es igual a otro; libros por doquier desordenados y desperdigados por las habitaciones, en el comedor y en los escritorios. A ratos se confunden los dormitorios con paisajes de ensueño, donde al ir a dormir te sumerges en un sopor de historias, lo real y lo maravilloso se confuden como dos mundos irreales, donde la felicidad radica en la música del estéreo que resuena atravesando las paredes con melodías de un vals acompasado que reúne a los comensales a la mesa y uno por uno se van sentado en sus puestos.

Los platos a la mesa y la cena ya está servida, las conversaciones palpitantes comienzan y dan inicio a la noche, donde en el ocaso del día se proyecta una luna plena, que forman un círculo de visiones reposando sobre la fría hierba. Los cimientos de la casa se remecen con las pisadas de quiénes las habitan, el eco de las voces se traduce en un ensordecedor murmullo de expectantes cambios de vida, fluir como un sibilante viento de otoño en el patio de los duraznos y manzanos de hogaño y antaño, para entusiasmarse con una nostalgia de tardes llanas.

 La casa de mis padres, 4/3/2014.

Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...